Hoy más que nunca la sociedad Venezolana vive una encrucijada, debido principalmente por lo que algunos han querido denominar: socialismo bolivariano o socialismo venezolano. La duda para unos y el miedo para otros surge porque a estas alturas no tenemos claro que quiere decir el actual gobierno con cualquier de las variantes que utiliza para describir el nuevo sistema social y de producción nacional. Usted le pregunta a cualquier vocero del Ejecutivo y le dará la vuelta, nunca le contestará: “eso es más comida y salud para la gente” ó “es un modelo basado en un programa de nacionalizaciones que permitiría…..”. No espere una respuesta concreta porque no la tendrá.
Saber de que va el socialismo venezolano es importante porque eso nos permitiría entender un poco mejor de primera mano, qué se pretende hacer con la economía de nuestro país. Por otro lado, cuando tengamos claro que quieren hacer, sabremos entonces que herramientas utilizar para lograr el objetivo que se persigue. Si la idea es darle más comida a la gente ó hacer una sociedad cada vez mas “justa”, tendrían que buscar la mejor manera para lograr esa meta, porque como dicen por allí “todos los caminos conducen a Roma”.
Todavía hoy no sabemos si nuestro socialismo se parecerá al francés, al chileno, al español, al cubano o al de Corea del Norte. Los primeros son muy neoliberales para los gustos del ejecutivo, los últimos posiblemente se estén estudiando y revisando para ver que se puede tomar de ellos y así mejorar sus “experiencias positivas”.
Por lo visto hasta ahora, podemos afirmar que “por ahora” somos ratones de laboratorio sujetos a un experimento, que muchos justifican por la “barbarie” del pasado reciente de nuestro país. Lamentablemente en Venezuela mucha gente piensa que hemos un sistema capitalista de producción y no se enteran que el sector público en nuestro país ha estado siempre presente, mucho más de lo que se pueda pensar. En el discurso actual se confunde capitalismo con neomercantilismo. Eso es lo que realmente ha ocurrido en la historia política y económica de nuestro país. Es mentira que el mercado ha actuado libre y salvajemente en la economía venezolana, siempre han existido grupos de presión capturadores de rentas y eso es falta de instituciones no capitalismo.
La novela ha cambiado de protagonistas, solo eso. La revolución se “oligarquiza” a costa de un Estado muy poderoso que todo lo puede y beneficia a grupos de presión afectos a sus ideas, mientras tanto, las desigualdades crecen y eso no se parece en nada al socialismo. Como todo experimento: los costos son muy altos y no sabemos si los resultados serán los adecuados.
Saber de que va el socialismo venezolano es importante porque eso nos permitiría entender un poco mejor de primera mano, qué se pretende hacer con la economía de nuestro país. Por otro lado, cuando tengamos claro que quieren hacer, sabremos entonces que herramientas utilizar para lograr el objetivo que se persigue. Si la idea es darle más comida a la gente ó hacer una sociedad cada vez mas “justa”, tendrían que buscar la mejor manera para lograr esa meta, porque como dicen por allí “todos los caminos conducen a Roma”.
Todavía hoy no sabemos si nuestro socialismo se parecerá al francés, al chileno, al español, al cubano o al de Corea del Norte. Los primeros son muy neoliberales para los gustos del ejecutivo, los últimos posiblemente se estén estudiando y revisando para ver que se puede tomar de ellos y así mejorar sus “experiencias positivas”.
Por lo visto hasta ahora, podemos afirmar que “por ahora” somos ratones de laboratorio sujetos a un experimento, que muchos justifican por la “barbarie” del pasado reciente de nuestro país. Lamentablemente en Venezuela mucha gente piensa que hemos un sistema capitalista de producción y no se enteran que el sector público en nuestro país ha estado siempre presente, mucho más de lo que se pueda pensar. En el discurso actual se confunde capitalismo con neomercantilismo. Eso es lo que realmente ha ocurrido en la historia política y económica de nuestro país. Es mentira que el mercado ha actuado libre y salvajemente en la economía venezolana, siempre han existido grupos de presión capturadores de rentas y eso es falta de instituciones no capitalismo.
La novela ha cambiado de protagonistas, solo eso. La revolución se “oligarquiza” a costa de un Estado muy poderoso que todo lo puede y beneficia a grupos de presión afectos a sus ideas, mientras tanto, las desigualdades crecen y eso no se parece en nada al socialismo. Como todo experimento: los costos son muy altos y no sabemos si los resultados serán los adecuados.
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