Luego de un largo mes sin conexión regreso a este espacio. A continuación mi artículo publicado hoy en el diario Notitarde:
Como ya es sabido por todos desde el Poder Ejecutivo se decidió no incrementar el impuesto al valor agregado (IVA) y dejar intacta “por ahora” la estructura tributaria del país, esto quiere decir, no incrementar ningún impuesto ni aprobar la creación de algún otro. Desde todo punto de vista eso es una buena noticia porque cambia un poco el panorama económico que se tenía para el primer trimestre del año.
Lo más importante es analizar la razón por la cual se tomó dicha decisión y a su vez eso permitiría explicar por qué el aumento del IVA no se ejecutó en la magnitud que yo estimaba. Recuerden que los economistas pasamos la mitad del año diciendo que ocurrirá y la otra mitad explicando por qué no pasó lo que dijimos iba a pasar.
De acuerdo a lo dicho por el Comandante-Presidente en su intervención de la semana pasada, la justificación técnica de no aumentar los impuestos es el precio del barril de petróleo. En la actualidad son favorables y se estima-desde el gobierno- que aumenten un poco más, haciendo innecesaria la medida anunciada durante el mes de diciembre. Esto quiere decir que los ingresos por recaudar vía impuesto al valor agregado (IVA) los obtendrá ahora con los ingresos petroleros, siempre y cuando estos se mantengan en los niveles que presenta la cesta venezolana en la actualidad (pobre PDVSA)
Ante el eterno salvavidas que significa el ingreso petrolero la decisión es adecuada en el corto plazo, no hay que hacer mucho análisis para entender lo ocurrido. Sin embargo, hay que tomar en consideración los siguientes aspectos: en la actualidad para la economía venezolana, los elevados precios del petróleo no garantizan crecimiento económico, el recién finalizado año es un ejemplo de ello. Por otra parte, esta el punto de la dependencia existente en nuestro país de los ingresos petroleros: como de costumbre se está corriendo la arruga, vale decir, postergando el ajuste. Hasta hace un mes desde el Ejecutivo afirmaban que necesitaban fuentes de ingreso y por eso se aumentaría el IVA, ahora no lo harán porque el petróleo está aumentando. Allí va la pregunta de las cuarenta mil lochas ¿qué pasa si el precio del petróleo disminuye?
Lo que se evidencia con esta decisión es lo dependiente que somos del petróleo y si además políticamente es acertada, se hace caída y mesa limpia, todo redondito. No quiere decir esto que se está defendiendo un aumento del IVA en plena recesión, NO. Lo que deseo expresar es que, si bien es cierto, la decisión tomada por el gobierno es adecuada (no aumentar los impuestos), en el mediano-largo plazo se tendrá que hacer un ajuste similar porque los precios del petróleo no garantizan absolutamente nada en este momento: ni tranquilidad ni crecimiento económico. Tropezamos con la misma piedra y allí seguimos.
Otro punto a considerar es el costo político y social de aumentar el IVA. El año pasado cerró con una inflación mayor a la de 2009, además deciden devaluar y por último estaban dispuestos a aumentar los impuestos, ustedes me dirán que podría salir de allí. Lo ocurrido en Bolivia con el “gasolinazo” explica muy bien políticamente la “rectificación” tomada. Si lo políticos entienden algo de economía es que no existen los almuerzos gratis.
Una verdadera rectificación en materia económica pasa por cambiar el modelo económico, dejar de atacar al sector privado y hacer intentos por diversificar la economía nacional: hacerla menos dependiente del petróleo. Hay que insistir con esto: no aumentar los impuestos fue una buena noticia para todo el país, sin embargo, la razón técnica por la cual lo hacen no es garantía de nada. Las cartas están echadas, el Comandante-Presidente apostará a que los precios del petróleo se mantengan altos y estables en los próximos dos años pero no se puede descartar la incorporación de nuevos impuestos ni una nueva modificación del tipo de cambio vía Sitme durante el año que recién comienza. El problema no se resuelve corriendo la arruga, se debe cambiar el modelo.
Lo más importante es analizar la razón por la cual se tomó dicha decisión y a su vez eso permitiría explicar por qué el aumento del IVA no se ejecutó en la magnitud que yo estimaba. Recuerden que los economistas pasamos la mitad del año diciendo que ocurrirá y la otra mitad explicando por qué no pasó lo que dijimos iba a pasar.
De acuerdo a lo dicho por el Comandante-Presidente en su intervención de la semana pasada, la justificación técnica de no aumentar los impuestos es el precio del barril de petróleo. En la actualidad son favorables y se estima-desde el gobierno- que aumenten un poco más, haciendo innecesaria la medida anunciada durante el mes de diciembre. Esto quiere decir que los ingresos por recaudar vía impuesto al valor agregado (IVA) los obtendrá ahora con los ingresos petroleros, siempre y cuando estos se mantengan en los niveles que presenta la cesta venezolana en la actualidad (pobre PDVSA)
Ante el eterno salvavidas que significa el ingreso petrolero la decisión es adecuada en el corto plazo, no hay que hacer mucho análisis para entender lo ocurrido. Sin embargo, hay que tomar en consideración los siguientes aspectos: en la actualidad para la economía venezolana, los elevados precios del petróleo no garantizan crecimiento económico, el recién finalizado año es un ejemplo de ello. Por otra parte, esta el punto de la dependencia existente en nuestro país de los ingresos petroleros: como de costumbre se está corriendo la arruga, vale decir, postergando el ajuste. Hasta hace un mes desde el Ejecutivo afirmaban que necesitaban fuentes de ingreso y por eso se aumentaría el IVA, ahora no lo harán porque el petróleo está aumentando. Allí va la pregunta de las cuarenta mil lochas ¿qué pasa si el precio del petróleo disminuye?
Lo que se evidencia con esta decisión es lo dependiente que somos del petróleo y si además políticamente es acertada, se hace caída y mesa limpia, todo redondito. No quiere decir esto que se está defendiendo un aumento del IVA en plena recesión, NO. Lo que deseo expresar es que, si bien es cierto, la decisión tomada por el gobierno es adecuada (no aumentar los impuestos), en el mediano-largo plazo se tendrá que hacer un ajuste similar porque los precios del petróleo no garantizan absolutamente nada en este momento: ni tranquilidad ni crecimiento económico. Tropezamos con la misma piedra y allí seguimos.
Otro punto a considerar es el costo político y social de aumentar el IVA. El año pasado cerró con una inflación mayor a la de 2009, además deciden devaluar y por último estaban dispuestos a aumentar los impuestos, ustedes me dirán que podría salir de allí. Lo ocurrido en Bolivia con el “gasolinazo” explica muy bien políticamente la “rectificación” tomada. Si lo políticos entienden algo de economía es que no existen los almuerzos gratis.
Una verdadera rectificación en materia económica pasa por cambiar el modelo económico, dejar de atacar al sector privado y hacer intentos por diversificar la economía nacional: hacerla menos dependiente del petróleo. Hay que insistir con esto: no aumentar los impuestos fue una buena noticia para todo el país, sin embargo, la razón técnica por la cual lo hacen no es garantía de nada. Las cartas están echadas, el Comandante-Presidente apostará a que los precios del petróleo se mantengan altos y estables en los próximos dos años pero no se puede descartar la incorporación de nuevos impuestos ni una nueva modificación del tipo de cambio vía Sitme durante el año que recién comienza. El problema no se resuelve corriendo la arruga, se debe cambiar el modelo.
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