Allá rodó…

Los resultados económicos del primer trimestre del año se dieron a conocer la semana pasada y es importante destacar que se publicaron con un retraso inusual. De acuerdo al Banco Central de Venezuela (BCV) “el PIB de la economía venezolana creció por décimo trimestre consecutivo”, lo cual no es malo, sin embargo, el crecimiento fue de 0,7%, claramente menor al 5,9% presentado durante el primer trimestre del año 2012.
Esta sin duda es una fuerte desaceleración de la actividad económica y genera muchas dudas respecto al desempeño de nuestra economía para lo que resta del año. Por actividad económica se tiene que minería, manufactura, transporte-almacenamiento y construcción se contrajeron. Mientras que servicios inmobiliarios, comercios y servicios de reparación, productores de servicios del gobierno general, servicios comunitarios, electricidad y agua, comunicaciones e instituciones financieras y seguros presentan un comportamiento expansivo. Llama la atención el sector de minería e instituciones financieras y seguros, el primero se contrajo 25,3%, mientras que el último creció 31 %.

La situación de la manufactura sigue siendo complicada, de acuerdo al BCV se lograron resultados favorables en: cuero y calzado, fabricación de papel, industrias de alimentos productos elaborados de metal y metales comunes, sin embargo, “el volumen de producción decreció en las siguientes ramas del  sector privado: muebles (-0,5%); edición e impresión (-0,9%); prendas de vestir
(-1,5%); minerales no metálicos (-3,7%); caucho y productos de plástico (-5,2%); fabricación de sustancias y productos químicos (-12,0%); productos de madera (-13,9%); textiles (-15,4%); fabricación de maquinaria y equipos (-31,7%); maquinaria y aparatos eléctricos (-41,0%) y vehículos (-44,9%). En la manufactura del sector público se apreció una contracción de 12,1%, determinada por los problemas laborales, operativos y financieros que conllevaron al descenso en las ramas que la conforman, en especial: fabricación de otros minerales no metálicos (-2,5%); sustancias y productos químicos (-3,4%) y metales comunes (-32,4%)” Si bien es cierto el petróleo es el principal factor a considerar de nuestra economía, mientras la manufactura siga con un comportamiento errático es poco lo que se pueda lograr en materia económica.

Por otra parte, el dato de inflación del mes de mayo fue de 6,1%, ubicando la variación anualizada en 35,2% y la acumulada para los primeros cinco (5) meses del año en 19,4%, tres (3) puntos mayor a la meta planteada para todo el año 2013. La inflación de todo el año 2012 fue de 20.1%, es decir, en cinco (5) meses casi igualamos la inflación de todo el año pasado. La ciudad con mayor inflación acumulada es Maracay con 21,8%. Barquisimeto la que menos inflación presenta en lo que va de año con 15,6%. Maracaibo fue la ciudad con la inflación más alta durante el mes de mayo con 6,6%. La agrupación alimentos y bebidas no alcohólicas presentó una inflación de 10%, la tercera más alta para rubro alguno desde que se calcula el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) después que en septiembre de 2008 servicios de educación presentara una inflación de 11,2% y en abril de 2010 alimentos y bebidas no alcohólicas arrojara una variación de 11,1%. La variación anualizada para el rubro de alimentos se ubica en 48,1% y la acumulada en 27,8% respectivamente.

Como pueden observar el panorama es complicado, estamos en pleno desarrollo de un proceso de estanflación. De acuerdo al BCV es una “situación que se presenta cuando en la economía coinciden una elevada tasa de inflación y una fuerte caída del ritmo de crecimiento económico”. Todo indica que la economía se contraerá este año lo cual supone una mala noticia para los venezolanos. Esta novela no ha terminado y no tendrá un final feliz, en esta oportunidad la niña pobre no se casará con el príncipe azul. El quiebre económico es un hecho. Llegó la hora de “ponerse los pantalones y ajustar cuentas”. Amanecerá y veremos.


Los enchufados y la economía

En días recientes me topé con algunos trabajos académicos que estudian el tema del “valor de las conexiones personales” y su impacto en la economía, es decir, como las conexiones políticas tienen resultados económicos. Podríamos afirmar que esta área intenta ir un poco más allá de la literatura convencional sobre corrupción porque mide el valor de las conexiones políticas: las relaciones entre personas con intereses en el sector privado y personas que tienen responsabilidades en el ámbito público, ¿les suena? Lo que hoy en día en el país se ha dado en llamar los “enchufados”.
El valor de las conexiones personales ha sido ampliamente estudiado y con aplicaciones para los casos de Alemania, España, Estados Unidos, Indonesia y Malasia por mencionar los casos más representativos de la literatura. Esto refleja que no es un problema exclusivo de nosotros, pues, las conexiones siempre existirán y depende de la calidad institucional de cada país que los enchufes se usen.
Pensar que en Venezuela las conexiones políticas las inventó este gobierno es una soberana tontería, los enchufes existen desde hace mucho tiempo, ¿recuerdan el primer gobierno de CAP?, el problema no es ese, lo importante es entender el funcionamiento de los mecanismos de extracción de rentas en una economía petrolera como la nuestra. Los controles de cambio son el mejor ejemplo. En los últimos treinta (30) años, la economía ha estado diecisiete (17) con control cambiario, esta es la institución extractiva por excelencia de nuestra economía. Bajo esta figura muchos grupos se erigen como factores fundamentales de la dinámica política y económica de la nación.
En la situación actual del país sería interesante y de una importancia capital entender el entramado de redes que existen detrás de la asignación de divisas y todo el tema de las contrataciones públicas en los distintos niveles de gobierno porque de algo tenemos que estar claros, los enchufes tienen diferentes escalas: locales, regionales y nacionales.
Entender el valor y el impacto de las conexiones políticas/personales en una economía es ir un paso más allá de la tradicional literatura sobre teoría económica de la regulación y grupos de presión. Es armar el rompecabezas del funcionamiento real de una economía y establecer la influencia real que determinados grupos de presión tienen en la vida política y la dinámica económica de una nación.
En una economía petrolera con débil calidad institucional las conexiones personales juegan un rol primordial. La diferencia que puede existir en nuestro país respecto a este tema posiblemente tenga que ver más con el origen y calidad de la conexión personal que se tiene, es decir, no es necesario ser un genio ni muchos menos estar técnicamente preparado para tener un puesto en la regleta de enchufes. La coyuntura que vivimos en materia cambiaria es el mejor ejemplo.
Hoy más que nunca, el valor de las conexiones personales está presente en nuestro país: gente del espectáculo, del deporte y del mundo empresarial. La red es amplia y construirla sería un interesante ejercicio de investigación periodística y estimar su impacto en la economía de nuestro país sería un interesante ejercicio académico.

Las conexiones siempre existirán, mucha gente vive esperando que salga su número. Lamentablemente el problema no es la corrupción y el daño que pueden causar, se trata más bien de ver cómo se conectan, como se decía hace mucho tiempo: “no me des, ponme donde hay”. Esta frase tristemente se ha convertido en un anhelo para gran parte de país. El proceso de extracción de rentas que ha vivido Venezuela en su vida democrática no ha permitido que tengamos un mejor país. Es vital entender lo que está detrás de esta idea si en realidad queremos progresar como nación, de lo contrario seguiremos siendo el país de las oportunidades no aprovechadas.

La escasez y lo que falta…

Recientemente fue víctima de los incentivos perversos que el actual modelo económico ha generado. Necesitaba comprar 10 kg de cemento blanco. Conociendo la situación de escasez que existe para ese producto comencé a las 8 de la mañana mi búsqueda, fui primero hacia la zona de plaza de toros y me dijeron: “No hay”. Luego pase hacia la zona centro-norte de la ciudad y tampoco había, en varias ferretería sonreían cuando preguntaba por cemento blanco. Solo en una me comentaron que la semana anterior lograron vender 150 kg a un precio de 60 Bs/kg y que posiblemente le podría llegar en unos días pero no sabía en cuanto lo vendería.
Continué mi búsqueda y cuando ya estaba derrotado pensando que no lo conseguiría me paro en un sitio por no dejar y me dicen “claro hermano, si hay, 50 Bs/kg”, eran las 12 del mediodía y la decimotercera ferretería que visitaba. No lo pensé, fue una reacción automática, un acto reflejo, le dije: “dame 10 kg”. Conversando con el señor de la ferretería me comentaba que vendría una marca iraní en 2100Bs el saco. Ya en otro sitio me habían dicho que una señora pagó 2500 Bs por un saco. Un punto relevante es que si quieres el saco completo, igual te lo cobran por kilo, así que si viene en una presentación de 50 kg a 50 Bs/kg, en efecto el saco saldría en 2 500 Bs: un salario mínimo.
Finalmente pagué 500 Bs por 10 kg de cemento blanco (menos de medio saco pequeño) y sentía que había logrado una proeza. Después de reflexionar e internalizar en su justa medida lo que eso significa busqué información sobre el precio del cemento y me consigo que el cemento gris está regulado, bingo. Según entiendo la última revisión del precio se hizo en diciembre de 2011en la Gaceta Oficial Nº 39 829 y se ubica entre 20 y 22 Bs dependiendo del tipo de cemento I, II ó III Por otra parte, el cemento blanco siempre ha sido más caro que el gris, desconozco si en este momento está regulado, sin embargo, conseguí una referencia de su precio para octubre de 2012 y era de 71,5 Bs el saco de 21,25 kg.
En mi visita a cada una de las ferreterías percibí que el cemento blanco está desaparecido desde hace mucho tiempo del mercado, cuando preguntaba muchos se extrañaban. No se trata de una coyuntura reciente. Hace pocos días hablaba del tema con un alumno y me comentó que tardó dos (2) semanas en conseguirlo, es decir, definitivamente tuve suerte ese día.
El ejemplo de hoy revela que el modelo económico  del gobierno sencillamente no funciona. La producción de cemento es controlada por el Estado y que casualidad: hay escasez y por lo tanto sobreprecio. ¿Necesita el gobierno más evidencia sobre la ineficiencia de los controles de precios?, lo mismo pasa con la cabilla, el aceite de maíz, ahora la harina pan y por supuesto con el dólar. Si quieres conseguir los productos regulados al precio de Gaceta Oficial, debes hacer cola, toda una innovación en calidad de servicio.
Es inadmisible la situación por la que pasa el consumidor de este país para conseguir productos de primera necesidad. Lo de la construcción es cada vez peor, construir se ha convertido en una verdadera calamidad. Esto tiene un impacto directo en el precio de las viviendas y por supuesto en la calidad de la construcción.

Nuestro país se ha convertido en una justificación eterna, para todo hay excusa, nos acostumbramos a vivir mal, no tiene otro nombre. Lo del papel sanitario debería darle vergüenza al país entero. Hace poco días en la Asamblea Nacional aprobaron un crédito para importar papel sanitario, así estamos y así seguiremos mientras no cambien el modelo económico. Poco a poco estamos llegando a situaciones inimaginables hasta hace cinco (5) años y olvídense que el acercamiento con el sector privado resolverá las cosas inmediatamente. El problema es de fondo, no una simple coyuntura como las que el gobierno se ha acostumbrado a resolver. Un país sin un sector privado sólido es sencillamente inviable.

Sobre la adecuación de precios

Hace varias semanas se aprobó la “adecuación de precios” del pollo, la carne y la leche en 20 %. Así denominan desde el gobierno lo que es un sencillo y vulgar aumento de precios. Lamentablemente este gobierno es un eufemismo ambulante, a la devaluación la denominan “unificación cambiaria o reajuste del tipo de cambio” a los presos “privados de libertad” y así se las va la vida.
El índice nacional de precios al consumidor del mes de abril se ubicó  en 4,3 % y en el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas fue de 6,4%, esto quiere decir que todavía falta por ver una escalada importante en el precio de los alimentos. A finales del mes pasado comenté que los meses de abril, mayo y junio serían particularmente fuertes en materia inflacionaria. El resultado de abril lo corrobora.
Actualmente vivimos una situación de escasez e inflación y lo peor es que difícilmente se podrá disminuir ambas simultáneamente, la economía es así, no hay almuerzos gratis y el modelo económico del gobierno nos ha ubicado en este contexto. Sin duda el aumento de precios en estos rubros es necesario, sin embargo, será un golpe adicional para el bolsillo de la gente de menos recursos. Lo criticable de la decisión no es tanto el aumento como el momento en el que se hace, esto se ha podido evitar si los precios se revisaran constantemente o si no existiera regulación para ellos.
Con el aumento se espera una mayor producción y con eso enfrentar el tema del desabastecimiento. El gobierno ha descubierto la ley de oferta y demanda en pleno siglo XXI, todo un hallazgo. La realidad los coloca contra la pared y acuden a jugarretas lingüísticas para evitar cualquier reacción de la gente, como si no se dieran cuenta de lo que ocurre, en otras palabras, el gobierno subestima el sentido común y la inteligencia de los venezolanos, principalmente la de bajos recursos que son sus seguidores principales.
El índice de escasez de productos se ubicó en 21,3% para el mes de abril, el más alto desde abril de 2009. El gobierno hace esfuerzos desesperados por mejorar esta coyuntura y queda en ridículo, desde Polar le dijeron que los del problema no son ellos sino el resto de empresas en manos del Estado que no están produciendo harina de maíz pre cocida. Es importante reconocer que el acercamiento con el sector privado es positivo, sin embargo, llega muy tarde. El gobierno reacciona no previene, cuando de materia económica se trata.
Toda esta situación se presenta en un escenario en el que todavía faltan cosas por ocurrir y ajustes por realizar. Desde el gobierno se notan preocupados y todavía falta el aumento de la gasolina por mencionar solo un ejemplo.
Un gobierno responsable y sensato le hablaría claro al país en lugar de inventar eufemismos que no conducen a nada. Hay una nueva realidad económica y como tal hay que asumirla. La gente no es tonta y por más que intenten esconderlo se les caerá la máscara.

Todo indica que la fiesta está terminando, ya no hay cama pa´ tanta gente y la comenzarán a botar del sarao porque los dueños de la casa quieren dormir. La revolución se ha topado después de catorce (14) años con las leyes de la economía y nos la puede evitar ni ocultar. Ahora es que vendrán inconsistencias y situaciones impensables hasta hace pocos años. El panorama es sombrío y lo que es aun peor: parecería que en el gobierno no tienen como ni con que resolver todo el desastre que dejó “el Gigante, el Comandante Supremo” y que en cinco meses el actual presidente se ha encargado de empeorar. Si esto es con un mes oficialmente en el poder, imagínense lo que viene. Recojan los vidrios y sin llorar porque bastante que disfrutaron del despilfarro masivo que ocurrió en los últimos diez (10) años.

La lucha de los universitarios

Lamentablemente la realidad de la universidad pública venezolana es deplorable. Hoy un profesor universitario es el profesional peor pagado del país. Explicar esto a mis alumnos no es tarea fácil, pues, intento justificar la paralización de actividades durante el último mes. Cuando ves sus caras de asombro piensas que en efecto se solidarizan con tu causa pero saben que el costo puede ser muy alto.
La situación actual de los universitarios es el resultado de una política salarial errada y de la visión del actual gobierno respecto al papel de la universidad en la sociedad. Está claro que la universidad, tal como está planteada, no es prioridad para el gobierno nacional. Las razones podrían ser políticas e ideológicas, para mi es lo de menos, lo importante es que no pintan nada en el proyecto revolucionario. De lo contrario ya estarían intervenidas, porque razones para hacer eso existen, sin embargo no lo hacen.
La lucha de los universitarios al día de hoy es por un salario digno pero esa no es la única reivindicación que deberíamos plantear. Los universitarios tenemos que exigir una universidad de calidad y esa lucha es interna no con el gobierno, porque no solo con buenos salarios se construye una buena universidad. Esa parecería la principal variable pero no es la única porque es falso que con mejores salarios la universidad cambiará de un día para otro.
Lo anterior no desecha la lucha por las reivindicaciones salariales de los universitarios, al fin y al cabo, con lo que gana cualquier persona que trabaje en una universidad venezolana no se puede vivir bien. Hace mucho tiempo que pasaron aquellos días en los que los profesores universitarios vivían muy bien, eso es una ficción, fama ganada por lo que una vez fue el “estatus del profesor universitario”, quien todavía crean en eso, no está entendiendo nada de lo que ocurre en el país.
Los primeros asombrados son los alumnos cuando les explicas la escala salarial de los profesores universitarios, no logran entender la razón de semejante distorsión y muchos preguntan:”¿por qué están aquí trabajando?” Y la respuesta más corta podría ser: “porque esto es un estilo de vida y así lo decidí”. La lucha universitaria podría catalogarla en dos (2) dimensiones: la propiamente reivindicativa que se expresa en exigencias al ejecutivo nacional por mejores salarios y condiciones laborales. La otra dimensión tiene que ver con luchar contra la barbarie que se apodera de nuestro país y lamentablemente de nuestra universidad. Cada vez más nuestras universidades son el reflejo del país, son micro realidades que cuando comienzas a entenderlas, sabes que vamos por mal camino.
La lucha de los universitarios tiene que ser no solo de carácter salarial. La universidad venezolana está obligada a repensarse y luchar contra los gobiernos que se empeñen a tratarnos mal y contra la mediocridad y la barbarie que lentamente se ha ido apoderando de cada vez más espacios dentro de la universidad venezolana.

No se trata solo del salario, se trata también de no sucumbir ante un sector de la universidad venezolana que está negado a la actividad académica e intelectual y cree que todo se resuelve con el mínimo esfuerzo. Esta visión de universidad ha ido ganando espacios y contra eso debemos crear un muro de contención: alumnos, profesores, personal administrativo y obrero, todos tenemos la obligación moral de detener la barbarie que actualmente vive la universidad venezolana. Un país con pobres universidades es un pobre país y es necesario que lo tengamos claro, de nada sirve tener mejores salarios si quien hace vida en la universidad no entiende la responsabilidad que significa ser UNIVERSITARIO. A mis alumnos les digo: ustedes son parte de esta lucha, no permitan que entre el gobierno y los barbaros nos quiten lo poco de universidad que nos queda.