Recientemente en la Gaceta
Oficial Nº 40 280 se formalizó la creación del vice ministerio para la Suprema
Felicidad Social del Pueblo que se encargará de “la
rectoría de las políticas, planes, programas y acciones de prevención,
protección, salud, atención, educación, recreación e inclusión social,
así como la evaluación y seguimiento de tales políticas, para el abordaje de la
problemática social de los venezolanos y venezolanas”.
Las reacciones han sido
diversas, principalmente con un tono burlesco, como era de esperarse, sin
embargo, no deja de ser interesante porque la felicidad o bienestar subjetivo
como se le denomina en el área académica es uno de los temas de mayor
desarrollo e interés en los últimos años en las ciencias sociales,
principalmente en economía. Podríamos afirmar con toda responsabilidad que los
estudios de medición de la felicidad (bienestar subjetivo) están de moda.
Muestra de esto es que en
las principales revistas académicas de economía se ha publicado al menos un
artículo sobre el tema en los últimos 10 años y en algunos casos números
enteros o ediciones especiales para tratar el área. Para los escépticos es
importante aclarar que desde el año 2000 se edita el Journal of Happiness
Studies, una revista académica dedicada exclusivamente a publicar
investigaciones sobre el tema de la felicidad o bienestar subjetivo desde los
diferentes enfoques que existen en ciencias sociales. Lo que quiero aclarar con
esto es que los estudios sobre bienestar subjetivo forman parte de la agenda de
investigación en ciencias sociales y cada vez son más visibles. Por supuesto,
no están libres de críticas feroces como suele ocurrir cuando algún área emerge
con fuerza en el campo de la investigación empírica.
Hace pocos días, Angel
Alayon (@angelalayon) director del portal web Prodavinci (@prodavinci) escribió
un interesante artículo sobre la creación de este viceministerio. En esencia
concuerdo con Angel en la idea central de su artículo, yo lo complementaría con
algunas referencias al trabajo de Andrew Oswald que ha permitido desde el
enfoque económico un mejor entendimiento de los estudios de la felicidad al
establecer relaciones entre el bienestar subjetivo y la productividad, el
suicidio, la desigualdad, la hipertensión, la obesidad, el desarrollo humano y
el sexo por mencionar algunas de las variables que son estudiadas en el área y
que van más allá del ingreso como variable fundamental del análisis.
Aclarado el punto sobre la
felicidad como objeto de estudio, podemos valorar la propuesta del gobierno. Al
escuchar el anuncio yo le di el beneficio de la duda porque en realidad este es
un tema más serio de lo que parece, tanto así, que Inglaterra en pocos años
comenzará oficialmente a medir el bienestar subjetivo y lo tendrá como parte de
sus indicadores nacionales, sin embargo, cuando veo lo que realmente hará el
vice ministerio, concluyo que no es lo que ha debido o podría ser.
Lamentablemente será una oficina más que supervisará (si es que se puede) las
misiones y el tema del gasto social. Lo mejor que podrían hacer es evaluar
realmente los programas sociales, como Angel apuntó en su artículo. Hacer eso,
sería un logro, sin embargo y lamentablemente, siempre quedará la duda.
Ante semejante pomposidad,
lo mejor sería denominarla “Unidad de
seguimiento para el Bienestar Social” u “Oficina Nacional de Bienestar Social” y si querían darle rango
ejecutivo mejor quedaba “Ministerio/Vice Ministerio
de Bienestar Social”, cualquier de estos nombres se parece más al gobierno
y al venezolano en término generales, es como más ADeco que al fin y al cabo es
lo que termina siendo este país.
Lamentablemente un tema
interesante termina siendo una burla nacional principalmente por dos razones:
el desconocimiento de la gente sobre estos temas y la grandilocuencia de los
asesores del gobierno que en lugar de tomarse estos temas seriamente lo agarran
de guachafa. Esperemos que hagan una evaluación independiente y muestren los
resultados.
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