Para nadie es un secreto que
en la actualidad la situación económica del país es de completa incertidumbre.
Cada quien hace de “manager de tribuna” y genera análisis sobre lo que sería el
nuevo escenario cambiario. La realidad es que la política cambiaria del
gobierno colapso y ellos saben que es así.
Al día de hoy, lo que
reflejan los diferentes precios de la economía es incertidumbre y un cambio de
expectativas desfavorable a lo que se espera para el próximo año. La diferencia
en precios que se observa del mismo producto en diferentes tiendas revela que
algo no anda bien. Los comerciantes que desde siempre sabemos compran mercancía
a un tipo de cambio que no es el oficial, sacan sus cuentas y tienen sus dudas:
vendo hoy?, no vendo hoy y vendo el año que viene que seguramente devaluarán?,
compró mercancía hoy?, compró divisas hoy o el año que viene?.
El punto de la adquisición
de divisas es lo que genera toda la distorsión que se ha observado en el último
mes y medio. Los comerciantes y la gente en general podrá tener la disposición
de adquirir divisas, el problema está en que no se consiguen y al hacerse
escasas su precio sube. Lo que se vive en el país en materia cambiaria es la
consecuencia obligada de una política y un sistema que ya no funciona y es
parte del fracaso en materia económica de este gobierno.
Los casos de
electrodomésticos, línea blanca, tecnología y repuestos son los mejores
ejemplos del fracaso en materia cambiaría del gobierno. La cuenta es sencilla:
de no existir el control cambiario o de al menos haberlo flexibilizado, el tipo
de cambio real se ubicaría bastante por debajo de los niveles que observamos en
días recientes y los productos serán bastante más baratos de lo que son hoy, es
decir, con un tipo de cambio más alto que el oficial y apegado mucho más a la
realidad económica del país, los precios se comportarían de mejor manera.
Quieran o no, los
comerciantes responden a incentivos y en la medida que el control cambiario no
les responda sus demandas tendrán que acudir a un mercado completamente
distorsionado, que de no tomarse las medidas adecuadas, se distorsionará mucho
más. En la medida que se postergue la devaluación y el ajuste, la distorsión
cambiará crecerá y eso se reflejará en los precios.
Con la ausencia del Comandante
y del Ministro de Finanzas, el “Gabinete Económico” no puede hacer
absolutamente nada y todas las decisiones quedan paralizadas. No se espera una
decisión importante en materia cambiaria antes que finalice el año, sin
embargo, la discusión de las posibles soluciones tendría que darse y eso es lo
que posiblemente se frene con la ausencia del Presidente y del Ministro. Todo
indica que las soluciones que están en la mesa no solucionarán el problema de
fondo. Estamos en manos de un gobierno que tiene una papa caliente en las manos
y cree tener la solución al problema y de unos comerciantes que aprovechan la
distorsión generada por el propio gobierno, mientras tanto, la gente
desesperada compra porque cree que el mundo se acabará.
El escenario económico del
próximo año es complicado, no quiere decir esto que es una situación trágica y
el país colapsará, pero si será un año diferente en materia económica y todo
dependerá de las decisiones que tome el gobierno en esa materia. De mano de
ustedes queda convertir las amenazas y debilidades en oportunidades y
fortalezas.
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