Libertad económica en Venezuela

En enero de este año la fundación Heritage y el Wall Street Journal publicaron la vigésima edición del índice de libertad económica. Un indicador que establece diez libertades económicas: derechos de propiedad, libertad frente a la corrupción, libertad fiscal, gasto público, libertad empresarial, libertad laboral, libertad monetaria, libertad comercial, libertad de inversión y libertad financiera. Adicionalmente, estos diez sub índices se dividen en cuatro grupos: estado de derecho, tamaño del gobierno, eficacia reguladora y apertura de los mercados. El índice se mide del 1 al 100 y mientras más alto sea el puntaje, mayor libertad económica presenta esa economía.
De acuerdo al resultado, las economías se pueden clasificar como libres (80-100 puntos), mayormente libres (70-79,9 puntos), moderadamente libres (60-69,9 puntos), mayormente controladas (50-59,9 puntos) y reprimidas (0- 49,9 puntos). Los resultados del último informe muestran que Hong Kong es la economía más libre con 90,1 puntos y Corea del Norte la más reprimida con 1 punto. Además de Hong Kong cinco economías se clasifican como libres: Singapur, Australia, Suiza, Nueva Zelanda y Canadá. Por otra parte, 28 economías son consideradas “mayormente libres” 56 “moderadamente libres”, 61 “mayormente controladas” y 27 “reprimidas”. En la zona de América del Sur, Centroamérica y el Caribe 29 países forman parte del estudio. Chile obtiene el mejor resultado con 79 puntos y Cuba el peor con 28,5 puntos.
Nuestro país ocupó el puesto 175 entre las 178 economías de las cuales se pudo obtener información y el penúltimo lugar en la región. En la clasificación general 3 países obtienen peores resultados que Venezuela: Zimbabue, puesto 176  con 35,5 puntos, Cuba en el puesto 117 con 28,7 puntos y Corea del Norte. Nuestra calificación es 36,3 puntos. Los socios “comerciales e ideológicos” del ALBA obtienen mejores resultados que nuestro país. Ante este resultado, surge la pregunta: ¿qué pasa con nuestra economía?, ¿por qué países afines en lo ideológico presentan mayores libertades económicas? ¿está nuestro gobierno sobreestimando el petróleo?
Los resultados demuestran que respecto al año pasado, de los 10 sub índices medidos, Venezuela mejoró la calificación en 3, disminuyó en 4 y obtuvo la misma calificación en el resto. En los 20 años de medición del índice nuestro país ha disminuido su calificación  en 23, 5 puntos, la peor disminución de todos los países que forman parte del estudio.
La libertad económica no es un objetivo, es un medio para alcanzar un fin que es vivir mejor. Siempre será discutible si la libertad económica a secas es sinónimo de calidad de vida, lo que sí sabemos es que los países con mayores libertades económicas poseen ingresos per cápita mayores y que en cualquier país con mayores libertades económicas, sin necesariamente catalogarse como “libre” se vive mejor que en la Venezuela actual, de eso, no tengan la menor duda. La economía venezolana ha sido por lo general “mayormente controlada”. Históricamente la dirigencia política de nuestro país ha creído que por el tema petrolero eso tiene que ser así, en lugar de realizar cambios favorables y generar mayores libertades económicas, surgió esa nueva casta política denominada “chavismo” y convirtió a la economía venezolana en “reprimida”, los resultados están a la vista, lo demás es gamelote y propaganda.

¿Tarjeta de Abastecimiento?

Recientemente se presentó oficialmente el sistema de abastecimiento seguro de alimentos que tiene como principal figura la “tarjeta de abastecimiento seguro” para realizar compras en la red pública que venden alimentos: Mercal, Pdval y abastos Bicentenario. A partir del primero de abril comienza el registro biométrico que no es más que el levantamiento de una base de datos de afiliados a dicho programa basado en la huella dactilar de cada usuario.
De entrada el nombre del programa genera suspicacia porque al reforzar la idea de abastecimiento seguro da la sensación que en este momento no lo es, es decir, el gobierno con esa frase reconoce que hay fallas en el abastecimiento de alimentos en la red pública y su solución al problema es racionar la venta de productos. Durante la presentación del sistema el ministro de alimentación Félix Osorio utilizó eufemismos para tratar de ocultar lo que es obvio.
En principio presentarán la tarjeta de abastecimiento seguro como un programa de fidelidad a las tiendas de la red pública. Estos programas son muy conocidos internacionalmente y en el país se aplican en varias tiendas del sector alimentos y farmacia. La idea es que al afiliarse al programa el beneficiario reciba descuentos y participe en diferentes rifas que el gobierno en su momento anunciaría. Si no desea afiliarse podrá comprar pero no recibirá los beneficios de estar asociado a la tarjeta de abastecimiento (generalmente son descuentos en los productos), en este caso y dado que los productos de la red pública de alimentos están subsidiados, lo lógico es que de no tener la tarjeta la gente compre pero no pueda participar en las rifas que promocionarán.
Hasta aquí todo suena muy bonito (excepto el tema de los subsidios) pero como en economía los almuerzos gratis no existen, es importante entender que podría estar detrás de este mecanismo. El argumento del gobierno para la tarjeta de abastecimiento seguro es el contrabando de alimentos porque la “comida se ha convertido en mercancía”. Lo que en el gobierno saben y no reconocen públicamente es que los responsables de esa situación son ellos mismos por el absurdo control de precios que insisten en mantener. Ante esta situación y el desabastecimiento existente no les queda más que racionar o que es lo mismo “abastecer de forma segura”.
El Ministro Osorio afirmó -palabras más, palabras menos- que no es normal que una persona compre comida todos los días. De eso se concluye que si usted compra pollo hoy, no podrá comprar nuevamente hasta que le corresponda. Esto quiere decir que se debe tener una planificación exacta de lo que usted consumirá en la semana. Todavía queda la duda si el sistema funcionará con terminales de cédula para comprar, si es así, todo quedaría al azar porque si el día que a usted le corresponde comprar no hay pollo y este llega tres días después, usted tendrá que esperar al día de la semana siguiente que le toca comprar para ver si queda pollo y puede comprarlo. Si por el contrario, no es por número de cédula y usted puede ir a comprar cuando crea conveniente muy probablemente le apliquen una cuota por producto y eso no tiene otro nombre que racionamiento.
El gobierno a través de este programa reconoce (implícitamente) el problema con el abastecimiento de alimentos y también confirma que los seguirá teniendo en el mediano plazo. Para ellos la solución es seguir importando y regulando precios pero para eso, ahora, están obligados a racionar porque las regulaciones son cada vez más difíciles de sostener. Un ejemplo de esto es el aumento de varios de los productos de la canasta de bienes regulados, eso sí, no lo dicen muy duro ni hacen un acto para eso. La fiesta populista debe continuar pero ahora sin mucho lujo, los mejores tiempos parecen haber pasado y ahora solo queda “vivir del apellido” que en este caso no es más que la propaganda oficial. Todo esto genera la duda si la tarjeta está pensada solo para el sector público, en definitiva, si ¿llegó para quedarse?

¿Hacia dónde vamos?

El país vive días muy difíciles, tanto en lo económico, político y social.  Problemas hay por todas partes y lamentablemente parece que nos estamos acostumbrando a eso. Mientras todo el mundo piensa en lo político (por razones más que obvias), la economía sigue aceleradamente por un precipicio: en términos reales la economía está paralizada. Desde hace meses he advertido que estamos en condiciones muy parecidas a la del paro del año 2002 pero sin estar oficialmente en paro.
Las colas se han convertido en parte de la rutina del venezolano y el racionamiento lenta pero explícitamente invade nuestra actividad comercial. En la actualidad no hay forma ni manera de hacer compras de una manera agradable, lo que para muchos ha sido un tema de distracción (a pesar del problema inflacionario que sufrimos desde hace 35 años) ahora es una fuente de angustia y desesperación.
Mientras tanto el gobierno y la oposición desarrollan sus propias épicas para salir “vencedores” de esta contienda absurda que nos arrastra a todos por igual. Las decisiones económicas no terminan de tomarse y el Sicad es una de las tantas que se deben desarrollar para que nuestro aparato productivo comience a levantarse. Un país sin una economía pujante producto del esfuerzo del trabajo y la tecnología jamás saldrá adelante, lamentablemente, nuestro país es un ejemplo de eso.
Mientras algunos juegan a ser héroes y otros a ser revolucionarios la economía venezolana presenta las mayores distorsiones de su historia. En el continente nos ven con extrañeza porque es muy difícil entender como un país con las mayores reservas petroleras del planeta vive una crisis económica tan severa. En el extranjero comienzan a pensar que los venezolanos no estamos a la altura del compromiso que tenemos, es decir, lo que está pasando no es solo culpa del gobierno por sus políticas económicas erradas sino de la gente que lo adversa por no querer entender la realidad que vivimos como país.
Los problemas económicos que actualmente vivimos son superables y en menos tiempo de lo que podríamos pensar, Venezuela podría recuperar su lugar en el contexto continental, de eso no tengo la menor duda, sin embargo, para eso es necesario cambiar el modelo económico y lamentablemente el gobierno no da muestro de quererlo hacer. Su insistencia en ideas fracasadas nos está llevando por la senda del racionamiento y el empobrecimiento. Con mucho menos de todo lo que se ha gastado en términos sociales durante la revolución se podría tener un verdadero sistema de seguridad social y un sistema de educación básica de primer nivel.

Hasta el año 2012 en términos políticos nos veían mal pero como en términos económicos y sociales  todavía se podría mostrar “algo” la duda quedaba latente. En la actualidad nos ven peor políticamente y como económicamente no hay resultados positivos que mostrar queda en evidencia que la revolución bolivariana es una ficción. En lo económico, estamos entrando lentamente y sin que la gente se dé cuenta en una situación impensable hasta hace poco tiempo, sin embargo, la semana pasada escuche en televisión a una señora joven afirmando (palabras más, palabras menos) que ella no compraba pollo ni a 90 ni 110, no compraba harina a 30 ni aceite a 40, que ella hacia su cola feliz de la vida y que le parece bien lo que estaba haciendo el gobierno. Esa Venezuela de largas colas es la que tenemos y posiblemente la que se establezca como patrón en el corto plazo si no se toman las decisiones adecuadas.

¿Se acabó la manguangua?

De acuerdo a las declaraciones del Ministro Rafael Ramírez a partir del día de hoy comienza a funcionar el Sicad II. Este mecanismo se convertiría en la tercera tasa de cambio oficial que regiría en nuestra economía. Según lo afirmado por el Ministro Ramirez el viernes pasado, Sicad II será una maravilla, no presentará trabas, siendo la oferta y la demanda las protagonistas de este nuevo episodio de la novela cambiaria revolucionaria.
Sin duda la iniciativa es positiva y se debe ver con buenos ojos que el gobierno haga un intento (posiblemente insuficiente) por sincerar la política cambiaria. Posiblemente lo está haciendo un poco tarde, sin embargo, es mejor que no hacerlo. Lo importante aquí es entender bien el mecanismo y analizar hasta qué punto el gobierno podrá soportar la demanda en ese mercado, es decir, ¿hay suficientes divisas para abastecerlo?, en este sentido hay argumentos para todos: quienes dicen que para este año podrían conseguirse los recursos y otros que son completamente escépticos con el tema y no creen que Sicad II pueda funcionar.
Todo indica que el gobierno no tiene mayor margen de maniobra y tendrá que asumir este tercer tipo de cambio de acuerdo a lo que dictamine el mercado, lo cual, supondría un tipo de cambio bastante mayor al que tenemos en la actualidad. Mientras más alto sea este tipo de cambio, se esperaría que la demanda disminuya, sin embargo, al ser menor que el innombrable salta la pregunta, si hay gente que está comprando a esa tasa innombrable:¿por qué dejarán de hacerlo a una tasa menor como la que tendría que surgir de Sicad II? En principio la idea es rescatable, el problema es que no queda claro ¿hasta dónde llegará?, ¿Cuál será su profundidad? y ¿qué impacto tendrá sobre la dinámica en el otorgamiento de divisas que se requieran para bienes que acudan a Cencoex y Sicad I?
No deja de llamar la atención que el gobierno haya esperado hasta este momento para tomar la decisión de re-legalizar el mercado permuta, ¿por qué dejar que el innombrable se depreciará tanto?, ¿es una estrategia deliberada o simple incapacidad? Sin duda esto oxigenará el mercado cambiario, sin embargo, no hay que hacerse muchas ilusiones porque esto no es más que un trapito caliente. Nada garantiza que el abastecimiento mejore porque debemos entender que el gobierno presenta un serio problema en la oferta de divisas. Recientemente se ha vuelto ir a China y Rusia para pedir financiamiento, eso no es por gusto, es por necesidad.

El Sicad II supone el primer paso para ir sacando a gente de la fiesta, se acabo la manguangua pero no para todo el mundo, básicamente se acabará para los sectores medios asalariados. Los grupos de presión tendrán su cuota asegurada en el reparto y para ellos muy difícilmente cambien las cosas. Ahora la fiesta será con estricta invitación, nada de arroceros porque no hay cama para tanta gente, es bueno que lo entiendan de esa manera y recuerden que esto apenas comienza.

Todo por una cola…

El país vive días difíciles, negarlo sería una tontería. La situación económica es cada vez peor y todo indica que empeorará en la medida que desde el gobierno no den muestras de cambiar las condiciones bajos las cuales opera la economía. Lo que estamos viviendo es una lucha feroz por el control cambiario, es decir, quien controle los dólares, controla el país.
Detrás de toda esta situación, lo que existe es el enfrentamiento entre grupos de poder para controlar las rentas provenientes del mecanismo más perverso que ha existido en nuestra economía en los últimos treinta (30) años: el control de cambio. Llámelo Recadi, Otac o Cadivi, es indiferente, lo que usted debe entender amigo lector es que vivimos toda esta tragedia económica porque existen grupos muy poderosos que están en desacuerdo con sincerar la política cambiaria de este país porque perderían espacios y poder. Tal como se plantea el juego hoy, quien domina los dólares tiene el poder político. De eso sabe bastante el ex ministro Jorge Giordani quien testarudamente ha hecho de nuestra economía la de mayor retroceso en el hemisferio occidental en los últimos quince (15) años.
He expresado muchas veces en este espacio que el modelo económico del gobierno es un desastre, sencillamente no funciona. No existe excusa alguna para que estemos viviendo todo esto. Hay que decirlo, este gobierno se rumbeó todo el dinero que ha ingresado a este país desde que llegaron al poder y no quieren asumir su responsabilidad. Solo les queda decir: “la revolución se ocupó de los pobres”, un argumento que es un insulto a la inteligencia de la gente decente y trabajadora de este país.
Si el gran logro de la revolución es haber hecho que la gente más desposeída del país esté bien, permítanme decirles que existen formas muchísimo mejores de hacer que la gente viva mejor (si es que acaso, los pobres de este país lo hacen), Brasil,  Colombia, México y Perú lo han demostrado.  La revolución y su modelo económico es pura ficción.
Quien imaginaría en el año 2006 cuando el comandante eterno y máximo representante de la revolución bolivariana arrasaba en las elecciones presidenciales que ocho (8) años después el país pasaría por la situación que actualmente atraviesa. En ese entonces todo el mundo vivía la euforia de de un modelo que exacerbó el consumo, la distribución y nunca se ha ocupado de la producción y la generación de riqueza. Es falso que Venezuela sea un país rico, las cifras lo demuestran.
Hoy más que nunca necesitamos sensatez en materia política y económica, mientras el actual modelo siga en desarrollo lo que nos espera son colas y más colas, inflación y más inflación, escasez y más escasez. El “socialismo” tal como lo plantea el gobierno significa inflación y escasez, es decir, COLAS.

Mientras los grupos de presión más sanguinarios y mercenarios que han existido en la historia económica de nuestro país resuelven su problema para ver como el control de cambios los sigue beneficiando, la gente hace cola para comprar comida y medicinas, algo que no deja de ser una inmoralidad dados los precios internacionales del petróleo. Es inadmisible que estemos viviendo semejante situación. Este gobierno pone a la gente a hacer cola en plena bonanza petrolera, imagínense si los precios del petróleo disminuyen y se estabilizan.

Tienen una papa caliente

Ya estamos en febrero y la situación económica sigue deteriorándose. Los “anuncios” que hacen desde el poder ejecutivo no se cumplen. El mejor ejemplo de esto es la suspensión de la última asignación vía Sicad, lo cual genera más ruido a la ya deteriorada economía de nuestro país. Particularmente, me cuesta creer que sea por falta de recursos, tiendo más a pensar que es un tema de luchas y disputas internas dentro del gobierno, lo que deja en evidencia que no pueden ni organizar una liquidación de divisas para el sector privado, así están las cosas en este momento.
Al momento de escribir estas líneas el Banco Central no ha publicado los resultados de la inflación del mes de enero y legalmente (cualquier cosa que eso signifique en este país) tiene hasta el día de hoy para hacerlo. Nada indica que la inflación se esté desacelerando y el abastecimiento mejorando. Basta ir a cualquier supermercado para darse cuenta de lo que ocurre. Hace poco fui a uno,  había una cola para entrar y marcaban con números a la gente en el brazo, ¿la razón?, había aceite.
Por otra parte, los centros comerciales se ven en una situación bastante complicada porque muchas tiendas no tienen mercancía y de seguir así llegará el momento en que muchos comerciantes cerrarán sus tiendas. Unos tendrán más capacidad de aguante que otros pero en general la situación no es la más placentera de todas.
Números de la Cámara Automotriz  de Venezuela (Cavenez) revelan que en enero se produjeron 296 vehículos, mientras que en enero del año pasado la cifra fue de 1945. Para que entendamos lo que ocurre en la industria automotriz: en enero de 2007 se produjeron 11 955 vehículos. De los vehículos producidos en enero de este año, Toyota produjo 291 y Mack 5, las ensambladoras restantes no produjeron vehículos durante el mes, de los modelos chinos no tengo información.
De acuerdo a la firma Ecoanalítica, la deuda no financiera en divisas del sector público es de 56 215 millones de dólares para el año 2013. De este monto 8 700 millones por importaciones no liquidadas de Cadivi y 14 215 millones por expropiaciones a empresas extranjeras, estos montos representan aproximadamente 41% de esa deuda. De esta cifra lo relevante no es tanto el monto sino las condiciones financieras del gobierno para hacer frente a sus responsabilidades. La situación de las líneas áreas entra en el monto total de esta deuda y desde el gobierno plantean pagar con gasolina. Estarán pensando que las líneas aéreas son como Bolivia, Cuba, Nicaragua y sus otros “socios”.
Lamentablemente y como era de esperar, el Sr. Maduro no ha manejado la situación económica adecuadamente, posiblemente piense que está haciendo su mejor esfuerzo pero nada más alejado de la realidad. La inestabilidad del gabinete en materia económica lo delata y si bien hace intentos como el de cambiar las autoridades en el sistema financiero, la falta de un plan concreto y lógico desde el punto de vista económico es la principal amenaza para que la economía se estabilice. La designación de Andreína Tarazón al frente de la Superintendencia Nacional Para la Defensa de los Derechos Socio Económicos (Sundde) y la respuesta de ella a Fedecamaras revelan que en el gobierno no se toman la economía en serio. 

Ley Orgánica de Precios Justos

Mientras buena parte del país sacaba cuentas y sufría el despecho de la reducción del cupo Cadivi, el gobierno promulgaba la Ley Orgánica de Precios Justos que en su artículo 7 establece: “se declaran y por lo tanto son de utilidad pública e interés social, todos los bienes y servicios requeridos para desarrollar las actividades de producción, fabricación, importación, acopio, transporte, distribución y comercialización de bienes y servicios”, aclarando que el Estado puede comenzar el proceso expropiatorio cuando se hayan cometido ilícitos económicos y administrativos.
La ley crea la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socio Económicos (SUNDDE) que entre sus atribuciones y facultades tiene “fijar los precios máximos de la cadena de producción o importación, distribución y consumo, de acuerdo a su importancia económica y su carácter estratégico, en beneficio de la población, así como los criterios técnicos para la valoración de los niveles de intercambio equitativo y justo de bienes y servicios
Adicionalmente se crea el RUPDAE: Registro Único de Personas que Desarrollan Actividades Económicas y la figura del certificado de precios justos que servirá para gestionar la adquisición de divisas y cualquier otro tramite que establezcan. El artículo 32 de la ley establece: “el margen máximo de ganancia será establecido anualmente atendiendo criterios científicos, por la SUNDDE, tomando en consideración las recomendaciones emanadas de los Ministerios del Poder Popular con competencia en las materias de comercio, industrias y finanzas. En ningún caso, el margen de ganancia de cada actor de la cadena de comercialización excederá el treinta (30) puntos porcentuales de la estructura de costos del bien o servicio
Los tipos de sanciones establecidos en la ley son: multa, suspensión temporal del RUPDAE, ocupación temporal con intervención, cierre temporal, clausura, confiscación de bienes y revocatorias de licencias. Adicionalmente, las siguientes acciones estarán sujetas a multa o sanción penal, dependiendo del caso: expendio de alimentos o bienes vencidos, especulación, importación de bienes nocivos para la salud, alteración fraudulenta, acaparamiento, boicot, reventa de productos de primera necesidad, condicionamiento, contrabando de extracción, usura, usura en operaciones de financiamiento, alteración en bienes y servicios,  alteración fraudulenta de pecios y corrupción entre particulares.

Esta ley es otro paso para regresar a la edad de piedra, un granito de arena hacia la barbarie. Es sencillamente inaceptable que en pleno siglo XXI tengamos que ver cosas como esta. Los incentivos que están detrás de este artefacto legal desarrollarán una gigantesca red de burocracia y corrupción. Cuanto representará en costos para un pequeño comerciante “ponerse al día” con la ley; después pretenden que eso no forme parte de la estructura de costos de los empresarios y comerciantes. Es cierto, la ley da miedo pero también es cierto que muchas veces el gobierno no mete miedo ni prendido en candela, es decir, hay cosas que son sencillamente inaplicables. No dudo que intentarán hacerlo pero me parece más que es un método de coacción para sacar los dientes cuando necesiten buscar excusas de todo el desastre económico que están generando.

Con esto no se resolverá ningún problema económico, los precios son precios y punto. Si quieren que los niveles de precios no varíen en exceso, sencillamente deben generar los incentivos para que la economía funcione adecuadamente y dejar al mercado lo que es del mercado y al Estado lo que le corresponde. El país va cada vez peor, lamentablemente se retrocede más rápido de lo que se avanza y el mejor ejemplo es esta ley que esperemos se quede engavetada. Amanecerá y veremos.

Esto apenas comienza.

El panorama cambiario parece aclararse un poco, sin embargo, siguen las dudas. Lo anunciado por el ministro Ramírez la semana pasada se veía venir, es lo más lógico, no está mal pero es incompleto, insuficiente e incierto.La situación económica del país va más allá del cupo electrónico y las vacaciones para la familia. Lo criticable no es lo que se está haciendo sino las razones por las cuales se ha llegado hasta aquí. En las actuales circunstancias “migrar” la mayor cantidad de sectores a otra tasa de cambio (que no es más que devaluar) es lo más lógico. Se debe entender de una vez por todas que el dólar a 6,30 es insostenible.
Me impresiona muchísimo que la gente esté realmente preocupada por el tema de los cupos y como quedarán. Parecería que ese es el gran problema del país: los cupos de Cadivi, cuando en realidad hay cosas realmente importantes que resolver dentro de la difícil situación económica que vivimos. Reinvindicar tu derecho al cupo electrónico y de viajero barato en una situación tan compleja como esta es insensato y muestra parte del problema.
Las nuevas providencias en materia cambiaria establecen más restricciones para destinos como Aruba, Bonaire, Colombia, Costa Rica, Curazao, Panamá, Perú y Florida. Esto es lógico con la idea de atacar a los “raspacupos”, sin embargo, lo que generará es que estos cambien de destino y se muden a los países del ALBA o Mercosur donde aparentemente todo quedo igual que el año pasado. A los Orlando dependientes, no se preocupen, la revolución pensó en ustedes y podrán ir por ejemplo a Nueva York, Atlanta, Chicago, San Francisco o cualquier otra ciudad del imperio, para que conozcan un poco mejor ese país.
Es importante entender que a 11,30 Bs/$ la demanda de dólares sigue siendo insostenible con lo cual es muy probable que vengan otras devaluaciones en el resto del año, esto quiere decir que esta novela apenas comienza. La tasa Sicad se deslizará semanalmente. Falta sincerar aun más la situación cambiaria, el aumento de la gasolina, de los servicios públicos y mayor escasez e inflación. Si, vienen colas y más inflación. El modelo económico chavista y su variante “madurista” se sustenta en elevada inflación, eso está demostrado.
El gobierno avanza en su modelo de control social y la gente piensa en los cupos de Cadivi, cada vez hay más restricciones. El próximo paso muy posiblemente sea centralizar las importaciones, algo que ya hemos comentado en este espacio. El avance hacia el estado importador-comercializador es un hecho y eso si es verdad que es un paso gigante en materia de control social, lo comerciantes y empresarios comprarán los insumos que el gobierno decida, hacia allá vamos.
El panorama se despeja un poco pero no necesariamente se ve alentador. Devaluar les ha tomado tres (3) anuncios oficiales, quiere decir que se debe tener más paciencia porque posiblemente sea lento pero seguro. Sin prisa pero sin pausa. Recuerden que el tema central son los “raspacupos” y no las empresas fantasmas y las importaciones públicas ficticias

Sobre la felicidad.

Recientemente en la Gaceta Oficial Nº 40 280 se formalizó la creación del vice ministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo que se encargará de la rectoría de las políticas, planes, programas y acciones de prevención, protección, salud, atención, educación, recreación e inclusión social, así como la evaluación y seguimiento de tales políticas, para el abordaje de la problemática social de los venezolanos y venezolanas”.

Las reacciones han sido diversas, principalmente con un tono burlesco, como era de esperarse, sin embargo, no deja de ser interesante porque la felicidad o bienestar subjetivo como se le denomina en el área académica es uno de los temas de mayor desarrollo e interés en los últimos años en las ciencias sociales, principalmente en economía. Podríamos afirmar con toda responsabilidad que los estudios de medición de la felicidad (bienestar subjetivo) están de moda.
Muestra de esto es que en las principales revistas académicas de economía se ha publicado al menos un artículo sobre el tema en los últimos 10 años y en algunos casos números enteros o ediciones especiales para tratar el área. Para los escépticos es importante aclarar que desde el año 2000 se edita el Journal of Happiness Studies, una revista académica dedicada exclusivamente a publicar investigaciones sobre el tema de la felicidad o bienestar subjetivo desde los diferentes enfoques que existen en ciencias sociales. Lo que quiero aclarar con esto es que los estudios sobre bienestar subjetivo forman parte de la agenda de investigación en ciencias sociales y cada vez son más visibles. Por supuesto, no están libres de críticas feroces como suele ocurrir cuando algún área emerge con fuerza en el campo de la investigación empírica.
Hace pocos días, Angel Alayon (@angelalayon) director del portal web Prodavinci (@prodavinci) escribió un interesante artículo sobre la creación de este viceministerio. En esencia concuerdo con Angel en la idea central de su artículo, yo lo complementaría con algunas referencias al trabajo de Andrew Oswald que ha permitido desde el enfoque económico un mejor entendimiento de los estudios de la felicidad al establecer relaciones entre el bienestar subjetivo y la productividad, el suicidio, la desigualdad, la hipertensión, la obesidad, el desarrollo humano y el sexo por mencionar algunas de las variables que son estudiadas en el área y que van más allá del ingreso como variable fundamental del análisis.
Aclarado el punto sobre la felicidad como objeto de estudio, podemos valorar la propuesta del gobierno. Al escuchar el anuncio yo le di el beneficio de la duda porque en realidad este es un tema más serio de lo que parece, tanto así, que Inglaterra en pocos años comenzará oficialmente a medir el bienestar subjetivo y lo tendrá como parte de sus indicadores nacionales, sin embargo, cuando veo lo que realmente hará el vice ministerio, concluyo que no es lo que ha debido o podría ser. Lamentablemente será una oficina más que supervisará (si es que se puede) las misiones y el tema del gasto social. Lo mejor que podrían hacer es evaluar realmente los programas sociales, como Angel apuntó en su artículo. Hacer eso, sería un logro, sin embargo y lamentablemente, siempre quedará la duda.
Ante semejante pomposidad, lo mejor sería denominarla “Unidad de seguimiento para el Bienestar Social” u “Oficina Nacional de Bienestar Social” y si querían darle rango ejecutivo mejor quedaba “Ministerio/Vice Ministerio de Bienestar Social”, cualquier de estos nombres se parece más al gobierno y al venezolano en término generales, es como más ADeco que al fin y al cabo es lo que termina siendo este país.

Lamentablemente un tema interesante termina siendo una burla nacional principalmente por dos razones: el desconocimiento de la gente sobre estos temas y la grandilocuencia de los asesores del gobierno que en lugar de tomarse estos temas seriamente lo agarran de guachafa. Esperemos que hagan una evaluación independiente y muestren los resultados.

¿Cuál presupuesto? (con fecha de octubre-noviembre)

Como es costumbre en esta época del año se presenta el proyecto de ley del presupuesto nacional para el próximo ejercicio económico. El ministro Nelson Merentes en una fugaz intervención presentó las premisas bajo las cuales desde el gobierno esperan que se comporte la economía. El escenario base del gobierno es un presupuesto inicial de 552,6 millardos de Bs, el precio del barril de petróleo en 60$, la inflación entre 26 y 28%, crecimiento económico de 4% y no contempla devaluación, es decir, las cuentas están sacadas a 6,3 Bs/$.
Lo del ministro Merentes la semana pasada fue un saludo a la bandera, estoy convencido que presentó los números porque es su obligación hacerlo pero él sabe que lo expuesto es falso y no es precisamente un mentirita blanca, es una gran irresponsabilidad. Con la actual situación económica del país no hablarle claro a la gente es una falta de respeto.
Para que tengamos una idea del contrabando que el ministro Merentes intentó meterle al país con el presupuesto es necesario establecer que la inflación este año cerrará por el orden del 50%, tres (3) veces más que lo establecido en el presupuesto del año pasado. La economía posiblemente crezca este año pero de hacerlo será un número magro y de seguir así las cosas el año que viene sería peor, cuidado si este año cierra con contracción económica. El precio del barril de petróleo se presenta deliberadamente subestimado para así poder manejar los recursos discrecionalmente, ha sido así desde siempre pero la revolución ha exacerbado esta práctica. El chiste de no plantear devaluación se cuenta solo, la economía es inviable con el tipo de cambio oficial que tenemos y ellos lo saben.
El presupuesto de una nación que es un importante documento para poder hacer análisis de la coyuntura económica de un país se ha convertido en un chiste para los encargados de las finanzas públicas. Sencillamente no pueden tomarse seriamente los números presentados por el ministro Merentes, más cuando sabes que desde el año 2009 ha afirmado que la inflación será de un digito, es decir, nuestro apreciado encargado de la economía del país no tiene credibilidad alguna, podrá ser muy buena gente pero sus anuncios no son creíbles y por lo tanto no generan confianza.
La peor señal que puede dar un gobierno es no ser transparente y si bien es cierto desde hace mucho tiempo el presupuesto nacional no se ha cumplido, en esta oportunidad, la situación económica no es igual a la de años anteriores. Es realmente delicada y la gente merece un poco de respeto.
Un reciente estudio de la firma consultora ODH revela que en los últimos seis (6) años el gasto ha sido mayor a lo previsto, el desempeño económico nunca es el esperado, solo en dos (2) oportunidades los años 2008 y 2012 el crecimiento efectivo de la economía se acerco al estimado. La inflación sigue en aumento, en un (1) de los últimos seis (6) esta se ha acercado a lo establecido en el presupuesto. El precio del petróleo siempre es subestimado y nunca anuncian la devaluación. Esto corrobora que no hay razones para creer en el presupuesto presentado.

La situación económica del país es cada vez más compleja, los problemas coyunturales parecerían estar convirtiéndose en estructurales lo cual es una muy mala noticia, mientras más tiempo pase para ejecutar las medidas necesarias menos margen de maniobra tendrán en el gobierno. El próximo año podría ser peor que este. La responsabilidad es del gobierno que parece no estar entendiendo la magnitud del problema económico que tenemos como nación. Amanecerá y veremos.

Tenemos como, pero…

Una de las frases que más se ha repetido sobre Venezuela en los últimos 30 años es  “tenemos un enorme potencial”. Siempre que la situación se complica utilizamos esa frase par darnos ánimo y no caer en la desesperanza que a final de cuentas es lo peor que podría ocurrir. Comparándonos con otros países de la región, sin duda tenemos enormes posibilidades de llegar lejos como nación, sin embargo, lo de Venezuela va más allá de sus posibilidades, es un tema relacionado con lo que creemos ser pero no somos.
Nuestros gobiernos le hacen creer a la gente que somos un país rico cuando no lo somos. Una cosa es tener recursos naturales y otra muy distinta es ser un país rico. En general, el venezolano tiene una relación particular con el petróleo y este sirve de excusa para hacer del venezolano un personaje muy particular: viste y vive como el que más tiene cuando muchas veces no le alcanza para el saldo del teléfono.
El boom de consumo de los últimos 10 años refleja lo que el venezolano aspira ser, lo que quiere ser pero estamos lejos de ser: un país de avanzada. Usted habla con colombianos, mexicanos, brasileros y se da cuenta que nuestra realidad es completamente diferente, se parecen mucho pero existen grandes diferencias. Latinoamérica entera dio pasos muy importantes durante la última década en términos económicos y sociales, sin embargo, Venezuela ha quedado rezagada. Nuestros vecinos de la región no terminan de entender como con todo “nuestro potencial” estamos como estamos.
Lo que sucede y se discute hoy en el país es algo que cuesta mucho asimilar en otras latitudes pues hace ya un buen tiempo que las ideas que intentan implementar en Venezuela fracasaron. Al extranjero le llama la atención la “modernidad” del venezolano y la “antigüedad de las ideas” del gobierno actual. Es simplemente inconcebible lo que hoy nos sucede.
Explicar el tema cambiario y como se hacen largas colas en los supermercados o como no se consigue papel sanitario es algo doloroso porque te das cuenta que no sirve de nada “tener un gran potencial” si no sabes usarlo. El caso de Venezuela se parece mucho al caso del prospecto numero 1 de la organización que sabiéndose con talento comienza a hacer tonterías pensando que es intocable hasta que lo despiden y se queda sin contrato después de haberse gastado todo el bono que le dieron cuando lo contrataron, ¿les suena conocido ese caso?. Eso es lo que pasa con el país y con los venezolanos. Tenemos mucho “potencial” pero no lo desarrollamos y creemos que nos las estamos comiendo porque el petróleo da para eso y mucho más.

Las cosas comenzarán a cambiar cuando entandamos que no somos un país rico y que el petróleo no es un fin sino un medio que podría llevarnos a ser un mejor país pero no es el único medio que existe para que progresemos, posiblemente el más importante pero no el único. Nuestro potencial en efecto está ahí pero necesita que lo desarrollemos entre todos. Es falso que a todos nos toca una gota de petróleo y que nos merecemos todo lo que creemos que nos merecemos, si no trabajamos y nos esforzamos, no saldremos de esta dolorosa situación. Es necesario replantear lo que nos interesa como país y como sociedad pero sobre todas las cosas, como venezolano. Eso es vital para salir adelante, de lo contrario nos quedaremos como el ejemplo del prospecto que lo tuvo todo pero nunca llegó, es decir, como la eterna frase “tenemos un potencial enorme, pero…”

Bienvenidos a Cuchizuela.

Las relaciones políticas y económicas entre países siempre existirán, sin ellas la globalización no sería posible. Nuestro país ha tenido muy buenas relaciones a lo largo de su historia democrática con una gran cantidad de países y de las más variadas tendencias políticas, sin embargo, lo que se ha logrado con Cuba y China en los últimos años posiblemente sea algo nunca antes visto en nuestra historia.
En lo político Cuba ha logrado establecer una influencia importante para el gobierno de Venezuela, con la estrategia de la ayuda social ha ido penetrando poco a poco las más altas esferas del poder político en Venezuela, eso al día de hoy es innegable. Pregúntenle a militares venezolanos si esto es cierto o no. En este sentido es interesante reflexionar sobre la necesidad que tenemos como país que otra nación influya de manera determinante en nuestra vida política y no me refiero a que sea Cuba sino a cualquier otro país. Aquí no vale la falsa dicotomía: si es Cuba es malo y si es otro país es bueno, sencillamente, es inaceptable que otro país sea quien muchas veces decida lo que se debe hacer en determinada materia. Una cosa es la cooperación internacional de cualquier tipo y otra cosa es lo que este gobierno ha permitido que Cuba haga en nuestro país.
En materia económica se ha realizado un acercamiento con China que no deja de ser interesante pero genera muchísimas dudas porque como en todo acuerdo o contrato estamos obligados a leer lo que se denomina la “letra chiquita” para entender en su totalidad las condiciones de lo que se firma. El detalle está en que los venezolanos no conocemos bien los acuerdos y no sabemos exactamente lo que se está acordando. Si algo saben los chinos es hacer negocios y si algo tenemos claro los venezolanos es que la economía no va bien. Difícilmente los asiáticos hagan un acuerdo que no los beneficie, lamentablemente no podemos decir lo mismo del gobierno venezolano porque su condición es débil en este sentido, quien está necesitado es Venezuela, no China.
Lo que preocupa en el caso cubano es el tipo de colaboración que presta a nuestro país, es en algunos casos excesiva e injustificable. En el caso chino preocupa las condiciones de los acuerdos firmados porque no debemos olvidar que el barril del petróleo se encuentra en niveles favorables desde hace mucho tiempo, solo que a nuestro particular gobierno la cuenta no le cuadra.

Estamos en una situación en la que sentimos que dependemos cada vez menos de nuestro propio esfuerzo y capacidad para salir adelante. Los acuerdos con China podrían presentar ventajas para nuestro país, sin embargo, la mejor parte se la estarían llevando ellos. Estamos cada vez más endeudados y eso supone mayores restricciones para el mediano y largo plazo. Nuestros futuros hijos nacerán hipotecados.
El gobierno no acude al Fondo Monetario Internacional (FMI) pero va a China que no es lo mismo pero es igual, incluso podría ser peor. Todo indica que la última visita al país asiático no fue tan positiva porque si bien se firmaron acuerdos por montos importantes, dudo que hagan desembolsos en efectivo como los requeridos por el gobierno venezolano. Ellos saben cuál es nuestra condición financiera y nuestra forma de manejar las finanzas del Estado. No le extrañe que los revolucionarios acudan a otros entes para buscar financiamiento líquido.

Paradójicamente se hace alusión a la patria pero cada vez importamos más y por eso dependemos en mayor medida de otros países. El aparato industrial venezolano vive días complejos y ante tal situación la respuesta es importar más, eso de sentarse a dialogar con el empresariado es contrarrevolucionario camaradas, la dignidad nacional se defiende comprándole a los chinos y haciéndole caso a los cubanos. Dentro de poco cuando cualquier vuelo esté aterrizando en Venezuela, la tripulación dirá: “Damas y Caballeros, bienvenidos a la República Boliburguesa de Cuchizuela”.

Detrás de la ambulancia…

En septiembre del año pasado se publicó el Ínforme Global de Competitividad que es un estudio conformado por 148 países y basado en el denominado índice de competitividad global en el que se define la competitividad como las instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de una nación. Para esto se recopilan datos de doce categorías o pilares de competitividad: instituciones, infraestructura, entorno macroeconómico, salud  y educación primaria, educación superior y formación, eficiencia del mercado de bienes, eficiencia del mercado laboral, desarrollo del mercado financiero, preparación tecnológica, tamaño del mercado y sofisticación en materia de negocios e innovación.
Los resultados muestran que la competitividad en la región se está estancando debido a que se muestran bajas tasas de productividad. Los países mejor clasificados son Chile (34), Panamá (40), Costa Rica (54), México (55) y Brasil que pierde ocho puestos respecto al año pasado y se ubica en la posición 56. Los tres primeros lugares del índice lo ocupan Suiza, Singapur y Finlandia respectivamente, manteniendo sus posiciones respecto al año anterior. Por su parte Venezuela ocupa el puesto 134 superando solo a Mali, Malawi, Mozambique, Timor-leste, Myanmar, Burkina Faso, Mauritania, Angola, Haití, Sierra Leona, Yemen, Burundi, Guinea y Chad. Esto demuestra que nuestro país actualmente es el menos competitivo de Suramérica y el penúltimo de Latinoamérica.
El informe señala que Venezuela presenta un continuo deterioro en las variables tomadas en cuenta para el estudio, principalmente en las variables macroeconómicas y el desempeño institucional que queda evidenciado con los peores resultados del estudio en cuanto a eficiencia gubernamental, corrupción e independencia del poder judicial se refiere. Estos resultados se ajustan a la realidad que vive el país, sencillamente no se puede tapar el sol con un dedo: nuestro país es económica e institucionalmente inviable, un fracaso con letras mayúsculas.
Un país en el cual 95% de sus ingresos provienen de una misma actividad difícilmente sea competitivo en términos globales. ¿Cómo puede competir un empresario venezolano con uno chileno, brasilero, argentino o colombiano?, ¿qué puede ofrecer este país más allá de petróleo?, con el actual modelo económico, absolutamente nada.
Piense en cualquier país medianamente decente y se dará cuenta que es más competitivo que Venezuela, nuestra productividad que en los últimos 35 años ha venido disminuyendo, en los último 10 se fue por un barranco. No piense en los comerciantes, piense en el sector industrial, en los empresarios que transforman materias primas y producen un bien, ahí es donde estamos muy mal y un país así es absolutamente imposible que funcione, puede ser que ande pero eso no garantiza que lo haga bien.
Lamentablemente el modelo económico ha incentivado el comercio y los servicios, eso que no está mal es difícil que sea sostenible, más cuando entendemos que el principal incentivo es un tipo de cambio artificialmente bajo. El sector industrial es el más perjudicado con el actual tipo de cambio porque los incentivos son a importar y no producir, la única manera que les vaya bien es teniendo acceso a dólares preferenciales y ya conocemos muy bien esa historia.

Las políticas erradas y el oportunismo histórico presente en buena parte del sector industrial del país llevan a que nuestro país hoy muestre niveles de competitividad tan bajos. Venezuela no produce absolutamente nada pero se hacen muy buenos negocios porque si algo tiene nuestro país es que se hace dinero fácilmente y con unos niveles de rentabilidad bastante atractivos. Este es el cuento de nunca acabar, internacionalmente somos el hazme reír del mundo occidental y lo estamos pagando a un precio demasiado alto. Mientras tanto tenemos patria ¿para qué más?

Bienvenidos a Distorsiolandia

Sean todos bienvenidos a Distorsiolandia, el país de las maravillas donde todos tus deseos de consumo pueden convertirse en realidad.  Poseemos uno de los tipos de cambio más sobrevaluados del planeta y en eso radica nuestro éxito económico. Actualmente poseemos un generoso plan de subsidios que abarca desde los más necesitados hasta los que más tienen, sin exclusión alguna. Si algo caracteriza a Distorsiolandia es la solidaridad de nuestros gobiernos para que todo aquel que pueda beneficiarse lo haga sin ningún tipo de restricción.
En los últimos 30 años nuestra pujante economía ha tenido el acceso a las divisas extranjeras controlado en 3 oportunidades y suman 17 los años con controles cambiarios. Esta política medular del modelo económico distorsioladense ha permitido el progreso de muchísimas familias y la consolidación de otras. Es falso que los controles cambiarios hayan beneficiado solo a unos pocos. Hay que ver cuanta gente ha pasado de no tener ni siquiera para pagar el alquiler a poseer un patrimonio consolidado en cuestión de poco tiempo, eso se logra solo gracias a nuestra política cambiaria. Los márgenes de rentabilidad son únicos en el mundo e insisto mucha gente se ha beneficiado de nuestra acertada política.
Otro ejemplo para entender como en nuestra pujante economía las mal llamadas “distorsiones” ayudan a todos nuestros habitantes es el subsidio a la gasolina, en nuestro país el combustible es el más barato del mundo, tanto así que el agua mineral es más cara. Ningún país en el mundo puede decir lo mismo, nuestro subsidio a la gasolina representa entre 4 y 5 % del producto interno bruto de nuestra economía, esto ha permitido que los habitantes usen sus vehículos para absolutamente todas sus actividades. Por ejemplo, en Distorsiolandia para comprar el periódico, la gente prende su vehículo y va al kiosco que queda a 1-2 cuadras de su casa, no es necesario ir caminando.
Como el subsidio a la gasolina ha sido tan beneficioso para la población, la educación superior es gratuita, no importa que los estudiantes tengan recursos para pagar la universidad, en este país independientemente de quien gobierne la universidad será pública, popular y democrática. Lo de la calidad es otro tema que no viene al caso en este momento.
Por otra parte, nuestra política de precios ha sido de las más mejores en las últimas décadas. El precio de los bienes más importantes para nuestra población está regulado, esto permite que muchos productos sean baratos y como la cosa está tan buena existan esporádicos episodios de desabastecimiento, nada que nuestro gobierno no pueda resolver importando alimentos y electrodomésticos. Algo que solo es posible gracias a nuestra acertada política cambiaria.
Este modelo económico ha permitido que el desempleo esté en mínimos históricos, aquí el que no trabaja y no produzca para la casa es porque no quiere, fíjese usted lo siguiente: nuestra política de subsidios y regulaciones ha permitido que la gente pueda desempeñarse como cadivero, sicadero, sitmetero, CNPero, entre otras actividades muy lucrativas que agilizan la puesta en marcha de nuestra actividad económica.
En Distorsiolandia es difícil ver protestas en contra de los subsidios que la población recibe. En los sectores menos favorecidos funciona muy bien la red de alimentos y en los sectores medios-altos, nuestra política cambiaria ha permitido tener un subsidio directo a las divisas que ha sido manejado de forma muy eficiente. En nuestro país, los subsidios están muy bien enfocados: comida para los que menos tienen y dólares para los que tienen un poco más, esto ha permitido tener a la gente contenta en términos generales. Eventualmente surgen críticas pero nada para preocuparse. Aquí la gente está feliz. Estos maravillosos subsidios nos permiten tener hábitos de consumo únicos en el mundo, por eso te invito a Distorsiolandia, donde el único riesgo es que te quiten el subsidio. La idea de estas líneas se la debo a Omar Zambrano (@econ_vzla).
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¿Por qué estamos rezagados?

La inversión en tecnología es un componente importante para que los países progresen. No solo es la acumulación de capital sino la capacidad creadora que tienen los países lo que permite avanzar como nación. Lo que el gran economista austriaco Joseph Schumpeter denominó “destrucción creadora”.  Un país con mayor capacidad innovadora es sin duda un país con mayor grado de desarrollo y crecimiento económico en el largo plazo.
Actualmente desde la escuela de economía y el instituto de investigación de Faces-UC junto con la profesora Rosa Morales desarrollamos un proyecto de investigación sobre las capacidades innovadoras de los países latinoamericanos. Algunos resultados que hasta la fecha se pueden compartir son los siguientes: Durante el período 1976-2011, once países de Latinoamérica: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela registraron 3681 patentes en la oficina de patentes de los Estados Unidos de Norteamérica (USPTO). Brasil es el país líder en la región seguido de México y Venezuela.
Este dato es revelador porque cuando se compara con países industrializados nos damos cuenta que estamos muy lejos de lo que ellos hacen, por cualquier tipo de razones pero estamos lejos. Para que tengan una idea, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha producido más de 5 000 patentes en el mismo período. Solo una universidad estadounidense ha producido más patentes que 11 países de Latinoamérica juntos. Otro dato importante es que Japón presenta más de 1000 patentes solicitadas por millón de habitantes, mientras que ningún país de Latinoamérica llega a 50 patentes solicitadas. La situación de la región en materia de ciencia y tecnología no es la mejor. Se ha avanzado pero no lo suficiente.
En este sentido el tema institucional cobra un rol fundamental. Los nuevos enfoques del desarrollo permiten explicar cómo los países con mayor capacidad creadora generan instituciones inclusivas y por lo tanto menores desigualdades, es decir, en la medida que existan incentivos a la invención la sociedad progresará. Todo esto suena muy bien, el meollo del asunto está en que las elites muchas veces no permiten que ese proceso de “destrucción creadora” se desarrolle a plenitud. La historia del mundo occidental de los últimos 250 años está repleta de ejemplos que permiten explicar cómo los grupos de poder intentan frenar dicho proceso.
El caso venezolano es particular, nuestro país se ha especializado tecnológicamente en el sector de química-metalurgia y construcciones fijas, algo que parece lógico debido a nuestra principal fuente de recursos. Durante el período 1976-2011 se registraron 425 patentes de origen venezolano en la USPTO, algo que se dice fácil pero cuesta mucho, sin embargo, sigue siendo muy poco.
Los incentivos que se generan a la investigación, creación e innovación en un país permiten explicar la composición de una economía y su dinamismo. Nada de esto es posible sin capital humano y para ello los incentivos son vitales. Un país que no vuelque su mirada hacia esta dirección seguirá siendo un pobre país por más recursos naturales que posea. No sirve de nada bañarse en petróleo si no se crean incentivos para invertir en investigación y desarrollo, es decir, en tecnología.

Frente al mundo no somos nadie en términos de ciencia y tecnología a pesar de los esfuerzos. No es suficiente el esfuerzo individual se requiere del apoyo de todos. El Estado y el sector privado son piezas fundamentales para aumentar la productividad tecnológica de una nación. Este tema es más serio de lo que muchos piensan, el petróleo por obra y gracia del espíritu santo no nos llevará por el camino del desarrollo y el progreso. Una forma de salir de la inocente idea de “sembrar el petróleo” es generar una política de Estado en ciencia y tecnología, léase bien, de Estado, no de gobierno. Estructurar un marco de incentivos de largo plazo que permita mejorar nuestros esfuerzos innovadores. Ese sería un gran paso.

Institucionalizar el país

Si un legado ha dejado este periplo denominado “revolución” es la desinstitucionalización del país. Eso lucía imposible en 1998 porque realmente el país estaba en ruinas desde el punto de vista institucional, sin embargo, los últimos catorce (14) años demuestran que siempre se puede estar peor. En el contexto que actualmente vive el país urge la reinstitucionalización de la vida política, económica y social. No hay posibilidad alguna que el país avance y nosotros tengamos mejor calidad de vida con el funcionamiento institucional que tenemos.
Parecería un lugar común pero es vital que entandamos esta idea: las instituciones son las reglas de juego y sin reglas claras no hay juego legal, es decir, muy poco de lo que se haga puede ser creíble y eso genera inestabilidad, en nuestro caso: política, económica y por lo tanto social. De nada sirve tener petróleo y generar ingresos si las reglas de convivencia no están claras o expresado de otra forma: “la única regla es que no hay reglas”.
Desde el punto de vista político es vital que cada bando se reconozca y se sienten a dialogar para generar puntos de encuentro que sin duda tienen que existir, lo contrario sería profundizar la actual situación que para nada nos conviene. En lo económico es completa y absolutamente necesario cambiar de modelo y entender que sin un sector privado fortalecido no hay petróleo que valga, una idea tan simple como esta ha sido ignorada y ya ven como estamos: pareciéndonos cada vez más a un país en guerra, los niveles de desabastecimiento y escasez lo demuestran. Lo social es una bomba de tiempo que depende de la economía y si tomamos en cuenta que con la situación económica medianamente estable ya había polarización, el panorama luce más complicado.
Se trata de hacer del país un espacio de convivencia, donde todos nos entandamos y podamos tener calidad de vida, no se trata de tener dinero sino de vivir bien que es muy diferente. Durante los últimos años se gestó un boom de ingresos petroleros nunca antes visto y el país se está cayendo a pedazos, hasta los seguidores del gobierno lo piensan, algunos lo dicen, otros lo esconden pero saben que es así: el país es inviable tal como va, no existe posibilidad alguna de progresar como nación con las actuales directrices, lamentablemente esa es la realidad.
Difícilmente se pueda avanzar en cualquier materia si no recobramos la vida institucional, esa que permite a la economía funcionar adecuadamente y no de acuerdo a los deseos juveniles de quien dirija la nación. Aquella que hace de la justicia y del poder judicial un valor para lo sociedad y permite a la ciudadanía confiar en los juzgados del país. La que hace ver a un policía como un ciudadano ejemplar y por eso no se le tiene miedo. Esa es el espacio que estamos obligados a recuperar.

Lamentablemente el mundo se ríe de nosotros porque les cuesta creer nuestro presente, muchas veces nos parece exagerado pero en el exterior tienen razón: un país donde no hay papel sanitario es un chiste y si agregamos que es más fácil conseguir una botella de escocés se convierte en una desgracia. Este es un país en el que es más fácil conseguir licor que productos de primera necesidad, así estamos. Definitivamente no somos un país serios ya ni siquiera sé si somos un país.