Como ya saben, el Proyecto de Ley que regula la compra y venta de vehículos nuevos y usados nacionales o importados fue aprobado en primera discusión y falta la
segunda. Estas son mis impresiones sobre el proyecto.
Lo que ocurre con
el mercado de vehículos en nuestro país es sencillamente inaceptable. No es
lógico que un carro cueste más que una vivienda y negarlo sería una grandísima
tontería. Lo importante de todo este no es solo atacar la distorsión, sino,
entender que la origina, sin esto, cualquier intento de resolver el problema
fracasará. De acuerdo al diputado Elvis Amoroso, proponente del proyecto de
ley, la distorsión se debe -palabras más palabras menos- a mafias que acaparan
vehículos para después venderlos como usados.
La justificación
del diputado Amoroso, deja de lado la situación del mercado cambiario y su
impacto en los niveles de producción de las ensambladoras. En el proyecto de
ley se afirma con datos del año 2008 que existía un exceso de demanda de ciento
cincuenta mil unidades (150 000). La escasez de vehículos entraría ya en su
quinto año lo que permitiría que ciertos grupos tengan un comportamiento
“inescrupuloso”, entonces, el problema no es tanto saber cuáles son los grupos,
sino, entender ¿por qué se forman?, ¿qué origina su establecimiento en el
mercado?.
Si la intención
es identificar a los grupos de presión que distorsionan el mercado, la
respuesta es sencilla: las ensambladoras, los sindicatos de la industria y los
concesionarios de vehículos nuevos y usados. Las ensambladoras hacen su negocio
y son las figuras sujetas a mayores regulaciones, así que por ahí no creo que
vayan los tiros. Los sindicatos tienen un enorme poder de negociación y grandes
beneficios contractuales, como por ejemplo, el cupo de vehículos anualmente,
¿les suena?.Los concesionarios de vehículos nuevos los venden con un margen
establecido por la ensambladora, su negocio está en la venta atada que realizan
de los accesorios del vehículo y la póliza del seguro. Lo que sin duda termina
aumentando el precio. Los concesionarios de vehículos “usados”, son los que
dinamizan el mercado, es donde se consiguen los vehículos, las preguntas son
¿por qué? Y ¿Quién abastece esos concesionarios?. Todo indica que las
ensambladoras no son, solo quedan los sindicatos y los concesionarios, ¿les
extrañaría que en efecto eso sea lo que sucede?.
El proyecto de
ley, tal como está planteado, no resuelve el problema de fondo: la insuficiente
oferta de vehículos. Intenta atacar el problema por la vía equivocada. Enfoca
con una mira dañada y así el problema no se resolverá. En efecto, los
concesionarios de vehículos nuevos tienen responsabilidad en lo que está
ocurriendo y está bien que los “metan en cintura” si es que eso se puede hacer.
Si logras “controlarlos”, todavía quedan los sindicatos, ¿qué se hará con
ellos?.El beneficio del cupo anual de vehículos a los trabajadores de la
industria es un punto importante a considerar. La venta de esos cupos es un negocio
muy lucrativo. Ellos argumentan que representan un porcentaje muy pequeño de la
producción anual y con eso intentan salirse del problema.
La venta de cupos
y lo adicionales que cobran los concesionarios sirven para explicar buena parte
de la distorsión generada en el mercado de vehículos. La solución es sencilla:
dar incentivos para aumentar la oferta de vehículos. Esto puede venir por dos
(2) vías: incrementar la producción nacional o importar vehículos, incluyendo
usados. Hasta que el exceso de demanda no desaparezca, será imposible,
disminuir el precio de los vehículos. Cualquier intento fracasará. Vamos Elvis,
tú lo sabes, la respuesta está en la exposición de motivos, es el exceso de
demanda (escasez) y la política cambiaria lo que genera la distorsión, eres más
inteligente que eso. Piensa en cómo aumentar la oferta, por ahora, la verdadera
propuesta del gobierno son los carros chinos:¿es eso suficiente? Y ¿los cupos y
los concesionarios?.
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