En días recientes me topé
con algunos trabajos académicos que estudian el tema del “valor de las conexiones personales” y su impacto en la economía, es
decir, como las conexiones políticas tienen resultados económicos. Podríamos
afirmar que esta área intenta ir un poco más allá de la literatura convencional
sobre corrupción porque mide el valor de las conexiones políticas: las
relaciones entre personas con intereses en el sector privado y personas que
tienen responsabilidades en el ámbito público, ¿les suena? Lo que hoy en día en
el país se ha dado en llamar los “enchufados”.
El valor de las conexiones
personales ha sido ampliamente estudiado y con aplicaciones para los casos de
Alemania, España, Estados Unidos, Indonesia y Malasia por mencionar los casos
más representativos de la literatura. Esto refleja que no es un problema exclusivo
de nosotros, pues, las conexiones siempre existirán y depende de la calidad
institucional de cada país que los enchufes se usen.
Pensar que en Venezuela las
conexiones políticas las inventó este gobierno es una soberana tontería, los
enchufes existen desde hace mucho tiempo, ¿recuerdan el primer gobierno de CAP?,
el problema no es ese, lo importante es entender el funcionamiento de los
mecanismos de extracción de rentas en una economía petrolera como la nuestra.
Los controles de cambio son el mejor ejemplo. En los últimos treinta (30) años,
la economía ha estado diecisiete (17) con control cambiario, esta es la institución
extractiva por excelencia de nuestra economía. Bajo esta figura muchos grupos
se erigen como factores fundamentales de la dinámica política y económica de la
nación.
En la situación actual del
país sería interesante y de una importancia capital entender el entramado de
redes que existen detrás de la asignación de divisas y todo el tema de las
contrataciones públicas en los distintos niveles de gobierno porque de algo tenemos
que estar claros, los enchufes tienen diferentes escalas: locales, regionales y
nacionales.
Entender el valor y el
impacto de las conexiones políticas/personales en una economía es ir un paso
más allá de la tradicional literatura sobre teoría económica de la regulación y
grupos de presión. Es armar el rompecabezas del funcionamiento real de una
economía y establecer la influencia real que determinados grupos de presión
tienen en la vida política y la dinámica económica de una nación.
En una economía petrolera
con débil calidad institucional las conexiones personales juegan un rol
primordial. La diferencia que puede existir en nuestro país respecto a este
tema posiblemente tenga que ver más con el origen y calidad de la conexión
personal que se tiene, es decir, no es necesario ser un genio ni muchos menos
estar técnicamente preparado para tener un puesto en la regleta de enchufes. La
coyuntura que vivimos en materia cambiaria es el mejor ejemplo.
Hoy más que nunca, el valor
de las conexiones personales está presente en nuestro país: gente del
espectáculo, del deporte y del mundo empresarial. La red es amplia y
construirla sería un interesante ejercicio de investigación periodística y
estimar su impacto en la economía de nuestro país sería un interesante
ejercicio académico.
Las conexiones siempre
existirán, mucha gente vive esperando que salga su número. Lamentablemente el
problema no es la corrupción y el daño que pueden causar, se trata más bien de
ver cómo se conectan, como se decía hace mucho tiempo: “no me des, ponme donde hay”. Esta frase tristemente se ha
convertido en un anhelo para gran parte de país. El proceso de extracción de
rentas que ha vivido Venezuela en su vida democrática no ha permitido que
tengamos un mejor país. Es vital entender lo que está detrás de esta idea si en
realidad queremos progresar como nación, de lo contrario seguiremos siendo el
país de las oportunidades no aprovechadas.
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