Mi artículo de hoy en el diario Notitarde.En realidad no sé si la idea de los topes salariales en el sector privado llegue a discutirse. Primero deben salir del escollo que supone la Ley de Emolumentos, que sería la versión de los topes salariales en el sector público, sin embargo, creí conveniente tocar el tema:
Desde hace pocos días deambula por allí una propuesta para regular los salarios del sector privado, la idea sería fijar topes salariales al sector privado. Todavía no se ha discutido, no se sabe nada de la propuesta y el diputado del Psuv Ricardo Sanguino y presidente de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional no la conoce del todo; sin embargo, afirmó a diferentes medios de comunicación que "suena muy interesante". El tope salarial surgiría como una nueva forma de combatir la inflación. Al respecto se debe señalar que el diputado Sanguino no está al tanto del proyecto y por su parte el diputado también del Psuv Jesús Farías, al preguntársele si la aplicación de la medida podría funcionar para bajar los altos niveles de inflación que tiene el país, respondió: NO.
Como observan, es sólo una idea que se impulsa desde ciertos sectores del gobierno y que no todos los diputados afectos al gobierno conocen. A pesar de ser sólo una propuesta, es importante tocar el tema y sus posibles implicaciones. En este sentido, es bueno mencionar que la literatura en términos de topes salariales generalmente tiene que ver con el sector público y no el privado; en nuestro caso, está la Ley de Emolumentos, la cual ha generado molestias en sectores de gobierno porque no están de acuerdo con pasar a tener un salario menor; por eso, no se sabe si la devuelven o la aplican.
Por otra parte, cuando se habla de topes salariales en el sector "productivo" del país, se está afirmando que la causa de la inflación es el sector privado y si se controlan esos salarios, el problema se puede solucionar; ante esto es inminente afirmar que eso es FALSO. Por una parte, el sector privado se ha venido a menos, la inversión ha caído dramáticamente como pocas veces en nuestro país y las amenazas de expropiación están latentes, es decir, con un cuadro como ése difícilmente los empresarios privados sean los culpables de la alta inflación que padecemos los venezolanos. Adicionalmente, cifras de la firma Econométrica dejan ver una disminución sostenida de los salarios reales de aproximadamente 25% desde enero de 1999 hasta noviembre de 2010. Creo que éstas son razones suficientes para tener claro que el sector privado no es el causante de la inflación.
Por un momento imagínese que esa idea prospera y la aplican, eso quiere decir que si usted es gerente de una empresa privada le podrían aplicar un tabulador y tendrá un máximo a devengar. Posiblemente en la empresa privada existan los tabuladores, pero seguramente son fijados con criterios muy diferentes a los que el gobierno podría utilizar. La puesta en marcha de una medida como ésta debería pasar al menos por la conformación de una comisión que involucre tanto al gobierno como al sector privado; la pregunta es: ¿estaría el Ejecutivo Nacional dispuesto a sentarse con los empresarios para discutir ese tema? Más allá de eso, ¿por qué tendría el gobierno que fijar el salario de los privados? Como mencionó el profesor de la UCV José Guerra: "Lo que hay que poner es un piso a los del Estado para que no caigan más".
De fijar los topes, pregunto: ¿cuánto ganaría el presidente de una transnacional que tenga filial en Venezuela? ¿Cómo fijarían su salario? ¿Cuál sería el salario de un gerente general o de un gerente de planta de las pocas empresas venezolanas grandes que quedan? Otra adicional, ¿estaríamos ante una homologación de salarios en el sector privado?, así como hacen en las universidades. Permítanme comentarles que una de las cosas que más han deteriorado a la universidad venezolana es lo que denominan por allí: normas de homologación. Este mecanismo es perverso porque privilegia la longevidad de los trabajadores dentro de la institución y no la productividad académica de los profesores e investigadores de nuestras universidades. Si quieren terminar de destruir a las empresas privadas fijen los topes salariales, lo lograrán sin problemas.
Como observan, es sólo una idea que se impulsa desde ciertos sectores del gobierno y que no todos los diputados afectos al gobierno conocen. A pesar de ser sólo una propuesta, es importante tocar el tema y sus posibles implicaciones. En este sentido, es bueno mencionar que la literatura en términos de topes salariales generalmente tiene que ver con el sector público y no el privado; en nuestro caso, está la Ley de Emolumentos, la cual ha generado molestias en sectores de gobierno porque no están de acuerdo con pasar a tener un salario menor; por eso, no se sabe si la devuelven o la aplican.
Por otra parte, cuando se habla de topes salariales en el sector "productivo" del país, se está afirmando que la causa de la inflación es el sector privado y si se controlan esos salarios, el problema se puede solucionar; ante esto es inminente afirmar que eso es FALSO. Por una parte, el sector privado se ha venido a menos, la inversión ha caído dramáticamente como pocas veces en nuestro país y las amenazas de expropiación están latentes, es decir, con un cuadro como ése difícilmente los empresarios privados sean los culpables de la alta inflación que padecemos los venezolanos. Adicionalmente, cifras de la firma Econométrica dejan ver una disminución sostenida de los salarios reales de aproximadamente 25% desde enero de 1999 hasta noviembre de 2010. Creo que éstas son razones suficientes para tener claro que el sector privado no es el causante de la inflación.
Por un momento imagínese que esa idea prospera y la aplican, eso quiere decir que si usted es gerente de una empresa privada le podrían aplicar un tabulador y tendrá un máximo a devengar. Posiblemente en la empresa privada existan los tabuladores, pero seguramente son fijados con criterios muy diferentes a los que el gobierno podría utilizar. La puesta en marcha de una medida como ésta debería pasar al menos por la conformación de una comisión que involucre tanto al gobierno como al sector privado; la pregunta es: ¿estaría el Ejecutivo Nacional dispuesto a sentarse con los empresarios para discutir ese tema? Más allá de eso, ¿por qué tendría el gobierno que fijar el salario de los privados? Como mencionó el profesor de la UCV José Guerra: "Lo que hay que poner es un piso a los del Estado para que no caigan más".
De fijar los topes, pregunto: ¿cuánto ganaría el presidente de una transnacional que tenga filial en Venezuela? ¿Cómo fijarían su salario? ¿Cuál sería el salario de un gerente general o de un gerente de planta de las pocas empresas venezolanas grandes que quedan? Otra adicional, ¿estaríamos ante una homologación de salarios en el sector privado?, así como hacen en las universidades. Permítanme comentarles que una de las cosas que más han deteriorado a la universidad venezolana es lo que denominan por allí: normas de homologación. Este mecanismo es perverso porque privilegia la longevidad de los trabajadores dentro de la institución y no la productividad académica de los profesores e investigadores de nuestras universidades. Si quieren terminar de destruir a las empresas privadas fijen los topes salariales, lo lograrán sin problemas.
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