¿Qué esperar para 2013?

Siendo hoy el último día del año, me gustaría presentar mis apreciaciones sobre lo que creo podría ocurrir en materia económica para el próximo año. Nuestros gobiernos llevan al menos treinta (30) años de pésima gestión económica. Año tras año se plantean escenarios poco alentadores y la verdad es que el país no se ha acabado, muchos intentos de acabarlo si, pero ahí sigue.
Nuestra economía posiblemente sea la de peor desempeño en el mundo occidental durante las últimas tres (3) décadas. La historia reciente de nuestro país es ejemplo en el mundo de todo lo que no se debe hacer en materia económica, ningún gobierno se salva.
Desde mi perspectiva la economía el próximo año presentará ciertas debilidades a pesar de presentar ingresos petroleros estables por el orden de cien (100) dólares el barril. Esto quiere decir que ese nivel de precios es insuficiente para nuestro gobierno, algo paradójico cuando vemos que en años recientes la economía creció a tasas mayores con un nivel de precios menor. La principal debilidad que ha de manifestarse en 2013 será la política cambiaria. Urge un ajuste cambiario y en el gobierno no deciden que hacer, al momento de escribir estas líneas se espera que la devaluación sea anunciada en pocos días, con lo cual no debe extrañar si cuando usted lea estas líneas ya se haya anunciado. Postergar la devaluación es la peor decisión que el gobierno puede tomar pero debemos recordar que existe la posibilidad de una nueva elección presidencial y asumir el ajuste económico pasa por sopesar el impacto de medidas impopulares en una posible campaña electoral.
Es importante entender que cualquier decisión económica que tome el gobierno será mala para su bolsillo. Al devaluar, se generaría más inflación y una suba de impuestos, encarecería los productos. Esto sin contar el impacto en términos de escasez que generaría profundizar la regulación de precios. Un escenario de ajuste económico con regulación de precios sirve de receta para un coctel que no sabemos cómo nos caerá, es decir, sabemos que nos caerá mal pero no sabemos qué tan mal y eso no es muy agradable. Muchos se preguntarán ¿por qué si nos caerá mal el coctel, lo beberemos?, la respuesta es: no hay otro tipo de trago que le puedan ofrecer, es ese o nada y quedarnos como estamos es suicida.
Desde el gobierno harán lo imposible para maquillar las decisiones económicas, intentarán tomar aquellas que aparentemente afecten menos a la población y el punto es precisamente ese: ninguna de las opciones disponibles supone una mejora para el bolsillo de la gente. El primer trimestre del año luce  particularmente complicado, esta época del año siempre lo es, pero de anunciarse las medidas económicas en ese período se sentirán mucho más.
Un país que ha vivido de rumba durante los últimos diez (10) años parecería no estar consciente de lo que en materia económica se debe hacer para que en el mediano plazo las consecuencias no sean peores. El gobierno vivirá el próximo año su primer gran reto económico, quiero decir, su año más difícil. Para ello seguirán recurriendo al fondo chino y cualquier otro tipo de instrumento que permita hacer creer que la fiesta no se acaba todavía, pero eso lo que significa es más deuda para cada uno de los habitantes de este país. El gobierno nos meterá la mano en los bolsillos y no nos daremos cuenta, por la vía que sea pero lo hará. Tendremos una mayor inflación y un menor crecimiento que seguramente se reflejará en una disminución del consumo. La rueda de prensa para presentar los resultados económicos la semana pasada dejó más preguntas que respuestas. No hubo cara de optimismo, por algo será. Espero de todo corazón estar equivocado, sin embargo, los números dicen otra cosa.

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