Mi artículo de hoy en el diario Notitarde.El tema da para mucho más, sin embargo a falta de la promulgación definitva de la ley este breve análisis puede dar luces de lo que podría venir.
Con mucha preocupación intentó analizar la Ley para la regularización y control de los arrendamientos de viviendas que fue aprobada en primera discusión y se espera la segunda discusión para el día de mañana. Lamentablemente, no tengo la última versión del proyecto de ley, sin embargo, con la información disponible en medios oficiales y no oficiales se puede hacer un breve análisis sin caer en especulación e irresponsabilidad.
De la información disponible se desprende que los alquileres serán regulados y en teoría esto beneficiaría a los inquilinos. La regulación definitiva no está clara, es decir, se conoce la intención pero no se le ha dado el ejecútese. Los abogados especializados en el tema inmobiliario llevan meses discutiendo la fórmula que se ha creado para establecer el precio de los alquileres. Hace algún tiempo lo escribí, regular los alquileres no traerá nada bueno, principalmente porque no generaría confianza en los propietarios, ¿qué incentivo tienen para arrendar? Con la idea de beneficiar a los inquilinos, terminarán perjudicándolos porque si la oferta de alquileres se contrae ¿qué hará la gente sin vivienda propia?
Ante esta situación surge una pregunta ¿cómo espera el gobierno “controlar” la merma en el mercado de alquiler?, si creen que con leyes y decretos forzarán a los propietarios a alquilar, están equivocados, ante está realidad preferirían vender o sencillamente no alquilar, con todo el riesgo que eso supone. Este escenario tampoco es del todo positivo porque muy probablemente los dueños de inmuebles salgan a vender a precios de gallina flaca y quien crea que eso beneficiará a la gente que no tiene vivienda se equivoca, ¿por qué?, allí es cuando vendrá la gente que tiene poder económico (el gobierno por ejemplo) y comprará sin ningún pudor porque sin ninguna duda será un buen negocio: “allí vemos que hacemos con eso”. De beneficiar a los inquilinos puedes terminar generando un poder de monopolio brutal en el mercado de viviendas en alquiler.
Esto último puede parecer contradictorio porque mucha gente pensará que la ley no permitirá que eso ocurra, pues, lamento informarles que poco importa que la nueva normativa legal intenta frenar el “poder monopólico de unos pocos”, sencillamente no lo logrará porque detrás no hay un diagnóstico correcto del problema de vivienda en el país, como de costumbre, tratan de resolver un problema sin entenderlo. Un caso más para los innumerables ejemplos que los gobiernos de este país dan para explicar la ley de las consecuencias no intencionales.
Más allá de las especificaciones que pueda tener cada artículo, lo importante a discutir con esta nueva norma es lo que se pretende hacer con el mercado de alquiler en Venezuela. La señales que se envían no serán bien recibidas por nadie, generarán expectativas poco favorables, no porque sea una iniciativa del gobierno, sino porque lo que se desprende de las informaciones sobre el tema es poco alentador.
El dilema que se le presenta al propietario es: me quedo con el inmueble pero no lo alquilo (dejarlo vacío) y espero que pase la tormenta (si es que pasa, lo que constituye otro dilema) ó vendo a precio de gallina flaca. Cualquier que sea la decisión, no es buena porque en condiciones normales, un propietario podría alquilar o vender cuando mejor le parezca no porque las condiciones lo obligan.
Otro escenario posible es el de las negaciones particulares o “bajo cuerda”, está opción establecería un mercado de venta y alquiler de viviendas al margen de la ley, haciendo más riesgosa la actividad en el sector. Un punto fundamental para que esta opción se establezca es la confianza, sin eso, difícilmente se podría llegar a este tipo de acuerdos. Es esta opción sana para la economía, POR SUPUESTO QUE NO pero el entorno genera los incentivos para que algo como eso suceda. Ahora viene la pregunta de las cuarenta mil lochas ¿que pensarán/harán los diputados y militantes chavistas que invirtieron en inmuebles durante los últimos diez años?
De la información disponible se desprende que los alquileres serán regulados y en teoría esto beneficiaría a los inquilinos. La regulación definitiva no está clara, es decir, se conoce la intención pero no se le ha dado el ejecútese. Los abogados especializados en el tema inmobiliario llevan meses discutiendo la fórmula que se ha creado para establecer el precio de los alquileres. Hace algún tiempo lo escribí, regular los alquileres no traerá nada bueno, principalmente porque no generaría confianza en los propietarios, ¿qué incentivo tienen para arrendar? Con la idea de beneficiar a los inquilinos, terminarán perjudicándolos porque si la oferta de alquileres se contrae ¿qué hará la gente sin vivienda propia?
Ante esta situación surge una pregunta ¿cómo espera el gobierno “controlar” la merma en el mercado de alquiler?, si creen que con leyes y decretos forzarán a los propietarios a alquilar, están equivocados, ante está realidad preferirían vender o sencillamente no alquilar, con todo el riesgo que eso supone. Este escenario tampoco es del todo positivo porque muy probablemente los dueños de inmuebles salgan a vender a precios de gallina flaca y quien crea que eso beneficiará a la gente que no tiene vivienda se equivoca, ¿por qué?, allí es cuando vendrá la gente que tiene poder económico (el gobierno por ejemplo) y comprará sin ningún pudor porque sin ninguna duda será un buen negocio: “allí vemos que hacemos con eso”. De beneficiar a los inquilinos puedes terminar generando un poder de monopolio brutal en el mercado de viviendas en alquiler.
Esto último puede parecer contradictorio porque mucha gente pensará que la ley no permitirá que eso ocurra, pues, lamento informarles que poco importa que la nueva normativa legal intenta frenar el “poder monopólico de unos pocos”, sencillamente no lo logrará porque detrás no hay un diagnóstico correcto del problema de vivienda en el país, como de costumbre, tratan de resolver un problema sin entenderlo. Un caso más para los innumerables ejemplos que los gobiernos de este país dan para explicar la ley de las consecuencias no intencionales.
Más allá de las especificaciones que pueda tener cada artículo, lo importante a discutir con esta nueva norma es lo que se pretende hacer con el mercado de alquiler en Venezuela. La señales que se envían no serán bien recibidas por nadie, generarán expectativas poco favorables, no porque sea una iniciativa del gobierno, sino porque lo que se desprende de las informaciones sobre el tema es poco alentador.
El dilema que se le presenta al propietario es: me quedo con el inmueble pero no lo alquilo (dejarlo vacío) y espero que pase la tormenta (si es que pasa, lo que constituye otro dilema) ó vendo a precio de gallina flaca. Cualquier que sea la decisión, no es buena porque en condiciones normales, un propietario podría alquilar o vender cuando mejor le parezca no porque las condiciones lo obligan.
Otro escenario posible es el de las negaciones particulares o “bajo cuerda”, está opción establecería un mercado de venta y alquiler de viviendas al margen de la ley, haciendo más riesgosa la actividad en el sector. Un punto fundamental para que esta opción se establezca es la confianza, sin eso, difícilmente se podría llegar a este tipo de acuerdos. Es esta opción sana para la economía, POR SUPUESTO QUE NO pero el entorno genera los incentivos para que algo como eso suceda. Ahora viene la pregunta de las cuarenta mil lochas ¿que pensarán/harán los diputados y militantes chavistas que invirtieron en inmuebles durante los últimos diez años?
1 comentarios:
buena entrada! yo estoy parando en un alquiler temporario en Recoleta y la verdad que cada vez esta mas complicado comprar.
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