Democratización de la corrupción

Durante los últimos 30 años la corrupción ha socavado la vida pública nacional, desde el Sierra Nevada hasta el Central Azucarero Ezequiel Zamora, pasando por el chino de RECADI en nuestro país ha habido una verdadera democratización de la corrupción, es falso que este flagelo sea exclusivo de gobiernos blancos o verdes. Pensar esto sería una real tontería porque se estaría juzgando la condición política del sistema y no la verdadera causa del problema, a saber: el mal diseño de las normas que regulen la actividad pública.

El problema no es que la gente nazca o sea corrupta, sino lo fácil que es tomar recursos públicos sin que eso tenga un costo asociado. Lamentablemente la corrupción es un valor en nuestro país y sino piense en cualquier situación cotidiana de la vida pública donde no haya que pagar peaje para hacer un trámite, desde la planilla electrónica del pasaporte hasta las licitaciones más cuantiosas trabajan bajo el esquema de “comisión”, esto sin olvidar que si quiere tener un carro nuevo rápido tiene que “agilizar” los procesos.

Las causas de la corrupción en nuestro país pasan por analizar el mecanismo de incentivos que genera la estructura del sector público nacional, más allá de pensar en el argumento de la ética pública y el compromiso con el país. Esto último se desvanece cuando nos damos cuenta que apropiarse de los recursos del Estado es relativamente barato. La dinámica política del país ha hecho que nuestra capacidad de asombro disminuya cuando un funcionario público comete un acto de corrupción, ya el venezolano se ríe de eso, le parece normal, hemos aprendido a vivir con eso y no hacemos nada por mejorar la situación.

En lugar de pensar como hacemos para que estas actividades sean cada vez más costosas, estamos esperando la oportunidad pa` montanos en un negocio con alguien que esté en la buena y así sacar algo sin mucho esfuerzo. Es muy probable que la crítica a los corruptos de este país no sea porque hagan eso, sino porque la gente no tiene la oportunidad de hacer eso que ellos hacen. Es una especie de envidia por no estar en el cargo adecuado en el momento justo, en esto radica el valor y la democratización de la corrupción: mucha gente quisiera tener la oportunidad de alguna vez agarrar un contratito por aquí y un sobre precio por allá.

Es impensable imaginar que las cosas mejoren en nuestro país en términos de la gestión pública si no se generan incentivos para cumplir las leyes. Este es un país donde formalizar los requisitos públicos es excesivamente costoso en términos de tiempo y además de eso existe una especie de placer por aplastar al otro cuando se llega al poder. El día que un policía respete un rallado vehicular en nuestro país podríamos comenzar a pensar que las cosas cambiarán, pero por ahora ni siquiera eso se puede hacer correctamente………………….

VENEZUELA Y LA PERCEPCIÓN DE LA CORRUPCIÓN

Durante el último trimestre del año pasado la organización Transparencia Internacional publicó los resultados del índice de percepción de la corrupción (IPC) 2006 y adivinen qué?, nuestro país ocupó el lugar 138 entre 163 países, sólo Haití obtiene peores resultados que Venezuela en el continente Americano, que tal? De acuerdo a Transparencia Internacional el índice de percepción de la corrupción “es un índice compuesto que parte de múltiples encuestas de opinión a expertos y que sondean las percepciones sobre la corrupción en el sector público”. En este sentido es bueno aclarar que este tipo de medida está sujeto a críticas porque depende del juicio del entrevistado que en este caso en particular generalmente es un empresario. La aclaratoria viene porque cualquiera de ustedes puede pensar legítimamente que dependiendo del tipo de empresario la percepción será diferente, es decir, si está con el gobierno o no.

Si bien es cierto, este índice como cualquiera otro que exista puede tener fallas, es importante aclarar que es la aproximación estadística que se tiene para cuantificar la variable corrupción, en este sentido, es un paso adelante en el intento de generar información cuantitativa que permita operacionalizar este tipo de fenómenos. El principal resultado del estudio de este año es la fuerte correlación existente entre corrupción y pobreza.

Para muchos el ingreso per-capita en Venezuela ha aumentando en los últimos años, sin embargo, la percepción de la corrupción en el mejor de los casos permanece igual. Por otra parte, nuestro país ha tenido mejoras relativas en el índice de desarrollo humano que es igual o más importante que el de percepción de la corrupción, la pregunta es ¿las mejoras en la esperanza de vida al nacer y en la tasa de alfabetización (variables tomadas en cuenta en el índice de desarrollo humano) podrán desarrollarse sostenidamente con los niveles generalizados de corrupción que presenta nuestro país históricamente? Si bien es cierto no existe un vínculo teórico que permita aproximar dichos elementos, la intuición nos permite pensar que si la corrupción sigue institucionalizándose como hasta ahora, de nada servirán las pequeñas mejoras sociales que se puedan dar en nuestro país, es decir, el problema es estructural y eso lo deben tener claro todos y cada uno de los habitantes de los 912 050 Km2 que conforman nuestro territorio.

En términos comparativos existen países africanos como Zimbabwe, Togo, Papua Nueva Guinea y Etiopía los cuales son mejor percibidos por su empresarios en términos de corrupción que Venezuela, si bien es cierto es un problema de opinión y todos sabemos los graves problemas políticos que atraviesa nuestro país tampoco es menos cierto que no son muchas las razones para pensar que la percepción de la corrupción en nuestro país sea mejor de lo que ya es. Lamentablemente, el petróleo no hace al país ni más rico, ni menos corrupto, todo radica nuevamente, en los incentivos que se generan para que este tipo de actividades se lleven a cabo, lo contradictorio es que desde la promulgación de la Ley anticorrupción en nuestro país, la percepción de la misma ha desmejorado sustancialmente

PLANIFICACIÓN CENTRALIZADA: ¿A ESTAS ALTURAS?

En el mundo académico contemporáneo el debate respecto a las economías centralmente planificadas dejo de ser discutido hace mucho tiempo, sencillamente quedó atrás y no porque todas las personas sean neoliberales sino porque la historia se ha encargado de demostrar que no es la mejor vía para que la economía se desenvuelva de mejor manera. El mejor ejemplo de ello es toda Europa del este y el colapso de la Unión Soviética, si esto no les convence, entonces lean la vieja y hermosa disputa académico-intelectual entre Oskar Lange y los economistas austriacos Ludwing Von-mises y F.A.Hayek.

Más allá del argumento respecto al neoliberalismo y el mercado tenemos que reflexionar la idea que está detrás de la planificación centralizada, ya Hayek (1945) lo establecía:”toda actividad económica es planificación, y en toda sociedad en la que participan muchas personas, esta planificación, quienquiera que la realice, tendrá que basarse en alguna medida en conocimiento que no es dado al planificador sino que a otras personas cualesquiera y que de algún modo, deberá ser comunicado a este. Las diversas formas en que la gente adquiere el conocimiento en que basa sus planes constituye el problema más importante para toda teoría que investiga el proceso económico”. En este sentido, el principal problema que genera la planificación centralizada es la información, es decir, la capacidad que tiene el Estado para hacer fluir toda la información contenida en el mercado. En términos de Hayek, la panificación centralizada es “pretenciosa” porque finalmente el Estado tiene fallas iguales o peores que las del mercado.

El debate no es si existe planificación o no, sino como se realizará: de manera centralizada para toda la economía (un solo ente) o de forma descentralizada (muchos individuos). En términos económicos lo importante es que la información fluya porque así se tomarán mejores decisiones. Un ejemplo de esto lo da Thomas Sowell “Sin duda, los planificadores centrales en los días de la Unión Soviética sabían más de economía que el ciudadano soviético medio. Pero nadie sabe lo suficiente como para fijar los veinticuatro millones de precios que los planificadores centrales tenían que fijar. Pero aún así, cientos de millones de ciudadanos ordinarios podrían haberse manejado con los veinticuatro millones de precios mucho mejor, porque cada individuo o empresa solamente tenía que tratar con unos pocos precios, los necesarios para su propia toma de decisiones”

El problema no es que la descentralización y el mercado generen corrupción y formen parte del capitalismo, NO, el argumento tiene que ir mucho más allá de eso. La corrupción existirá en este país con cualquier gobierno y en cualquier instancia, lo que se debate aquí es una forma de ver la economía y al país, lamentablemente, esa discusión ya no le interesa a nadie, sin embargo, en nuestro país comienza a estar de moda. Parece mentira pero es así y no hay razones para pensar que aquí funcione.