¿Encrucijada o plan?

Los días pasan y el gobierno sigue corriendo la arruga. Los cambios en materia económica no se materializan, se habla, y se habla, se hacen cadenas de radio y televisión pero no se concreta en lo medular. Las regulaciones y los subsidios (control cambiario incluido en ambas categorias)  siguen intactos, llámelo como quiera pero ahí están.

La inflación sigue su rumbo y la escasez hace estragos. Respecto a las regulaciones de precios las flexibilizan de una forma muy particular: permiten los aumentos de precios pero no los publican en la gaceta oficial, lo cual no termina de ser completamente legal y al ser así no todos los sectores se suman a la medida, no sea que después sean protagonistas de la “guerra económica”.

Con las aerolíneas llegaron a un acuerdo que no convence a nadie, sin embargo, accedieron porque es mejor recoger algo que quedarse sin nada. La verdad es que increíblemente el gobierno no tiene como pagarle a las líneas aéreas. Los “repuesteros” exigen condiciones transparentes para seguir trabajando, no se calan que los estén llamando usureros y especuladores mientras los responsables del desastre siguen sin asumir la responsabilidad.
A la Superintendente de precios la cambiaron de puesto mientras el personal de la Superintendencia de Costos y Precios (SUNDECOP) sale a la calle para hacerle la tarea al Presidente ¿Maduro? de bajar los precios y salen por televisión mostrando como los comerciantes son los verdaderos culpables de la situación económica.

Las encuestas señalan que la situación en términos generales es mala, en lo económico un verdadero desastre, tienen una papa caliente en las manos, saben lo que tienen que hacer pero todo indica que no se atreven. Miden los tiempos, revisan encuestas, hacen frente a la división interna que les consume más tiempo del necesario y parecería que las cosas cambian para que todo siga igual. Cada anuncio es una frustración para los sectores involucrados porque no cubre las expectativas, sienten que se reúnen y todo sigue igual. En el mejor de los casos, si hay algún cambio que puede ser visto como favorable, perciben que no arranca porque no hay una línea clara dentro del gobierno que la ejecute.
Comienza el mundial, una buena oportunidad para avanzar en los ajustes que hacen falta, la gente se dará cuenta dentro de un mes cuando finalice el torneo y todo vuelva a la normalidad. Este es el momento perfecto para el aumento de la gasolina y los servicios públicos, algo igual o más necesario para la economía que el aumento de los pasajes aéreos aunque la clase media se queje más por esto que por lo primero.

Antes de comenzar las guarimbas el Ministro Ramírez afirmó que tenían el “piso político” para hacer los ajustes necesarios en lo económico, algo que yo compartí plenamente, sin embargo, todavía no lo hacen. La situación se agrava por la inacción del gobierno en la toma de decisiones y mientras más tarden peor será para todos. En términos electorales, el último trimestre del año no sería la mejor fecha para hacer lo que se requiere.


La situación es compleja en todos los sentidos, el gobierno sabe que necesita tomar decisiones pero lo piensa, algo que realmente me sorprende. Aplazar la toma de decisiones significa seguir con la agonía y no hacer nada es el peor escenario porque compromete más la situación económica de la gente. Debemos tener claro que no hay nada como un almuerzo gratis y que mientras más se tarden peor será. El daño ya está hecho: la economía y la popularidad del gobierno en el piso. ¿Será entonces que se atreven en este mes del mundial de futbol a anunciar medidas realmente importantes para la economía o esperarán el “repunte en las encuestas” para hacerlo?  y ¿si ese escenario no llega? La evidencia indica que las medidas duras no se toman antes de las elecciones y para el último trimestre del año ya es tarde, entonces, ¿está el gobierno en una encrucijada o tiene todo bajo control?

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