Mi artículo de hoy en el diario Notitarde. Intento hacer una reflexión de lo que somos como país despúes de 200 años,principalmente desde la aparición del petróleo.La semana pasada se cumpliero 75 años de la publiación del artículo de Arturo Uslar Pietri :"Sembrar el petróleo" y ni siquera eso se ha podido hacer, lo que refleja un rezago de gran magnitud. Todo indica que hay mucho petróleo pero pocas ideas....
Desde hace 200 años Venezuela es un país independiente, con reglas propias y autonomía para decidir, sin embargo, fue hace poco menos de 100 años que dejo de ser un país rural, sin ir muy lejos, en la actualidad no lo es pero está sumergido en el más profundo atraso económico, político y social.
En el tema económico, el caso venezolano es bastante particular. Fue una economía pujante luego del descubrimiento del petróleo y de las que más creció en el mundo hasta mediados de la década de los 70, pero por otra parte, de las que peor desenvolvimiento presenta en los últimos 30 años. Esto hace que la economía venezolana sea de mucho interés para académicos de otras latitudes que intentan explicar el crecimiento económico y el desarrollo económico en general. La pregunta de las cuarenta mil lochas es ¿cómo un país que lo tiene todo puede tener un desempeño económico tan pobre?
La respuesta sin entrar en mucho detalle es: el exceso de confianza que la clase política venezolana ha tenido en el petróleo. Esto no significa que el preciado "oro negro" sea el causante de todos nuestros males, quiere decir que la miopía de los políticos venezolanos ha impedido que estemos en una mejor posición como nación. Esto lleva la discusión al tema de la preparación de la clase política venezolana, de nuevo, sin entrar en detalles, posiblemente la más rupestre de Latinoamérica, técnicamente hablando. Con todo y los padres de la democracia y los genios del Pacto de Punto Fijo, en general, el político venezolano es posiblemente muy inteligente (vivo) pero con muy poca preparación.
La mezcla de una economía rica en recursos naturales y una clase política tan particular ha permitido que el entendimiento de la economía sea poco profundo y las ideas de avanzada presentadas en materia económica sean mal entendidas y generen resistencia en los grupos políticos que se encuentran en su "zona de comodidad". Por eso, tenemos la gasolina más barata del mundo, la educación es prácticamente gratuita, el venezolano cree suyo el derecho a beber escocés cada vez que se le venga en gana y así una larga lista de particularidades que creemos ocurren en todos los países del mundo pero suceden solamente en este caribeño espacio geográfico llamado Venezuela.
Evidencia aportada por el profesor Leonardo Vera de la UCV demuestra que a finales de la década de los 80 comenzó un proceso de desindustrialización con importantes implicaciones para nuestra economía. Por otra parte, la falta de una visión moderna del tema económico ha causado que nuestro país sea hoy más dependiente del petróleo que hace quince años. Por más simple que parezca, nuestro gobernantes solo saben que si el precio del petróleo está alto, a la economía le irá bien y si bajan, estaremos en problemas. Más allá de eso, es difícil hacerle entender a la "clase dirigente" que se prepara para llegar al poder que por más petróleo que tengamos, igual nos puede ir mal, como en efecto ha ocurrido en los últimos treinta años.
Adicionalmente está el problema de la institucionalidad petrolera, es decir, los acuerdos y reglas que se deben fijar dentro en una economía con estas características. Posiblemente, este sea uno de los temas más sensibles en nuestro país, recuerden que al poder se llega para obtener rentas del Estado, eso no deben olvidarlo. Quien aquí esté pensando que los dirigentes políticos quieren cambiar al país y generar la "mayor suma de felicidad posible" no ha entendido los últimos 50 años de la historia de nuestro país.
Transcurrieron 200 años y Venezuela ha presentado episodios de lucidez, sin embargo, estamos bastante lejos de lo que aspiramos ser como nación y como sociedad. El reto está allí, esperemos no tengan que pasar 200 años más para poder entrar en la modernidad y en la senda del desarrollo económico, político y social que tanto nos merecemos. Nuestra economía tiene potencialidad, sin embargo, la clase política no logra mostrar esa característica, urge, cambiar la forma de hacer las cosas.
En el tema económico, el caso venezolano es bastante particular. Fue una economía pujante luego del descubrimiento del petróleo y de las que más creció en el mundo hasta mediados de la década de los 70, pero por otra parte, de las que peor desenvolvimiento presenta en los últimos 30 años. Esto hace que la economía venezolana sea de mucho interés para académicos de otras latitudes que intentan explicar el crecimiento económico y el desarrollo económico en general. La pregunta de las cuarenta mil lochas es ¿cómo un país que lo tiene todo puede tener un desempeño económico tan pobre?
La respuesta sin entrar en mucho detalle es: el exceso de confianza que la clase política venezolana ha tenido en el petróleo. Esto no significa que el preciado "oro negro" sea el causante de todos nuestros males, quiere decir que la miopía de los políticos venezolanos ha impedido que estemos en una mejor posición como nación. Esto lleva la discusión al tema de la preparación de la clase política venezolana, de nuevo, sin entrar en detalles, posiblemente la más rupestre de Latinoamérica, técnicamente hablando. Con todo y los padres de la democracia y los genios del Pacto de Punto Fijo, en general, el político venezolano es posiblemente muy inteligente (vivo) pero con muy poca preparación.
La mezcla de una economía rica en recursos naturales y una clase política tan particular ha permitido que el entendimiento de la economía sea poco profundo y las ideas de avanzada presentadas en materia económica sean mal entendidas y generen resistencia en los grupos políticos que se encuentran en su "zona de comodidad". Por eso, tenemos la gasolina más barata del mundo, la educación es prácticamente gratuita, el venezolano cree suyo el derecho a beber escocés cada vez que se le venga en gana y así una larga lista de particularidades que creemos ocurren en todos los países del mundo pero suceden solamente en este caribeño espacio geográfico llamado Venezuela.
Evidencia aportada por el profesor Leonardo Vera de la UCV demuestra que a finales de la década de los 80 comenzó un proceso de desindustrialización con importantes implicaciones para nuestra economía. Por otra parte, la falta de una visión moderna del tema económico ha causado que nuestro país sea hoy más dependiente del petróleo que hace quince años. Por más simple que parezca, nuestro gobernantes solo saben que si el precio del petróleo está alto, a la economía le irá bien y si bajan, estaremos en problemas. Más allá de eso, es difícil hacerle entender a la "clase dirigente" que se prepara para llegar al poder que por más petróleo que tengamos, igual nos puede ir mal, como en efecto ha ocurrido en los últimos treinta años.
Adicionalmente está el problema de la institucionalidad petrolera, es decir, los acuerdos y reglas que se deben fijar dentro en una economía con estas características. Posiblemente, este sea uno de los temas más sensibles en nuestro país, recuerden que al poder se llega para obtener rentas del Estado, eso no deben olvidarlo. Quien aquí esté pensando que los dirigentes políticos quieren cambiar al país y generar la "mayor suma de felicidad posible" no ha entendido los últimos 50 años de la historia de nuestro país.
Transcurrieron 200 años y Venezuela ha presentado episodios de lucidez, sin embargo, estamos bastante lejos de lo que aspiramos ser como nación y como sociedad. El reto está allí, esperemos no tengan que pasar 200 años más para poder entrar en la modernidad y en la senda del desarrollo económico, político y social que tanto nos merecemos. Nuestra economía tiene potencialidad, sin embargo, la clase política no logra mostrar esa característica, urge, cambiar la forma de hacer las cosas.
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