Los
resultados económicos del primer trimestre del año se dieron a conocer la
semana pasada y es importante destacar que se publicaron con un retraso
inusual. De acuerdo al Banco Central de Venezuela (BCV) “el PIB de la economía venezolana creció por décimo trimestre
consecutivo”, lo cual no es malo, sin embargo, el crecimiento fue de 0,7%,
claramente menor al 5,9% presentado durante el primer trimestre del año 2012.
Esta
sin duda es una fuerte desaceleración de la actividad económica y genera muchas
dudas respecto al desempeño de nuestra economía para lo que resta del año. Por
actividad económica se tiene que minería, manufactura, transporte-almacenamiento
y construcción se contrajeron. Mientras que servicios inmobiliarios, comercios y
servicios de reparación, productores de servicios del gobierno general,
servicios comunitarios, electricidad y agua, comunicaciones e instituciones
financieras y seguros presentan un comportamiento expansivo. Llama la atención
el sector de minería e instituciones financieras y seguros, el primero se
contrajo 25,3%, mientras que el último creció 31 %.
La situación de la manufactura sigue siendo complicada, de
acuerdo al BCV se lograron resultados favorables en: cuero y calzado, fabricación
de papel, industrias de alimentos productos elaborados de metal y metales
comunes, sin embargo, “el volumen de
producción decreció en las siguientes ramas del
sector privado: muebles (-0,5%); edición e impresión (-0,9%); prendas de
vestir
(-1,5%); minerales no
metálicos (-3,7%); caucho y productos de plástico (-5,2%); fabricación de
sustancias y productos químicos (-12,0%); productos de madera (-13,9%);
textiles (-15,4%); fabricación de maquinaria y equipos (-31,7%); maquinaria y
aparatos eléctricos (-41,0%) y vehículos (-44,9%). En la manufactura del sector
público se apreció una contracción de 12,1%, determinada por los problemas
laborales, operativos y financieros que conllevaron al descenso en las ramas
que la conforman, en especial: fabricación de otros minerales no metálicos
(-2,5%); sustancias y productos químicos (-3,4%) y metales comunes (-32,4%)” Si bien es cierto el
petróleo es el principal factor a considerar de nuestra economía, mientras la
manufactura siga con un comportamiento errático es poco lo que se pueda lograr
en materia económica.
Por otra parte, el dato de inflación del mes de mayo fue de
6,1%, ubicando la variación anualizada en 35,2% y la acumulada para los
primeros cinco (5) meses del año en 19,4%, tres (3) puntos mayor a la meta
planteada para todo el año 2013. La inflación de todo el año 2012 fue de 20.1%,
es decir, en cinco (5) meses casi igualamos la inflación de todo el año pasado.
La ciudad con mayor inflación acumulada es Maracay con 21,8%. Barquisimeto la
que menos inflación presenta en lo que va de año con 15,6%. Maracaibo fue la
ciudad con la inflación más alta durante el mes de mayo con 6,6%. La agrupación
alimentos y bebidas no alcohólicas presentó una inflación de 10%, la tercera
más alta para rubro alguno desde que se calcula el Índice Nacional de Precios
al Consumidor (INPC) después que en septiembre de 2008 servicios de educación presentara
una inflación de 11,2% y en abril de 2010 alimentos y bebidas no alcohólicas arrojara
una variación de 11,1%. La variación anualizada para el rubro de alimentos se
ubica en 48,1% y la acumulada en 27,8% respectivamente.
Como pueden observar el panorama es complicado, estamos en
pleno desarrollo de un proceso de estanflación. De acuerdo al BCV es una “situación que
se presenta cuando en la economía coinciden una elevada tasa de inflación y una
fuerte caída del ritmo de crecimiento económico”. Todo indica que la economía se contraerá este año
lo cual supone una mala noticia para los venezolanos. Esta novela no ha terminado
y no tendrá un final feliz, en esta oportunidad la niña pobre no se casará con
el príncipe azul. El quiebre económico es un hecho. Llegó la hora de “ponerse los pantalones y ajustar cuentas”. Amanecerá y veremos.
En días recientes me topé
con algunos trabajos académicos que estudian el tema del “valor de las conexiones personales” y su impacto en la economía, es
decir, como las conexiones políticas tienen resultados económicos. Podríamos
afirmar que esta área intenta ir un poco más allá de la literatura convencional
sobre corrupción porque mide el valor de las conexiones políticas: las
relaciones entre personas con intereses en el sector privado y personas que
tienen responsabilidades en el ámbito público, ¿les suena? Lo que hoy en día en
el país se ha dado en llamar los “enchufados”.
El valor de las conexiones
personales ha sido ampliamente estudiado y con aplicaciones para los casos de
Alemania, España, Estados Unidos, Indonesia y Malasia por mencionar los casos
más representativos de la literatura. Esto refleja que no es un problema exclusivo
de nosotros, pues, las conexiones siempre existirán y depende de la calidad
institucional de cada país que los enchufes se usen.
Pensar que en Venezuela las
conexiones políticas las inventó este gobierno es una soberana tontería, los
enchufes existen desde hace mucho tiempo, ¿recuerdan el primer gobierno de CAP?,
el problema no es ese, lo importante es entender el funcionamiento de los
mecanismos de extracción de rentas en una economía petrolera como la nuestra.
Los controles de cambio son el mejor ejemplo. En los últimos treinta (30) años,
la economía ha estado diecisiete (17) con control cambiario, esta es la institución
extractiva por excelencia de nuestra economía. Bajo esta figura muchos grupos
se erigen como factores fundamentales de la dinámica política y económica de la
nación.
En la situación actual del
país sería interesante y de una importancia capital entender el entramado de
redes que existen detrás de la asignación de divisas y todo el tema de las
contrataciones públicas en los distintos niveles de gobierno porque de algo tenemos
que estar claros, los enchufes tienen diferentes escalas: locales, regionales y
nacionales.
Entender el valor y el
impacto de las conexiones políticas/personales en una economía es ir un paso
más allá de la tradicional literatura sobre teoría económica de la regulación y
grupos de presión. Es armar el rompecabezas del funcionamiento real de una
economía y establecer la influencia real que determinados grupos de presión
tienen en la vida política y la dinámica económica de una nación.
En una economía petrolera
con débil calidad institucional las conexiones personales juegan un rol
primordial. La diferencia que puede existir en nuestro país respecto a este
tema posiblemente tenga que ver más con el origen y calidad de la conexión
personal que se tiene, es decir, no es necesario ser un genio ni muchos menos
estar técnicamente preparado para tener un puesto en la regleta de enchufes. La
coyuntura que vivimos en materia cambiaria es el mejor ejemplo.
Hoy más que nunca, el valor
de las conexiones personales está presente en nuestro país: gente del
espectáculo, del deporte y del mundo empresarial. La red es amplia y
construirla sería un interesante ejercicio de investigación periodística y
estimar su impacto en la economía de nuestro país sería un interesante
ejercicio académico.
Las conexiones siempre
existirán, mucha gente vive esperando que salga su número. Lamentablemente el
problema no es la corrupción y el daño que pueden causar, se trata más bien de
ver cómo se conectan, como se decía hace mucho tiempo: “no me des, ponme donde hay”. Esta frase tristemente se ha
convertido en un anhelo para gran parte de país. El proceso de extracción de
rentas que ha vivido Venezuela en su vida democrática no ha permitido que
tengamos un mejor país. Es vital entender lo que está detrás de esta idea si en
realidad queremos progresar como nación, de lo contrario seguiremos siendo el
país de las oportunidades no aprovechadas.
Recientemente fue víctima de
los incentivos perversos que el actual modelo económico ha generado. Necesitaba
comprar 10 kg de cemento blanco. Conociendo la situación de escasez que existe
para ese producto comencé a las 8 de la mañana mi búsqueda, fui primero hacia
la zona de plaza de toros y me dijeron: “No hay”. Luego pase hacia la zona
centro-norte de la ciudad y tampoco había, en varias ferretería sonreían cuando
preguntaba por cemento blanco. Solo en una me comentaron que la semana anterior
lograron vender 150 kg a un precio de 60 Bs/kg y que posiblemente le podría
llegar en unos días pero no sabía en cuanto lo vendería.
Continué mi búsqueda y
cuando ya estaba derrotado pensando que no lo conseguiría me paro en un sitio
por no dejar y me dicen “claro hermano,
si hay, 50 Bs/kg”, eran las 12 del mediodía y la decimotercera ferretería
que visitaba. No lo pensé, fue una reacción automática, un acto reflejo, le
dije: “dame 10 kg”. Conversando con el señor de la ferretería me comentaba que
vendría una marca iraní en 2100Bs el saco. Ya en otro sitio me habían dicho que
una señora pagó 2500 Bs por un saco. Un punto relevante es que si quieres el
saco completo, igual te lo cobran por kilo, así que si viene en una
presentación de 50 kg a 50 Bs/kg, en efecto el saco saldría en 2 500 Bs: un
salario mínimo.
Finalmente pagué 500 Bs por
10 kg de cemento blanco (menos de medio saco pequeño) y sentía que había
logrado una proeza. Después de reflexionar e internalizar en su justa medida lo
que eso significa busqué información sobre el precio del cemento y me consigo
que el cemento gris está regulado, bingo. Según entiendo la última revisión del
precio se hizo en diciembre de 2011en la Gaceta Oficial Nº 39 829 y se ubica
entre 20 y 22 Bs dependiendo del tipo de cemento I, II ó III Por otra parte, el
cemento blanco siempre ha sido más caro que el gris, desconozco si en este
momento está regulado, sin embargo, conseguí una referencia de su precio para
octubre de 2012 y era de 71,5 Bs el saco de 21,25 kg.
En mi visita a cada una de
las ferreterías percibí que el cemento blanco está desaparecido desde hace
mucho tiempo del mercado, cuando preguntaba muchos se extrañaban. No se trata
de una coyuntura reciente. Hace pocos días hablaba del tema con un alumno y me
comentó que tardó dos (2) semanas en conseguirlo, es decir, definitivamente
tuve suerte ese día.
El ejemplo de hoy revela que
el modelo económico del gobierno
sencillamente no funciona. La producción de cemento es controlada por el Estado
y que casualidad: hay escasez y por lo tanto sobreprecio. ¿Necesita el gobierno
más evidencia sobre la ineficiencia de los controles de precios?, lo mismo pasa
con la cabilla, el aceite de maíz, ahora la harina pan y por supuesto con el
dólar. Si quieres conseguir los productos regulados al precio de Gaceta
Oficial, debes hacer cola, toda una innovación en calidad de servicio.
Es inadmisible la situación
por la que pasa el consumidor de este país para conseguir productos de primera
necesidad. Lo de la construcción es cada vez peor, construir se ha convertido
en una verdadera calamidad. Esto tiene un impacto directo en el precio de las
viviendas y por supuesto en la calidad de la construcción.
Nuestro país se ha
convertido en una justificación eterna, para todo hay excusa, nos acostumbramos
a vivir mal, no tiene otro nombre. Lo del papel sanitario debería darle vergüenza
al país entero. Hace poco días en la Asamblea Nacional aprobaron un crédito
para importar papel sanitario, así estamos y así seguiremos mientras no cambien
el modelo económico. Poco a poco estamos llegando a situaciones inimaginables
hasta hace cinco (5) años y olvídense que el acercamiento con el sector privado
resolverá las cosas inmediatamente. El problema es de fondo, no una simple
coyuntura como las que el gobierno se ha acostumbrado a resolver. Un país sin
un sector privado sólido es sencillamente inviable.
Hace varias semanas se aprobó
la “adecuación de precios” del pollo, la carne y la leche en 20 %. Así denominan
desde el gobierno lo que es un sencillo y vulgar aumento de precios.
Lamentablemente este gobierno es un eufemismo ambulante, a la devaluación la
denominan “unificación cambiaria o reajuste del tipo de cambio” a los presos
“privados de libertad” y así se las va la vida.
El índice nacional de
precios al consumidor del mes de abril se ubicó en 4,3 % y en el rubro de alimentos y bebidas
no alcohólicas fue de 6,4%, esto quiere decir que todavía falta por ver una
escalada importante en el precio de los alimentos. A finales del mes pasado
comenté que los meses de abril, mayo y junio serían particularmente fuertes en
materia inflacionaria. El resultado de abril lo corrobora.
Actualmente vivimos una
situación de escasez e inflación y lo peor es que difícilmente se podrá
disminuir ambas simultáneamente, la economía es así, no hay almuerzos gratis y
el modelo económico del gobierno nos ha ubicado en este contexto. Sin duda el
aumento de precios en estos rubros es necesario, sin embargo, será un golpe
adicional para el bolsillo de la gente de menos recursos. Lo criticable de la
decisión no es tanto el aumento como el momento en el que se hace, esto se ha
podido evitar si los precios se revisaran constantemente o si no existiera
regulación para ellos.
Con el aumento se espera una
mayor producción y con eso enfrentar el tema del desabastecimiento. El gobierno
ha descubierto la ley de oferta y demanda en pleno siglo XXI, todo un hallazgo.
La realidad los coloca contra la pared y acuden a jugarretas lingüísticas para
evitar cualquier reacción de la gente, como si no se dieran cuenta de lo que
ocurre, en otras palabras, el gobierno subestima el sentido común y la
inteligencia de los venezolanos, principalmente la de bajos recursos que son
sus seguidores principales.
El índice de escasez de
productos se ubicó en 21,3% para el mes de abril, el más alto desde abril de
2009. El gobierno hace esfuerzos desesperados por mejorar esta coyuntura y
queda en ridículo, desde Polar le dijeron que los del problema no son ellos
sino el resto de empresas en manos del Estado que no están produciendo harina
de maíz pre cocida. Es importante reconocer que el acercamiento con el sector
privado es positivo, sin embargo, llega muy tarde. El gobierno reacciona no
previene, cuando de materia económica se trata.
Toda esta situación se presenta
en un escenario en el que todavía faltan cosas por ocurrir y ajustes por
realizar. Desde el gobierno se notan preocupados y todavía falta el aumento de
la gasolina por mencionar solo un ejemplo.
Un gobierno responsable y
sensato le hablaría claro al país en lugar de inventar eufemismos que no
conducen a nada. Hay una nueva realidad económica y como tal hay que asumirla.
La gente no es tonta y por más que intenten esconderlo se les caerá la máscara.
Todo indica que la fiesta
está terminando, ya no hay cama pa´ tanta gente y la comenzarán a botar del
sarao porque los dueños de la casa quieren dormir. La revolución se ha topado
después de catorce (14) años con las leyes de la economía y nos la puede evitar
ni ocultar. Ahora es que vendrán inconsistencias y situaciones impensables
hasta hace pocos años. El panorama es sombrío y lo que es aun peor: parecería
que en el gobierno no tienen como ni con que resolver todo el desastre que dejó
“el Gigante, el Comandante Supremo” y que en cinco meses el actual presidente
se ha encargado de empeorar. Si esto es con un mes oficialmente en el poder,
imagínense lo que viene. Recojan los vidrios y sin llorar porque bastante que
disfrutaron del despilfarro masivo que ocurrió en los últimos diez (10) años.
Lamentablemente la realidad
de la universidad pública venezolana es deplorable. Hoy un profesor
universitario es el profesional peor pagado del país. Explicar esto a mis
alumnos no es tarea fácil, pues, intento justificar la paralización de
actividades durante el último mes. Cuando ves sus caras de asombro piensas que
en efecto se solidarizan con tu causa pero saben que el costo puede ser muy
alto.
La situación actual de los
universitarios es el resultado de una política salarial errada y de la visión
del actual gobierno respecto al papel de la universidad en la sociedad. Está
claro que la universidad, tal como está planteada, no es prioridad para el
gobierno nacional. Las razones podrían ser políticas e ideológicas, para mi es
lo de menos, lo importante es que no pintan nada en el proyecto revolucionario.
De lo contrario ya estarían intervenidas, porque razones para hacer eso
existen, sin embargo no lo hacen.
La lucha de los
universitarios al día de hoy es por un salario digno pero esa no es la única
reivindicación que deberíamos plantear. Los universitarios tenemos que exigir
una universidad de calidad y esa lucha es interna no con el gobierno, porque no
solo con buenos salarios se construye una buena universidad. Esa parecería la
principal variable pero no es la única porque es falso que con mejores salarios
la universidad cambiará de un día para otro.
Lo anterior no desecha la
lucha por las reivindicaciones salariales de los universitarios, al fin y al
cabo, con lo que gana cualquier persona que trabaje en una universidad
venezolana no se puede vivir bien. Hace mucho tiempo que pasaron aquellos días
en los que los profesores universitarios vivían muy bien, eso es una ficción,
fama ganada por lo que una vez fue el “estatus
del profesor universitario”, quien todavía crean en eso, no está
entendiendo nada de lo que ocurre en el país.
Los primeros asombrados son
los alumnos cuando les explicas la escala salarial de los profesores
universitarios, no logran entender la razón de semejante distorsión y muchos
preguntan:”¿por qué están aquí trabajando?”
Y la respuesta más corta podría ser: “porque
esto es un estilo de vida y así lo decidí”. La lucha universitaria podría catalogarla
en dos (2) dimensiones: la propiamente reivindicativa que se expresa en
exigencias al ejecutivo nacional por mejores salarios y condiciones laborales.
La otra dimensión tiene que ver con luchar contra la barbarie que se apodera de
nuestro país y lamentablemente de nuestra universidad. Cada vez más nuestras
universidades son el reflejo del país, son micro realidades que cuando
comienzas a entenderlas, sabes que vamos por mal camino.
La lucha de los
universitarios tiene que ser no solo de carácter salarial. La universidad
venezolana está obligada a repensarse y luchar contra los gobiernos que se
empeñen a tratarnos mal y contra la mediocridad y la barbarie que lentamente se
ha ido apoderando de cada vez más espacios dentro de la universidad venezolana.
No se trata solo del
salario, se trata también de no sucumbir ante un sector de la universidad
venezolana que está negado a la actividad académica e intelectual y cree que
todo se resuelve con el mínimo esfuerzo. Esta visión de universidad ha ido
ganando espacios y contra eso debemos crear un muro de contención: alumnos,
profesores, personal administrativo y obrero, todos tenemos la obligación moral
de detener la barbarie que actualmente vive la universidad venezolana. Un país
con pobres universidades es un pobre país y es necesario que lo tengamos claro,
de nada sirve tener mejores salarios si quien hace vida en la universidad no
entiende la responsabilidad que significa ser UNIVERSITARIO. A mis alumnos les
digo: ustedes son parte de esta lucha, no permitan que entre el gobierno y los
barbaros nos quiten lo poco de universidad que nos queda.
El país vive una situación muy
particular desde el punto de vista político, económico y social, negarlo sería
una gran tontería. Los días pasan y políticamente se desarrolla una dinámica
que no es sana para el país. Desde el punto de vista económico el juego está
trancado, el gobierno hace esfuerzos por mejorar las condiciones en el corto
plazo pero no parece posible una mejora sustancial sin los cambios que la
economía requiere. Lo social se encuentra en una tensa calma que para muchos es
inquietante.
La realidad demuestra que
desde el último trimestre del año pasado la economía está paralizada. La
estructura cambiaria hizo aguas y todavía esperamos por una respuesta del
ejecutivo. Lo preocupante en todo esto es que dinamizar la producción no es
cuestión de soplar y hacer botellas, por más divisas que se le inyecten a la
economía hay sectores que están muy golpeados y restablecer los inventarios para
regularizar el abastecimiento de productos es cuesta arriba.
La agenda política se llevó
toda la atención de la vida nacional en los últimos dos (2) trimestres y
todavía es fecha en que no sabemos lo que viene en materia económica. Se
esperan “anuncios importantes” pero todavía no los hacen con claridad, el tiempo
corre y la gente sigue pasando las penurias de no conseguir productos de
consumo masivo y convertir la compra doméstica en una experiencia realmente
desagradable.
Las subastas de divisas con
el poco tiempo que tienen ya presentan rezagos importantes y los empresarios
hacen lo imposible por llamar la atención del ejecutivo para que los tomen en
cuenta y de una vez por todas se establezca una especie de “pacto de no
agresión” y se pueda medio echar a andar lo poco que queda del sector
industrial nacional.
El gobierno sabe que debe
intentar resolver el problema lo antes posible porque la tensión se está
acumulando en la calle, la intolerancia se ha impuesto como norma de
convivencia y si bien es cierto esto le conviene a determinado sector, queda
claro que cuando la gente se moleste de verdad, el país les quedará grande
porque no podrán controlar la situación. Es un hecho que al día de hoy los
problemas de la gente son los mismos y además son problemas básicos.
Lentamente, el país comienza a reencontrarse y a darse cuenta que la situación
es dura, compleja y no pinta nada bien.
La dinámica actual es
perversa porque saca lo peor que el venezolano tiene por dentro y
simultáneamente le da una bofetada porque quieran o no, el país es una mamadera
de gallo, un relajo, un sancocho de día domingo a la orilla de la carretera.
Así como estamos, esto no es un país, es una hacienda, una rumba gigantesca, un
sarao caribeño, ¿pero una nación?, no lo creo.
La dinámica actual es la de
la selva, la de la sobrevivencia y con ello surge una forma de detentar el
poder que a muchos les gusta y otros detestan. Mientras tanto, dos (2) países
se desconocen y niegan la posibilidad de encontrarse para poder tener un futuro
mejor. No hay posibilidad alguna de salir adelante sin dialogo y reconocimiento
del otro, tanto en lo político, lo económico y lo social. De nada servirá
inundar (en la medida que sea posible) el mercado de divisas si en lo político
no nos reconocemos y en lo social seguimos con los complejos que nos fracturan
como sociedad.
El país lleva siete (7)
meses paralizado y mientras tanto, los políticos siguen en lo suyo: controlando
el poder, los empresarios también intentan ver como se benefician de divisas
baratas y la gente buscándose la vida porque definitivamente el
desabastecimiento nos agobia. Lamentablemente no hay agenda común que permite
con el mismo principio atacar los tres (3) problemas: el político, el económico
y el social. Todos tiene puntos en común pero los responsables se empeñan en
tratarlos de manera diferente. No hay un proyecto de país sino una visión para
permanecer en el poder y mientras tanto, el país se cae a pedazos. Esperemos
que no sea tarde cuando despierten y dejen de verse el ombligo.
Ya anunciaron los fichajes
que acompañarán al Sr. Nicolás Maduro en el poder ejecutivo para gobernar el
país. La verdad nada relevante, es la misma gente de siempre. En el tema
económico se realizaron “cambios” para que todo siga igual. La salida de dividir
el ministerio de Planificación y Finanzas para dejar al Dr Giordani en
Planificación y traer a Merentes del Banco Central de Venezuela al ministerio
de Finanzas supone la falta de ascendencia del Presidente Maduro para tomar
decisiones. Esa solución es el mejor ejemplo que no pudo salir del Dr Giordani
y le dieron ese premio de consolación.
La situación es tan delicada
que la solución planteada es vista por el mercado como positiva, finalmente,
Giordani tendrá menos campo de acción y se esperaría que el tema cambiario se
dinamice y mejore en el corto plazo. Esto puede ser cierto pero no
necesariamente positivo. Esta es la tercera ocasión en la que Merentes será
ministro de finanzas y al sol de hoy las cosas no están bien, algo de
responsabilidad tendrá en que eso sea así. Creo que la situación es tan
delicada que muchos ven como positivo cualquier distanciamiento de Giordani del
ministerio de finanzas. No queda duda que Merentes hará las gestiones para que
el mercado cambiario se estabilice (si eso es posible actualmente) y el flujo
de divisas comience a regularizarse, eso no estaría mal, el tema clave es ¿Cómo
lo logrará? Y ¿hasta qué punto será sostenible?
Ciertamente Giordani tendrá
menos peso en las decisiones financieras del país, sin embargo, será una piedrita
en el zapato para muchos. Muestro de ello es la postulación de Edmèe Betanocurt
a la presidencia del Banco Central de Venezuela, algo que para cualquier
economista que siga el tema venezolano es sencillamente un despropósito. Esto
muestra que Giordani morirá con las botas puestas, no será fácil deshacerse de
él.
La perspectiva sigue siendo
complicada, después de catorce (14) años de desaciertos económicos, los
responsables del tema siguen siendo los mismos, con sus matices pero es la
misma gente que metió al país en este berenjenal. En el corto plazo el regreso de
Merentes parecería un respiro ante la paralización de la economía nacional, sin
embargo, las dudas surgen cuando vemos un poco más allá y entendemos que por
más que Merentes entienda el tema del mercado cambiario lo que puede hacer es
poco para que las cosas realmente mejoren.
El petróleo ha venido
bajando en los últimos días y cuando eso ocurre siempre se prenden las alarmas.
No creo que venga un desplome de los precios del petróleo pero pequeñas
variaciones del precio a la baja para una economía tan golpeada como la nuestra
son siempre perjudiciales.
La realidad es que
económicamente el país vive días difíciles: empresas prácticamente paralizadas
y los consumidores sintiendo el rigor de la inflación como pocas veces se había
sentido desde que la revolución llegó. La economía no es viable con este modelo
y si eso no se entiende es poco lo que se puede hacer. Al día de hoy, la
economía está en manos de la misma gente que ha permitido estar como estamos.
Giordani con su real y medio y Merentes intentando convencer que es bien visto
por los mercados. Por su parte los empresarios haciendo guiños para que las
divisas fluyan y ver como aprovechan la coyuntura. Cuidado con una falsa
sensación de estabilidad cuando las divisas comiencen a fluir, lamentablemente
en este país la gente olvida rápido. Estructuralmente estamos mal, lo que viene
es pura forma y poco fondo y esa es la trampa en la que no se puede caer.
Al momento de escribir estas
líneas no sabemos que pasará en los próximos días en materia política, todo
indica que las cosas seguirán igual, sin embargo, en materia económica hay un
panorama un poco más claro de lo que está por venir y esto es:
independientemente del resultado electoral que está prácticamente cantado, este
año será muy duro para la economía. Todos los reportes indican que en términos
de crecimiento económico los resultados serán muy pobres y en materia
inflacionaria ni se diga, con toda seguridad será mayor al 30 %.
Las variantes en el tema
económico que pueda introducir un gobierno liderado por el Sr. Nicolás Maduro
son muy pocas por no decir inexistentes. Esta afirmación se basa en su insistencia
de profundizar la revolución. Si después de todo este tiempo, la economía
venezolana es la más vulnerable de la región, no hay razones para pensar que si
se profundiza el modelo estaremos mejor.
Existen argumentos de sobra
para explicar que en la actualidad el modelo que pretende seguir el Sr. Maduro
es inviable, no tiene ningún sentido y en la medida que más intente
“profundizarlo” peor le irá al país y esto es así porque el menú de opciones
para el gobierno es limitado. Cosa diferente si la oposición logra llegar al
poder. Esto no quiere decir que un gobierno de Henrique Capriles lo tendría muy
fácil, en lo absoluto, la situación seguiría siendo complicada pero las
posibilidades de salir mejor parados serían mayores porque precisamente
tendrían más opciones. Recuerden que en materia económica sigue estando en la
palestra el tema de la devaluación, el aumento salarial y el de la gasolina.
En materia política, la
situación es más confusa porque los resultados electorales muestran algo que
nadie esperaba (ni siquiera la misma oposición): una tarjeta consolidada de
oposición que sacó más votos que la tarjeta del partido de gobierno y un
porcentaje de votos que los coloca en igualdad de condiciones en términos
políticos y electorales, lo que no es cualquier cosa.
La petición de la oposición
sobre el recuento de votos es válida, legal y legitima. Existen dudas
razonables sobre el resultado electoral y el comando opositor está en todo su
derecho de exigir un recuento de los votos. Hacerlo, legitimaría a la opción
del gobierno en caso de tener los votos o dejaría en tela de juicio la
credibilidad del ente electoral en caso de no tenerlos.
Los seguidores de la
oposición deben tener muy claro que significa ganar o perder con un eventual
recuento de votos. Las probabilidades de cambiar el resultado electoral son-a
mi juicio- realmente bajas, sin embargo, esto no significa necesariamente
perder y eso es lo que la gente debe entender en su justa medida. ¿Qué pasa,
por ejemplo, si se hace el recuento y la diferencia es menor a la anunciada?,
¿es una ganancia o una perdida?
Desde hace meses he pensado
que lo menos importante de estas elecciones era el resultado, entre otras
cosas, porque la situación del país es lo suficientemente delicada como para
pensar que las cosas mejorarán inmediatamente. Lo realmente importante de estas
elecciones era hacerle frente a la barbarie, generar un muro de contención para
decir: NO SOMOS INVISIBLES, AQUÍ ESTAMOS Y TENDRAN QUE TOMARNOS EN CUENTA. La
cosa salió mejor de lo esperado y resulta que ahora hay un verdadero liderazgo
opositor que esperemos salga bien librado de la estrategia que decidió seguir.
Lo que viene no será fácil
ni en lo económico ni en lo político. Cada vez hay menos margen de maniobra
para un “gobierno revolucionario” de poder llevar la economía de manera
adecuada y en lo político, todo indica que está obligado a reconocer a la
oposición como interlocutor válido, lo contrario sería una torpeza que lo
perjudicaría más rápido de lo que cree. Entramos en la fase del entendimiento y
el reconocimiento, por el bien del país estamos obligados a hacerlo. Ninguna de
los dos partes tiene completamente la razón por ello debe existir el dialogo.
Nos entendemos o nos fuñimos, si, más todavía.
Hasta
el momento de escribir estas líneas el Banco Central de Venezuela no ha
publicado las cifras de inflación del mes de marzo. Extraoficialmente se conoce
que fue de 2,8% y que para el primer trimestre del año se ubicaría en 7,9%. De
ser así, la variación intermensual y la variación acumulada serían las más altas
para el mes de marzo y primer trimestre del año desde que se calcula el Índice
Nacional de Precios al Consumidor (INPC).
Más
allá de los números que en realidad son preocupantes, está la calle, el día a
día, la compra diaria. Los efectos del desastre económico que vive el país se
están sintiendo y lo peor es que todavía falta. En menos de mes y medio el
gobierno devaluó la moneda en dos (2) oportunidades y eso todavía no ha
impactado los precios. Quiere decir que todavía falta por ver. Particularmente
pienso que los meses de abril, mayo y junio serán duros en términos
inflacionarios. Mucha gente piensa que la inflación no debería aumentar mucho
porque los comerciantes ajustaron sus precios hace tiempo porque compraban el
innombrable a un precio mayor al que por ejemplo podría asignar el Sistema
Complementario de Administración de Divisas (SICAD).
Ese
razonamiento que parecería lógico, obvia algo muy importante: el costo de
reposición de los empresarios y comerciantes todavía no es conocido, es decir,
si una empresa participa en una de las “subastas” del Sicad, no sabe cuando le
volverán a asignar divisas y al ser así, está siempre latente la posibilidad de
ir en busca del innombrable, entonces la idea del ajuste de precios es lógica
pero no necesariamente cierta.
La
dinámica de precios actual no permite ser optimista en el corto plazo. La
realidad se impone por la vía de los hechos: el desabastecimiento y la
inflación forman parte de nuestra triste realidad y todo indica que cualquier
decisión del gobierno en esta materia será un pañito de agua tibia. En efecto
el poder adquisitivo ha ido mermando pero posiblemente durante este trimestre
es cuando más se ha sentido. Hay varios ejemplos: usted va a un taller mecánico
y por lo general le cobran de mano de obra lo mismo que cuesta el repuesto (si
lo consigue). Cada vez que visita un supermercado seguramente se impresionará
del precio de los productos. Si va a una farmacia tiene que ir preparado. Hace
poco, inocentemente pagué 30 Bs por un refresco de vaso en una feria de comida
de un famoso centro comercial de la ciudad.
Lamentablemente,
desde el gobierno subestiman el problema económico, creen que siempre podrán
resolver las coyunturas porque para eso hay petróleo y su precio está alto. Un
ejemplo de esto es cuando un seguidor del gobierno cree que no le afectan las
devaluaciones porque no compra divisas. Hay una desconexión del problema
económico porque durante años les hicieron creer que todo esto es sostenible y
resulta que no es así. Cada vez más se evidencia que el modelo económico actual
no es viable, el mejor ejemplo es que se necesita un precio del petróleo cada
vez más elevado para poder continuar con el “Estado de bienestar criollo” que el gobierno ha desarrollado.
Más
allá del resultado electoral, el panorama económico luce complicado. El tema
cambiario no termina de definirse y eso tiene implicaciones importantes en
términos de inflación y abastecimiento. Este trimestre ha sido particularmente
malo en términos económicos, pregúntele a un comerciante y a una ama de casa
para ver que le dicen. No es necesario esperar el número de inflación para
entender que estamos en una difícil situación económica y que estamos obligados
a entendernos después del 14 de abril, de lo contrario esto no mejorará. Gane
quien gane las elecciones tendrá que hacer esfuerzos importantes por hacer que
la economía funcione. Todavía estamos a tiempo de hacer los ajustes necesarios,
nuestra economía tiene mucho potencial pero si no lo desarrollan no sirve de
nada. El gobierno tiene una papa caliente en las manos.
Se realizo el primer llamado a la subasta de divisas y el resultado se dio
a conocer dos (2) días después: doscientos millones de dólares (200 000 000 $)
entre 383 empresas. Ese es el resultado que se tiene. No existe información
oficial sobre el precio promedio manejado en la “subasta”, esto quiere decir
que no se publicó más nada, solo el monto total adjudicado (que se sabía desde
el día del llamado a “subasta”) y la cantidad de empresas adjudicadas.
La “subasta” se convocó un
día lunes y hasta el viernes anterior la banca no tenía claras las condiciones y
las funciones que cumplirían con este nuevo “sistema”. Bajo esas circunstancias
se realizó la primera operación del Sicad y obviamente bajos esas mismas
circunstancias se dieron los resultados, si es que se pueden llamar así. La
opacidad es evidente y genera una señal negativa de cara al futuro. Hasta el
momento de escribir estas líneas nadie conoce el listado de empresas que
obtendrán divisas con esta primera “subasta”, tampoco los montos adjudicados,
ni cuanto tendrán que pagar por cada dólar liquidado.
Con toda la falta de
transparencia que rodeó a la primera operación del Sicad, desde el gobierno proponen
“torcerle el brazo” a los inescrupulosos que forman parte del mercado paralelo
de divisas. Eso no es más que un mal chiste. Es imposible que lo hagan si la
adjudicación de divisas es un misterio, ¿Qué tal si el resultado de los
llamados del Sicad da un tipo de cambio similar al innombrable? ¿Autogol?
De los “resultados” se
desprende que lo de la subasta de Vickrey o subasta de segundo precio fue algo
que dijo el ministro Giordani para salir del paso cuando anunciaron la puesta
en marcha del Sicad. Afirmo esto porque cualquier tipo de subasta que se
utilice sería un mecanismo transparente y está claro que este no lo es, por lo
tanto, no es una subasta. ¿Qué gana el gobierno ocultando el resultado real de
la primera operación del Sicad?
Lo único que tenemos claro
al día de hoy es que el tipo de cambio resultante es superior al de Cadivi y
Sitme, el precio base para la “subasta” fue de 6,30 y recuerden que en Sitme
era 5,30. Esto quiere decir que las empresas participantes en esta primera
operación del Sicad tendrán que pagar un tipo de cambio superior al de la
devaluación realizada en febrero.
La opacidad con la que se
estrenó el Sicad permite preguntarnos muchas cosas: ¿funcionará siempre de esa
forma?, ¿es un mecanismo que le permite al gobierno, PDVSA específicamente,
conseguir más bolívares para hacerle
frente a sus compromisos políticos?,
¿existe la posibilidad de asignar divisas a precios diferentes en la misma “subasta”?,
¿cada llamado a “subasta” supone una devaluación?, sin tener un precio de
referencia ¿cómo se luchará contra el innombrable?
El Sicad reafirma lo que
tenemos tiempo diciendo: la política cambiaria del gobierno fracasó y ellos
están asumiendo paulatinamente ese costo. Es posible que el Sicad suponga una
flexibilización de la política cambiaria en el mediano plazo, esa es una buena
noticia para los empresarios pero no para los consumidores. Seamos sensatos: el
dólar oficial es una ficción, un subsidio para las clases medias que debe ir
desapareciendo. Esta economía no soporta más un tipo de cambio artificialmente
bajo y hay que prepararse para cambios en ese sentido. El Sicad es una
extraordinaria posibilidad para sincerar el tema cambiario pero si se maneja de
esta forma, tampoco funcionará, así no le torcerán el brazo a nadie. Mientras
la asignación sea discrecional es poco lo que se puede avanzar en materia
cambiaria. Las reglas tienen que estar bien definidas, cambiarlas en pleno
juego genera desconfianza y es una triquiñuela que poco beneficia a la economía
del país. Dada la campaña electoral no me extrañaría que hagan un nuevo
llamado, incluyendo personas naturales. Finalmente se necesita bolívares para
pagar compromisos en el gobierno y esta es una excelente oportunidad. Amanecerá
y veremos.
La semana pasada el triunvirato de la economía
venezolana, léase: Giordani, Merentes y Ramírez, anunció el Sistema
Complementario de Administración de Divisas
SICAD. Esta nueva abreviatura de la fábula económica del gobierno,
permitiría subastar divisas solo a personas jurídicas que estén inscritas en el
Registro De Usuarios Del Sistema De Administración De Divisas (RUSAD), de lo
contrario no podrán participar en la subasta. La subasta será de tipo “sobre
cerrado al segundo precio” o como se denomina en la literatura de subastas: “de
Vickrey” en honor a su creador William Vickrey, premio Nobel de economía en
1996 junto a James Mirrlees por sus “contribuciones fundamentales a la teoría económica de los incentives bajo
información asimétrica”.
Mencionar en rueda de prensa un tecnicismo generado por
un premio nobel parecería ser una estrategia inteligente para que la gente no
dude tanto del asunto, el problema es que la mayoría de la población no sabe
que es una subasta de Vickrey y por otra parte, eso no garantiza que el sistema
funcione adecuadamente. Revisen lo que ocurrió con el espectro radioeléctrico
en Nueva Zelanda cuando el gobierno lo subastó con subastas tipo Vickrey.
Hicieron el ridículo. Un ejemplo que podría utilizarse como referencia es el
Bolsin que utiliza el banco central de Bolivia para subastar divisas. Es un
mecanismo utilizado desde 1985 que cada gobierno ha ido modificando al punto
que no se puede decir que tipo de subasta es.
Lo preocupante del anuncio de la puesta en marcha del
SICAD no es tanto el mecanismo sino las dudas que dejo. La subasta de Vickrey
asigna a la puja más alta pero se paga el segundo precio más elevado, es decir,
usted puede colocar en el sobre cerrado, cuanto está dispuesto a pagar y si
resulta beneficiado por haber ofrecido más, terminará pagando un precio por
debajo de lo que usted colocó en el sobre. Aclarado esto, surgen muchísimas
preguntas sobre cómo funcionará la subasta y sobre cómo este mecanismo
presionará a la baja la cotización del innombrable.
De la rueda de prensa surgieron más dudas que respuestas.
Dijeron que para esta semana se haría la primera subasta y luego afirmaron que
quedaría para después de semana santa, creo que eso no es un buen comienzo. Por
otra parte, queda la duda sobre las asignaciones: no se sabe si se asignara a
una sola empresa o al conjunto de empresas que eventualmente podrían ofertar al
mismo precio. No se sabe si será por sectores o todas las empresas
simultáneamente. Tampoco se sabe que ocurrirá si, por ejemplo, el día de la
subasta se ofertan cincuenta (50) millones de $ y varias empresas pujan el
mismo precio, ganan la subasta pero la demanda de esas empresas es mayor a la
suma ofertada, en nuestro ejemplo, cincuenta (50) millones de $.
La realidad institucional de Venezuela lamentablemente
permite pensar que así el mecanismo sea pulcro y funcione, será poco creíble.
La percepción que dejo la rueda de prensa es que se hará discrecionalmente y si
eso es así, sencillamente no será una subasta. Utilizar un tecnicismo para
impresionar a la gente no deja de ser una irresponsable tomadura de pelo.
Tal como se presenta el Sicad, la probabilidad que el
precio de las divisas subastadas sea mayor a 6,30 Bs/$ es muy alta, eso quiere
decir que en realidad se está ejecutando una nueva devaluación. Técnicamente
sería una depreciación del tipo de cambio pero en términos reales es una “devaluación
encubierta” porque a los empresarios les saldría más caro adquirir divisas por
el SICAD que por CADIVI. La única manera que el SICAD no subaste divisas a un
precio mayor que CADIVI es que lo haga por debajo de 6,30 y aunque esa
posibilidad existe (recuerden que el ganador de la subasta pagaría el segundo
precio más alto ofrecido), la necesidad de divisas hace pensar que se terminará
pagando un precio más elevado. Esperemos a ver qué pasa, la pelota la tienen
ellos, esperemos que sepan utilizarla y no se metan un autogol.
Lo inevitable llegó, el
hombre que cambió la historia contemporánea de nuestro país, ya no está. Se ha
ido físicamente pero deja una huella que para muchos será imborrable. Digan lo
que quieran, este país no será el mismo, posiblemente mejor o peor, pero nunca
el mismo.
Uno de los temas más
criticados de la figura de Hugo Chávez ha sido su visión de la economía. Lo que
ha dejado ha sido un completo infortunio, la economía hoy presenta distorsiones
que difícilmente serán corregidas en el corto plazo, sobre todo si se relegitima
el modelo chavista en una eventual elección presidencial.
La coyuntura económica de los últimos diez (10) años ha
sido muy favorable, se presentaron las mejores oportunidades y realmente no
creo que se hayan aprovechado. La visión política privó sobre la económica. Un
ejemplo es el control cambiario. En diferentes oportunidades, voceros
calificados del gobierno afirmaron que el control de cambio es un mecanismo de
control político.
Hoy Venezuela es
financieramente más vulnerable y lo paradójico es que el precio del petróleo se
ha estabilizado en niveles muy superiores a los encontrados por Hugo Chávez en
1999. La deuda externa se ha triplicado y la pregunta es ¿por qué si ha entrado
tanto dinero?, la respuesta es: el modelo económico, la visión de este gobierno
ha permitido semejante paradoja.
El tema inflacionario deja
mucho que desear. Mientras en todo el planeta, la alta inflación dejó de ser
una preocupación y paso de moda, en nuestro país posiblemente sea el problema
económico más grave porque la gente lo padece directamente. La visión del
gobierno ha sido privilegiar el crecimiento económico sobre la inflación. Una
estrategia por demás discutible.
El manejo de PDVSA ha sido
muy cuestionado, después de lidiar con la tecnocracia petrolera, consiguió la
excusa perfecta en el torpe paro petrolero de 2002 para tener control absoluto
de la empresa. Hoy PDVSA ha dejado de ser una compañía petrolera, es cualquier
cosa menos eso. Después de diez (10) años del paro petrolero la producción no
ha podido aumentar considerablemente. Ellos argumentarán que es por el paro
petrolero pero todos sabemos que no es así. La tragedia de Amuay a mediados del
año pasado es una muestra de la situación actual de la industria petrolera.
La inversión extranjera
directa se ha comportado erráticamente, ha disminuido considerablemente y no
hay indicios que mejore en el corto plazo. Económicamente el Estado está
sobredimensionado, la nómina pública es hoy muchísimo más grande que hace
catorce (14) años y el sector privado ha sentido las consecuencias de un
discurso agresivo y amenazador que afecta a la inversión y por ende a la
generación de empleo.
Después de catorce (14) años
tenemos una economía más dependiente del petróleo y a su vez los venezolanos de menos ingresos son más
dependientes del Estado, lo cual genera un círculo vicioso que difícilmente
permita que la gente supere la pobreza como condición de vida. Una cosa es
tener más ingresos y otra dejar de ser pobre. La visión económica de Hugo
Chávez hizo más visible a los pobres pero esto no significa que los sacó de la
pobreza y ese es el detalle, en la medida que la renta petrolera sea utilizada
para profundizar la dependencia del ciudadano con el Estado no seremos una
mejor nación.
De más está decir que lo
logrado por el Presidente Chávez durante su carrera política difícilmente sea
superado. Un hombre perseverante y astuto como pocos, sin ninguna duda, un
hombre que cambió la forma de hacer política en nuestro país, para bien o para
mal, eso ya lo veremos. Negar su liderazgo y su relación con los más
desposeídos sería mezquino y dejar de reconocer que en materia económica fue un
desastre, sería una estupidez. Él consiguió la fórmula para mantenerse en el
poder no para resolver los problemas del país. Perdió una gran oportunidad.
Vienen días difíciles, esperemos como nación estar a la altura del compromiso.
Es necesario reencontrarnos. El país depende de todos.
El
título de hoy es una de las frases más utilizadas por los economistas y su
importancia es capital si queremos entender como los gobiernos tienen que
afrontar el tema económico. Es vital que la gente entienda que todo tiene un
costo y por lo tanto un precio, esto quiere decir que las decisiones económicas
no son gratuitas. Siempre que se tome una decisión desde el punto de vista
económica algún sector de la población lo terminará pagando, como decía Milton
Friedman: “alguien siempre paga la cuenta”.
Entender
que en economía no existe almuerzo gratis, permitiría tener una mejor base para
discutir seriamente el problema económico que enfrenta nuestro país. Todos los
ciudadanos de esta nación deben entender, más allá de su inclinación política,
que tomar decisiones tiene un costo. La estructura de subsidios sobre la cual
el actual gobierno se basa para mantener su popularidad en los sectores menos
favorecidos tiene un precio, igual que la política de endeudamiento agresivo desarrollada
en los últimos años.
La política
cambiaria es un buen ejemplo para entender por qué no hay almuerzo gratis. Con
un tipo de cambio artificialmente bajo, se generó un incentivo a la importación
en detrimento de la producción nacional. El tipo de cambio oficial termina
actuando como un subsidio a la clase media y a los sectores más favorecidos del
país. Todo el mundo aprovecha (cuando es posible) el dólar barato, finalmente
es un tema de incentivos, sin embargo, hoy estamos pagando el almuerzo de tener
un control cambiario y una moneda sobrevaluada desde hace diez (10) años.
En
el país existen muchísimos ejemplos para explicar que en el largo plazo las
medidas mal diseñadas pasan factura. No se trata de excluir a los sectores
menos favorecidos, se trata más bien de entender que no todo lo que brilla es
oro. El aumento de la gasolina es otro ejemplo: ¿para qué tener la gasolina más
barata del planeta?, finalmente la infraestructura vial del país es un desastre
y el transporte público también, entonces, ¿las decisiones económicas son
gratis? Lamentablemente el venezolano tiene una larga historia de dependencia
con el Estado, el manejo de la renta petrolera ha permitido que hoy un gran
sector de la población sea más dependiente del Estado que hace veinte (20) años.
Mucha
gente está de acuerdo con el rol que cumple la “nueva PDVSA” porque se encarga
de la labor social. Posiblemente sea mejor crear un ministerio de desarrollo
social y dejar que la empresa se ocupe exclusivamente del negocio petrolero.
Mientras un sector importante de la población se siga beneficiando del actual
modelo económico, difícilmente se discutirá sobre lo que necesitamos para salir
adelante como nación.
Es
importante entender los costos asociados a las malas decisiones económicas.
Vender el sofá ò correr la arruga obviamente no resolverá el problema de fondo:
nuestra excesiva dependencia del sector petrolero. Lo más preocupante es que la
economía necesitará precios del petróleo cada vez más elevados para poder
mantener el actual modelo económico, es decir, los precios altos no garantizan
al día de hoy un mejor desempeño económico. Mucha gente sigue rumbeándose el
dinero del boom petrolero pero no se detiene a pensar si la economía va por
buen en camino.
Creo
que ha llegado la hora de entender lo siguiente: en economía siempre se pasa la
factura y el hecho de tener una buena noche de rumba no quiere decir que podrás
pasar toda la vida rumbeando. Venezuela vive en una ficción económica, algo
insostenible en el largo plazo. Así que si comienzan a preguntarse: ¿por qué
hay desabastecimiento?, ¿por qué la actividad comercial está paralizada?, ¿por
qué no hay dólares? ¿Por qué nadie viene a invertir en Venezuela?, la respuesta
es: posiblemente el dueño del negocio se dio cuenta que el cliente está
fastidio y decidió pasarle la cuenta.
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��H �n de divisas y aún así la posibilidad de una
devaluación oficial (como el “ajuste cambiario” de carnaval) para 2014 es alta.
El
sector petrolero necesita inversiones importantes pero no queda claro que las
realizarán. Los precios de la cesta venezolana en su mejor momento histórico y
no hay dinero para invertir en el sector petrolero. Si con esta coyuntura
favorable no se invirtió en la gallinita de los huevos de oro, ¿cuándo lo
harán? Literalmente, se rumbearon ese dineral con la excusa de ayudar a los más
necesitados. El modelo económico planteado por el gobierno es tan frágil que
con números positivos durante el año anterior el problema persiste y las
perspectivas en el corto plazo son negativas. Necesitan precios del petróleo más
elevados, lo único que saben es gastar y si en efecto sube, nada garantiza que
resuelvan el problema. Siempre existirá la posibilidad de rumbearse esa platica
y como país estar peor.
El
Banco Central de Venezuela (BCV) dio a conocer los resultados económicos del
año 2012. La economía creció durante el cuarto trimestre 5,5%, siendo la
actividad de Instituciones financieras y
seguros la que más creció con 33,9%, seguida de la construcción con 10% y
comercio y servicios de reparación con 9,8%. Durante este período la actividad
minera presentó el peor resultado con una caída de 10%. Al consolidar los datos
de todo el año, la economía creció 5,6%, de los cuales 3,6% los aportó el
sector privado, según cálculos de la firma econométrica
De acuerdo al BCV “El
resultado de la demanda agregada interna se asocia a los crecimientos
observados en el gasto de consumo final privado (+7,1%), vinculado a la
recuperación del poder adquisitivo y al mayor nivel de empleo, al gasto de
consumo final del Gobierno general (+6,5%) y a la inversión bruta fija (+32,9%)”.
Para todo el año, la actividad de instituciones financieras y seguros creció 33,5%,
seguida de la construcción con 16,6% y comercio y servicios de reparación con
9,1%. Todo indica que el crecimiento se concentró en estas tres actividades. La
pregunta es ¿qué tipo de crecimiento estamos teniendo? La industria
manufacturera, pieza fundamental de todo proceso de crecimiento económico
sostenible creció 1,1% durante el cuarto trimestre y 1,8% durante todo el año.
Por su parte, la actividad petrolera, pilar fundamental de nuestro “modelo
económico” creció 1,1% y 1,4% respectivamente.
El Producto Interno
Bruto no petrolero creció 5,8% durante 2012, sin duda, una buena noticia, sin
embargo, cuando este comportamiento es liderado básicamente por sectores de
servicios como el financiero y el comercial, el resultado comienza a no ser tan
esperanzador. Básicamente la actividad de instituciones financieras crece
porque están repletas de bolívares, situación que no ocurriría si no existiera
control cambiario o si flexibilizaran la política cambiaria, así muchas
empresas extranjeras repatriarían capitales y la historia sería muy diferente.
En la
actual situación del país, que la economía haya crecido el año pasado es algo
que a muy poca gente le sirve. Los dos (2) primeros meses del año han sido
realmente complicados desde el punto de vista económico. Los niveles de escasez
se dispararon y la inflación sigue su curso. La devaluación golpeará el
bolsillo de los venezolanos y nada indica que las cosas mejorarán. El desempeño
económico del año pasado se vino abajo, se convirtió en “polvo cósmico” en solo dos (2) meses.
Las
perspectivas económicas para este año no son favorables, la economía podría
contraerse nuevamente y si crece será menor al 5,6% del año 2012. Una nueva
devaluación está a la vuelta de la esquina, bien sea de manera indirecta:
creando un mecanismo de sustitución del Sitme, que finalmente, operaría en
términos reales como una devaluación o por la vía oficial después de una
eventual elección presidencial. Lo más probable es que generen un mecanismo
alternativo de asignación de divisas y aún así la posibilidad de una
devaluación oficial (como el “ajuste cambiario” de carnaval) para 2014 es alta.
El
sector petrolero necesita inversiones importantes pero no queda claro que las
realizarán. Los precios de la cesta venezolana en su mejor momento histórico y
no hay dinero para invertir en el sector petrolero. Si con esta coyuntura
favorable no se invirtió en la gallinita de los huevos de oro, ¿cuándo lo
harán? Literalmente, se rumbearon ese dineral con la excusa de ayudar a los más
necesitados. El modelo económico planteado por el gobierno es tan frágil que
con números positivos durante el año anterior el problema persiste y las
perspectivas en el corto plazo son negativas. Necesitan precios del petróleo más
elevados, lo único que saben es gastar y si en efecto sube, nada garantiza que
resuelvan el problema. Siempre existirá la posibilidad de rumbearse esa platica
y como país estar peor.
Como todos deben imaginar,
nuestra economía es catalogada como reprimida. Los resultados del Índice de
Libertad Económica 2013 nos ubican en el
puesto 174 en un grupo de 185 países. Solo superamos a Zimbabue, Cuba y Corea
del Norte. Respecto al año pasado desmejoramos dos (2) puntos, quiere decir que
tenemos menos libertad económica.
La profundización del
socialismo y el “modelo revolucionario” ha permitido que nuestra economía se
ubique en los puestos que hoy ocupa. Lamentablemente nuestro país se encuentra
en los últimos lugares de las mediciones institucionales y económicas que se hacen
internacionalmente. Una pregunta que es muy importante es ¿qué beneficio trae la
libertad económica?.
Todo indica que mayores
niveles de libertad económica están asociados a mayores niveles de ingreso,
esto no quiere decir que la libertad económica es la causante de mayores
ingresos ni viceversa, es solo una relación estadística, sin embargo, ningún
país que obtenga resultados económicos favorables lo hace restringiendo las
libertades económicas, los países con altos ingresos per cápita son libres o
mayormente libres. Es importante destacar que existen países con mayores
ingresos por habitante que Venezuela y son catalogados como moderadamente
libres pero nunca reprimidos. Las economías reprimidas de acuerdo al reporte
son treinta y tres (33) y cuatro (4) son suramericanas: Bolivia, Ecuador,
Argentina y Venezuela, de estas, la única con mayores ingresos por habitante
que nuestro país es Argentina.
La libertad económica no es
un objetivo, es una herramienta para lograr un fin. Difícilmente, una economía
logre progresar significativamente si el estado de derecho es débil y las
regulaciones son excesivas e ineficientes. No se trata de anarquía económica
sino de desarrollar prácticas que al día de hoy dan buenos resultados en todo
el mundo, más allá que los gobiernos sean de “izquierdas o derechas”.
La libertad económica
permite atraer inversión y por lo tanto generar empleo no público. Se trata de
incentivar al sector privado, ninguna economía del mundo ha logrado resultados
favorables con un sector privado debilitado. Quien piense en el caso soviético,
está equivocado, por algo el muro de Berlín se vino abajo. Sin un sector
privado saludable ninguna economía prospera y eso se logra con libertado
económica, en mayor o menor grado, pero dejando que la economía funcione.
No se trata de dejar de
regular sino de evitar el exceso de regulación. La “política regulatoria” de
los últimos diez (10) en nuestro país demuestra que no ha servido de nada el
control de precios. El control cambiario hizo aguas y hoy se ven los
resultados. En el momento de escribir estas líneas la Superintendencia Nacional de Costos y Precios (SUNDECOP)
anuncia que se regulará el precio de los medicamentos, nada más y nada menos. Las
regulaciones generan costos y beneficios, cuando están mal diseñadas los costos
son mayores a los beneficios y así la sociedad no gana, al contrario sale
desfavorecida.
Es falso que promover la
actuación de los mercados y la sana actividad económica sea per se inhumano, generador de exclusión,
pobreza y causante de las desgracias sociales de las naciones. La literatura reciente
en el ámbito del desarrollo económico deja claro que los países fracasan en
términos sociales y económicos no precisamente por el sano desenvolvimiento de
los mercados, sino por problemas institucionales. Quien crea que es por culpa
del mercado y sus efectos dañinos para la humanidad, tiene veinte años sin leer
o intenta meter un contrabando retórico para atrapar incautos.
La libertad económica suma,
nunca resta porque para poder progresar se necesitan instituciones de calidad y
difícilmente esto se logre en países con un debilitado estado de derecho,
gobiernos sobredimensionados, excesivas regulaciones y mercados distorsionados.
Justo lo que ocurre en Venezuela. Mientras existan más regulaciones, mayores serán
las distorsiones y los pobres pagarán los platos rotos.
Como es sabido por todos el
gobierno nacional decidió el viernes 8 de febrero “modificar el tipo de cambio” de 4,30Bs/$ a 6,30Bs/$, es decir,
devaluó la moneda. Desde que se creó la Comisión de Administración de Divisas
(Cadivi) este ha sido el panorama cambiario: en 2003 se fijó el tipo de cambio
en 1,6Bs/$ abandonando el sistema de bandas cambiarias e implementando un
control cambiario en el que el tipo de cambio ha pasado de 1,6Bs/$ a 1,92Bs/$,
entre los años 2003 y 2004. Luego en 2005 se devaluó nuevamente y el tipo de
cambió se fijó en 2,15Bs/$.Transcurrieron cinco (5) años y en 2010 se fijó un
tipo de cambio dual de 2,60Bs/$ y 4,30Bs/$ y luego en menos de un año se
“unificó” esa tasa dual y el tipo de cambio se fijó en 4,30Bs/$. En el camino,
antes de la “unificación cambiaria”
se creó el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme) en
el que se negociaban bonos y el tipo de cambio era aproximadamente de 5,30Bs/$.
En términos muy generales esta
es la historia cambiaria de nuestro país desde que se implementó el control
cambiario en el año 2003. Es importante destacar que en el año 1999 cuando la
actual administración de gobierno llega al poder el tipo de cambio se cotizaba
en 0,57Bs/$ y lo administraba el Banco Central de Venezuela (BCV) a través de
un sistema de bandas cambiarias.
No cabe la menor duda que la
devaluación anunciada era necesaria. Lo relevante es saber ¿Por qué se hace necesaria
tomar esa medida?, debemos recordar que el barril de petróleo se ubica en
niveles superiores a los 100$. Este es un gobierno que con altos ingresos
petroleros se ve en la necesidad de devaluar la moneda, ¿cómo podríamos
catalogar eso?.
Linealmente la corrección
fue de 46,5%, sin embargo, no toda la economía funciona con dólares oficiales
de Cadivi o Sitme. Esto quiere decir que será insuficiente para cubrir el
déficit fiscal y atender la demanda de divisas. La situación no deja de ser
complicada porque la devaluación se traducirá en mayor inflación y la
cotización en el mercado no mejorará porque al eliminar el Sitme se restringe
la oferta divisas. Si con dos (2) mecanismos de asignación de divisas: Cadivi y
Sitme, la política cambiaria colapsó, ¿Qué razones hay para pensar que con uno
solo funcionará mejor?
Es importante que usted
amigo lector entienda que la devaluación sigue siendo necesaria y que los
efectos de esto en el corto plazo no serán los mejores para su bolsillo. Con un
tipo de cambio de 6,30Bs/$ tendrán que devaluar nuevamente, entre otras cosas
porque la política cambiaria actual es inviable y si no se resuelven los
problemas de fondo, será muy complejo salir de la actual coyuntura. La última
devaluación deja más preguntas que respuestas: ¿durante cuánto tiempo Cadivi
podrá asignar divisas de manera regular?, ¿Qué pasará con las empresas que
acudían al Sitme?, ¿Cuánto más soporta la actual política cambiaria?
La devaluación anunciada era
necesaria pero resultó insuficiente. Sin un mecanismo alterno de asignación de
divisas, difícilmente las cosas mejoren. En el muy corto plazo la asignación de
divisas mejorará pero eso será por poco tiempo, las medidas anunciadas no
atacan el problema de fondo y esto traerá consecuencias importantes en términos
inflacionarios.
Tenemos un gobierno que
asumió el poder con un dólar en 0,57 Bs, luego de catorce años se ubica en
6,30Bs e insiste en que la economía está blindada. El año pasado cerró con un déficit
fiscal considerable. El 8 de febrero el gobierno coronó lo que he denominado la
triple corona socioeconómica revolucionaria: inflación, escasez y devaluación.
Ese mismo día anunciaron que la inflación de enero fue 3,3%, el indicador de
escasez se ubicó en 20,4% y fijaron el tipo de cambio en 6,3 Bs/$. Con este
panorama insisten en que la inflación no aumentará porque los comerciantes no
deben modificar precios por la devaluación. Los adecos y copeyanos devaluaban,
ahora el chavismo hace lo mismo pero espera resultados diferentes, ¿Por qué será
diferente ahora?
Como ya saben, el Proyecto de Ley que regula la compra y venta de vehículos nuevos y usados nacionales o importados fue aprobado en primera discusión y falta la
segunda. Estas son mis impresiones sobre el proyecto.
Lo que ocurre con
el mercado de vehículos en nuestro país es sencillamente inaceptable. No es
lógico que un carro cueste más que una vivienda y negarlo sería una grandísima
tontería. Lo importante de todo este no es solo atacar la distorsión, sino,
entender que la origina, sin esto, cualquier intento de resolver el problema
fracasará. De acuerdo al diputado Elvis Amoroso, proponente del proyecto de
ley, la distorsión se debe -palabras más palabras menos- a mafias que acaparan
vehículos para después venderlos como usados.
La justificación
del diputado Amoroso, deja de lado la situación del mercado cambiario y su
impacto en los niveles de producción de las ensambladoras. En el proyecto de
ley se afirma con datos del año 2008 que existía un exceso de demanda de ciento
cincuenta mil unidades (150 000). La escasez de vehículos entraría ya en su
quinto año lo que permitiría que ciertos grupos tengan un comportamiento
“inescrupuloso”, entonces, el problema no es tanto saber cuáles son los grupos,
sino, entender ¿por qué se forman?, ¿qué origina su establecimiento en el
mercado?.
Si la intención
es identificar a los grupos de presión que distorsionan el mercado, la
respuesta es sencilla: las ensambladoras, los sindicatos de la industria y los
concesionarios de vehículos nuevos y usados. Las ensambladoras hacen su negocio
y son las figuras sujetas a mayores regulaciones, así que por ahí no creo que
vayan los tiros. Los sindicatos tienen un enorme poder de negociación y grandes
beneficios contractuales, como por ejemplo, el cupo de vehículos anualmente,
¿les suena?.Los concesionarios de vehículos nuevos los venden con un margen
establecido por la ensambladora, su negocio está en la venta atada que realizan
de los accesorios del vehículo y la póliza del seguro. Lo que sin duda termina
aumentando el precio. Los concesionarios de vehículos “usados”, son los que
dinamizan el mercado, es donde se consiguen los vehículos, las preguntas son
¿por qué? Y ¿Quién abastece esos concesionarios?. Todo indica que las
ensambladoras no son, solo quedan los sindicatos y los concesionarios, ¿les
extrañaría que en efecto eso sea lo que sucede?.
El proyecto de
ley, tal como está planteado, no resuelve el problema de fondo: la insuficiente
oferta de vehículos. Intenta atacar el problema por la vía equivocada. Enfoca
con una mira dañada y así el problema no se resolverá. En efecto, los
concesionarios de vehículos nuevos tienen responsabilidad en lo que está
ocurriendo y está bien que los “metan en cintura” si es que eso se puede hacer.
Si logras “controlarlos”, todavía quedan los sindicatos, ¿qué se hará con
ellos?.El beneficio del cupo anual de vehículos a los trabajadores de la
industria es un punto importante a considerar. La venta de esos cupos es un negocio
muy lucrativo. Ellos argumentan que representan un porcentaje muy pequeño de la
producción anual y con eso intentan salirse del problema.
La venta de cupos
y lo adicionales que cobran los concesionarios sirven para explicar buena parte
de la distorsión generada en el mercado de vehículos. La solución es sencilla:
dar incentivos para aumentar la oferta de vehículos. Esto puede venir por dos
(2) vías: incrementar la producción nacional o importar vehículos, incluyendo
usados. Hasta que el exceso de demanda no desaparezca, será imposible,
disminuir el precio de los vehículos. Cualquier intento fracasará. Vamos Elvis,
tú lo sabes, la respuesta está en la exposición de motivos, es el exceso de
demanda (escasez) y la política cambiaria lo que genera la distorsión, eres más
inteligente que eso. Piensa en cómo aumentar la oferta, por ahora, la verdadera
propuesta del gobierno son los carros chinos:¿es eso suficiente? Y ¿los cupos y
los concesionarios?.
Este artículo será para contextualizar e informar sobre el Proyecto de Ley que regula la compra y venta de vehículos nuevos y usados nacionales o importados.
El
proyecto de ley tiene treinta y tres (33) artículos y tiene como objeto “regular el precio de compra y venta para los
vehículos automotores nuevos ensamblados en el país, los vehículos automotores
nuevos importados y comercializados en el país, así como la compra y venta de
aquellos vehículos automotores con dos años de uso en el mercado nacional
contados desde el momento de su
ensamblaje o fabricación”.
La ley
establece la creación de una Comisión Mixta de Precios la cual tendrá
“como función la regulación de los Precios de
compra y Venta sugeridos de los vehículos automotores, tomando como variables
las divisas otorgadas por el ente regulador, el costo, los tributos y las
ganancias”. A su vez, la ley prohibiría
“a toda persona Natural o Jurídica
ofertar en los medios de comunicación y páginas web, vehículos automotores con
valores mayores a los precios de venta sugeridos para las marcas y modelos
correspondientes al último año”.
El
proyecto contempla que las ensambladoras e importadoras publiquen las listas de
precios de los vehículos, junto con el precio de al menos cinco (5) países
latinoamericanos y a su vez informar a los ministerios de ciencia y tecnología,
industrias intermedias y al Indepabis del margen de ganancia establecido.
Deberán también informar “el monto de las
divisas que reciben por parte del organismo regulador para la compra de insumos
de ensamblaje y vehículos terminados”. Esto se haría ante los tres (3)
organismos anteriores y el ministerio de comercio. Por su parte los concesionarios
deberán publicar la lista de espera y de compradores para luego remitirla a la
oficina del Indepabis en el estado. No podrán “obligar ni
ofrecer la compra o adquisición de los accesorios para los vehículos
automotores” y “las aseguradoras no podrán asegurar los vehículos automotores
nuevos o con hasta dos años de uso, por un valor mayor al precio de venta
sugerido”.
Se contemplan tres (3) tipos de sanciones
para quien contravenga lo dispuesto en la norma. En unidades tributarias e
irían de cuatrocientas (400) a diez mil (10000). En términos de la suma
infringida, equivalente al doble o triple del valor de esa suma y se aplicaría a las
personas naturales y aseguradoras
respectivamente. Por último está la sanción a los funcionarios que sería “equivalente a tres veces el precio de venta sugerido del vehículo” ó “se le aplicará la pena del ilícito cometido aumentada de un tercio
a la mitad, sin menoscabo de las sanciones administrativas y disciplinarias a
que haya lugar”.
Por otra parte, “los directivos de las ensambladoras y de las
importadoras de vehículos automotores son responsables por ante la justicia
venezolana de los ilícitos cometidos por las empresas que representan”. Respecto
a los precios de los vehículos en la actualidad, “se
mantienen en vigencia los precios de venta sugeridos en el primer semestre del
año 2009” hasta que la Comisión Mixta de Precios y las ensambladoras no
establezcan los precios de venta al público de los vehículos.
Adicionalmente, los concesionarios
“que hayan realizado operaciones de
compra y venta de vehículos automotores por encima del precio de venta
sugerido, están en la obligación de devolver a los compradores las cantidades
cobradas en exceso en un lapso de seis meses” y deberán consignar en
sesenta días ante la Oficina regional del Indepabis, el listado de sus compradores de los últimos
tres (3) años. Si tienen inquietudes, no duden en escribirme, intentaré
responderlas en el artículo de la próxima semana.
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