El triunfo
de Pastor Maldonado en el Gran Premio de España de F1 generó reacciones
encontradas, por un lado, mucha gente feliz porque logró lo que ningún
venezolano hasta el momento había hecho y por otro, bastante gente se quejó del
logro del piloto, argumentado el patrocinio de PDVSA. En general estas fueron
las reacciones. La desproporción llegó en un artículo escrito por el “dirigente político” Yon Goicoechea quien
utilizó el término “imbecilidad colectiva” para
criticar a todos aquellos que celebraron el triunfo de Pastor Maldonado. Prefiero
el mensaje de Ignacio De León por twitter “Niños
sin libros, autopistas con cráteres, policías sin sueldo, viejos sin pensión.
Pero ganamos Formula 1! Podemos dormir tranquilos”, eso me parece un poco
más inteligente que lo de Goicoechea, que hace una crítica válida pero fácil de
desmontar, el problema con el Yon es el lenguaje que utiliza. En el fondo, le
dice imbéciles a los pobres de toda Venezuela que amanecieron felices, léase
bien: FELICES porque un venezolano ganó la F1 y también agarra su regaño
Henrique Capriles por felicitar al piloto.
El argumento de Goicochea es fácil de desmontar porque se
basa en el monto del patrocinio. Es importante destacar que muchísima gente en
el país está de acuerdo con su argumento: “Nadie
recuerda tampoco que Pdvsa es una empresa pública, cuyo estado financiero es
crítico y cuyo endeudamiento anual es alarmante. Se olvida fácilmente que esa
empresa es, además, propiedad de un país pobre y de un pueblo más pobre aún”
ó “Irónico que con ese dinero puedan edificarse cerca de 100 escuelas,
financiarse experimentos científicos de alto nivel, investigaciones
universitarias o miles de canchas públicas en barrios populares.”
El argumento del costo de
oportunidad del patrocinio de PDVSA a Maldonado es inconsistente porque si
critican que la estatal petrolera utilice ese dinero (que es mucha plata) para
la F1, deberían también criticar el monto anual del subsidio a la gasolina, que
de acuerdo a Oliveros y Sifontes (2012) en un estudio realizado para la revista
SIC se calculó para el año 2011 en 12 580 MM$, algo así como 4% del PIB. Si no
les convence ese número, también pueden revisar las cifras de Ecoanalítica y un
artículo escrito por Asdrúbal Oliveros el año pasado en el que calcula el monto
del subsidio con resultados diferentes a nuestro cálculo pero demuestra lo
desproporcionado del subsidio. Igualmente, Henkel García, escribió esta breve
nota sobre el precio de la gasolina en el mundo y confirma que el precio de la
gasolina en Venezuela es el más bajo del mundo, lo cual, permite pensar que las
conclusiones de los estudios anteriormente mencionados sean lógicas.
Dado este escenario toca analizar
entonces si la crítica por el “bendito” patrocinio es sólida. Mi respuesta es
que NO y con eso no quiero decir que esté a favor del patrocinio de Maldonado,
lo que quiero decir es que si se quejan por lo que PDVSA gasta en Maldonado, también tendrían que
quejarse por el subsidio a la gasolina porque queda claro que el costo de
oportunidad del subsidio a la gasolina es mayor que patrocinar la F1, a pesar
de esto, la gente no se queja. Si de “montos” se trata, yo esperaría que
hicieran marchas para pedir aumentos en el precio de la gasolina y todo lo que
eso conlleva a nivel de infraestructura vial.
No creo que la gente tenga
que saber de teoría del prospecto/perspectiva de Kahneman y Tversky para
entender que la consistencia en condiciones es importante. ¿Será que en general,
el opositor promedio ve el patrocinio de PDVSA a Maldonado como una pérdida y
por eso critica y se queja, mientras que el subsidio a la gasolina lo ve como
una ganancia y por eso se queda en su casa y no sale a marchar?
En realidad, mi hipótesis es
otra y me preocupa bastante, (tanto que decidí escribir estas líneas): el
opositor promedio critica el patrocinio porque Maldonado es “Chavista”. El tema
no es que sea “Chavista” porque adule al Comandante, porque de ser así y el
contrato de patrocinio exigirlo, no hay nada que criticar, Maldonado está haciendo
su trabajo. Creo que la crítica viene más por el lado de llevarle la contraria
al gobierno porque sí, porque el patrocinio es del gobierno y porque en definitiva
ser Chavista es un pecado, en caso de Maldonado serlo.
Vivimos pues en una especie
de “hipocresía colectiva”, no “imbecilidad” que hace imposible ver más allá de
nuestros ojos. Insisto, la crítica al patrocinio es válida, pero creo que
insuficiente porque si de números se trata, seamos honestos, hay cosas peores
para criticar: CADIVI, negocios en los Ministerios, contratos con los chinos
etc,etc, etc. En realidad Maldonado y su posición política me importan poco y
no escribo esto para justificarlo, lo hago porque siento que el Opositor
promedio, muchas veces pierde tiempo en cosas que no tienen sentido y vive para
llevarle la contraria al gobierno. La clase media del país critica al gobierno
y a Maldonado, pero no critica la gasolina barata, critica al gobierno pero no
se queja de los dólares subsidiados y anda pendiente de cuanto bono salga para “protegerse”
porque ese es un derecho: “esos dólares son de uno” dicen para justificarse. En
fin, que tenemos un ciudadano promedio que se queja de los subsidios cuando son
para los necesitados pero cuando son para ellos, no dice nada. Así estamos,
aprovechando los incentivos perversos de las malas políticas de un gobierno
nefasto y evitando entender que el chavismo es una realidad política de este
país, la negación como forma de vida.
1 comentarios:
Me parece muy interesante tu artículo. Yo no lo había analizado desde esa óptica sino mas bien desde lo que es el patrocinio deportivo en si.
Si PDVSA patrocina a Maldonado lo debe hacer para obtener algún tipo de rédito, es decir, que este patrocinio tan costoso debería servir para impulsar a la compañía en el mundo y ayudarla a brir nuevos mercados, vender nuevos productos, obtener nuevos contratos de prospección etc.
La inversión en patrocino de atletas, eventos o instituciones deportivas ha demostrado ser una actividad tremendamente rentable para los patrocinantes, porque llegan a un público bastante amplio, que relaciona el deporte con valores positivos y que está abierto a trasladar su fidelidad al equipo a una marca.
No obstante, creo que PDVSA no ha patrocinado a Pastor bajo esa premisa, sino mas bien para obtener réditos políticos no para PDVSA, sino para el partido que gobierna, lo que si me parece terriblemente negativo.
Así es como yo veo esto. Saludos
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