Mi artículo de hoy en el diario Notitarde:
Para nadie es un secreto que la corrupción en nuestro país existe desde hace mucho tiempo, sin embargo, hay una percepción generalizada respecto a que en los últimos años esta se ha desbordado. Esto es corroborado por los resultados que obtiene Venezuela en los diferentes índices internacionales que estudian el tema de la corrupción, uno de ellos es el índice de percepción de la corrupción realizado por la organización Transparencia Internacional que viene trabajando el tema desde 1993.
Por otra parte hay un hecho que es importante señalar y que ha pasado por debajo de la mesa: en el año 2003 la AN sancionó la Ley contra la Corrupción, aparece en la gaceta extraordinaria Nº 5637 del 7 de abril de 2003. Como iniciativa es algo extraordinario porque se creó un instrumento legal para regular la denominada “malversación de fondos” (me disculpan los abogados si me equivoco con la frase). Para hacer el cuento corto, lo que hay que destacar es que después de entrar en vigencia la ley, los resultados que muestra el país en materia de corrupción son peores que antes del año 2003.
En el índice de percepción de la corrupción se tiene que la nota más elevada que ha tenido el país desde 1995 es de 2.8 ptos sobre 10 posibles en el año 2001 y ocupó el puesto 69.Luego de entrar en vigencia la ley contra la corrupción el mayor puntaje que se ha obtenido es 2,3/10 en los años 2004 (puesto114), 2005 (puesto 130) y 2006 (puesto 138) respectivamente. En el período 2007-2010 el máximo puntaje ha sido 2 y la mejor ubicación nos deja en el puesto 158.
Como se puede observar los resultados no son para nada alentadores y lo que llama la atención e insisto en ello es que la corrupción se ha agudizado luego de la entrada en vigencia de una ley ideada para atacar el problema. Las implicaciones de ese hecho son muy importantes porque quiere decir que la ley no se cumple y desde el gobierno no se toman acciones para resolver tan delicada situación. El caso de los alimentos de PDVAL y CADIVI son sólo los más emblemáticos de una lista mucho más larga. Los casos de RECADI, los Jeeps de Ciliberto y el Sierra Nevada quedan como simples anécdotas delante de todo lo que ha ocurrido en los últimos 10 años en materia de corrupción en nuestro país. El chinito de Recadi termina siendo un niñito de pecho al lado de la miseria que ha mostrado la cúpula del gobierno, es en estricto sentido un gobierno de ROBAGALLINAS que no dejan como dicen por allí ni pa´los frescos, esa es la triste realidad.
El problema de la corrupción surge porque las normas y la dinámica política generan incentivos para ello, no porque los funcionarios sean “ladrones” y ya. Coloque usted a cualquier persona en un cargo público y verá que la forma de ejercer esos cargos es básicamente la misma y que muy rara vez llega gente que no se apropie de recursos que no le pertenecen. Lo grave del asunto es que la crítica a ese tipo de práctica muchas veces no viene por las implicaciones que generan desde el punto de vista político, económico y social, sino porque no se tiene la posibilidad de estar en esas instancias para poder colocarse en una mejor situación. Seguramente si usted tiene un amigo en un alto cargo y además se está llenando de dinero, lo crítica no porque esté haciendo cosas indebidas sino porque no lo ha llamado a usted para que también se llene. En nuestro país el poder se ejerce para saquear las arcas del Estado, total, el petróleo de para eso y muchas más. Mientras eso sea así, será muy difícil resolver el problema.