VENEZUELA Y LA PERCEPCIÓN DE LA CORRUPCIÓN

Durante el último trimestre del año pasado la organización Transparencia Internacional publicó los resultados del índice de percepción de la corrupción (IPC) 2006 y adivinen qué?, nuestro país ocupó el lugar 138 entre 163 países, sólo Haití obtiene peores resultados que Venezuela en el continente Americano, que tal? De acuerdo a Transparencia Internacional el índice de percepción de la corrupción “es un índice compuesto que parte de múltiples encuestas de opinión a expertos y que sondean las percepciones sobre la corrupción en el sector público”. En este sentido es bueno aclarar que este tipo de medida está sujeto a críticas porque depende del juicio del entrevistado que en este caso en particular generalmente es un empresario. La aclaratoria viene porque cualquiera de ustedes puede pensar legítimamente que dependiendo del tipo de empresario la percepción será diferente, es decir, si está con el gobierno o no.

Si bien es cierto, este índice como cualquiera otro que exista puede tener fallas, es importante aclarar que es la aproximación estadística que se tiene para cuantificar la variable corrupción, en este sentido, es un paso adelante en el intento de generar información cuantitativa que permita operacionalizar este tipo de fenómenos. El principal resultado del estudio de este año es la fuerte correlación existente entre corrupción y pobreza.

Para muchos el ingreso per-capita en Venezuela ha aumentando en los últimos años, sin embargo, la percepción de la corrupción en el mejor de los casos permanece igual. Por otra parte, nuestro país ha tenido mejoras relativas en el índice de desarrollo humano que es igual o más importante que el de percepción de la corrupción, la pregunta es ¿las mejoras en la esperanza de vida al nacer y en la tasa de alfabetización (variables tomadas en cuenta en el índice de desarrollo humano) podrán desarrollarse sostenidamente con los niveles generalizados de corrupción que presenta nuestro país históricamente? Si bien es cierto no existe un vínculo teórico que permita aproximar dichos elementos, la intuición nos permite pensar que si la corrupción sigue institucionalizándose como hasta ahora, de nada servirán las pequeñas mejoras sociales que se puedan dar en nuestro país, es decir, el problema es estructural y eso lo deben tener claro todos y cada uno de los habitantes de los 912 050 Km2 que conforman nuestro territorio.

En términos comparativos existen países africanos como Zimbabwe, Togo, Papua Nueva Guinea y Etiopía los cuales son mejor percibidos por su empresarios en términos de corrupción que Venezuela, si bien es cierto es un problema de opinión y todos sabemos los graves problemas políticos que atraviesa nuestro país tampoco es menos cierto que no son muchas las razones para pensar que la percepción de la corrupción en nuestro país sea mejor de lo que ya es. Lamentablemente, el petróleo no hace al país ni más rico, ni menos corrupto, todo radica nuevamente, en los incentivos que se generan para que este tipo de actividades se lleven a cabo, lo contradictorio es que desde la promulgación de la Ley anticorrupción en nuestro país, la percepción de la misma ha desmejorado sustancialmente

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