Posiblemente una de las ideas más relevantes desde el punto de vista económica en nuestro país sea la creación y puesta en marcha de un Fondo de Estabilización Macroeconómica que ya en 1999 fue incorporado en la Constitución pero que por cosas de este gobierno fue desactivado y dejado a un lado en plena bonanza petrolero. Se creó así una estructura parafiscal con cualquier tipo de fondos y nombres patrióticos que al día de hoy deja mucho que desear, principalmente por la falta de transparencia con la que se manejan.
La idea básica del Fondo de Estabilización Macroeconómico sería tener una especie de “pote” en el cual se depositen los ahorros provenientes de los ingresos petroleros establecidos anualmente en el presupuesto nacional. Si, por ejemplo, en el presupuesto de un año se estima que el petróleo promedie 70$ por barril y en algún momento de ese año alcanza los 120 $, ese diferencial iría al fondo de estabilización, que entre otras cosas, permitiría afrontar de mejor manera eventuales crisis de la economía global que nos afectan de manera directa. Un fondo de estabilización surge en principio como un mecanismo de ahorro para la nación.
La principal dificultad que a mi juicio presenta una idea como esta es el diseño del mismo. En general las reglas a seguir para su implementación tendrían que ser sencillas para que su uso o activación no se convierta en un verdadero problema. Del diseño dependerían los incentivos que se generarían para los gobiernos de turno, pues, debemos entender que en dicho fondo estaría la mayoría de los ingresos de la nación y eso sería el lomito de los ingresos petroleros.
La experiencia reciente nos dice que en nuestro país, los gobiernos subestiman los precios del petróleo (el ingreso petrolero) para poderlos manejar discrecionalmente, entiéndase, de manera clientelar, es así como en la actualidad existen varios presupuestos y muchas veces ni se sabe el monto de cada uno de ellos. Los ingresos son tales que el gobierno se ha dado el lujo de ser poco transparente con la arquitectura parafiscal que ha creado.
Con reglas claras y transparentes, un fondo de estabilización ayudaría mucho en una economía como la nuestra. La pregunta que surge es si en efecto, un nuevo gobierno estaría dispuesto a entrar por el aro de la disciplina fiscal y respetar las normas que un fondo de estabilización macroeconómica establecería .Esto último es vital, sin el compromiso de respetar las reglas, es poco lo que se puede lograr con una herramienta de ese tipo.
Económicamente nuestro país vive una situación difícil, podría ser peor; sin embargo, allí va como un enfermo que se recupera una semana y desmejora tres, lo que coloquialmente llaman:”uno pa´lante tres pa´tras”. La entrada en vigencia de un fondo de estabilización mejoraría las perspectivas de mediano-largo plazo de nuestra economía y permitiría ordenar las cuentas fiscales, deterioradas en tiempos de revolución como nunca antes en la historia democrática de nuestro país. Esta idea no es para nada novedosa, solo que se ha planteado en otros países con resultados óptimos y eso es lo que se espera: tener un gobierno responsable en materia económica, ¿de qué sirve tener ciertos aciertos en material social, si económicamente no hay orden? , desde el gobierno parecen no entender que el buen resultado de los programas sociales depende de los criterios con los que se maneje la economía. Si estos criterios son errados, no hay intención que valga por más social, justa y bondadosa que sea.
Lamentablemente los políticos en nuestro país creen que somos un país rico porque tenemos petróleo y muy pocos entienden que eso depende no del petróleo que tengamos, sino, de cómo se maneje la economía, de los criterios utilizados para disminuir la inflación, generar inversión, empleo y en definitiva mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Mientras los criterios sigan siendo del siglo XIX nunca podremos entrar al siglo XXI.
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