El nuevo
Superintendente de precios, camarada Andrés Eloy Martínez, anunció
recientemente que antes del 31 de diciembre será implementado un sistema
biométrico en las redes públicas y privadas de ventas de alimentos, es decir,
en todos los supermercados. Esto con el objetivo de “mejorar la distribución de alimentos”. Es importante destacar que
esta medida fue ratificada por el presidente Nicolás Maduro
Una
afirmación como la anterior significa reconocer que existe un problema con el
abastecimiento de los alimentos algo que hasta hace poco tiempo no era fácil
que el gobierno aceptará, sin embargo, quieren relacionar esa idea con el
contrabando y las colas que se hacen en los supermercados. Sin tomar en cuenta
que en este país se hace cola para todo: en la farmacia, en la panadería, en la
venta de repuestos por mencionar tres ejemplos y que adicionalmente existe una
industria del contrabando de la gasolina y no hay escasez de ese producto.
Afirmar
que la escasez de alimentos es culpa del contrabando no resuelve el problema,
ese diagnóstico es errado y el gobierno lo sabe, una vez más corren la arruga y
no resuelven el problema de raíz. Lo mismo ocurre con las colas en los
supermercados cuando la relacionan a la falta de cajeros. La pregunta
importante es: ¿por qué no hay suficientes cajeros? , ¿Recuerdan la reforma a
la LOTTT?, esa es una de las consecuencias y el gobierno no lo va admitir, a lo
sumo lo podría hacer de una manera muy particular: reformando nuevamente la
ley.
El
sistema biométrico supone que usted tendrá que colocar su huella para poder comprar,
lo cual podría entre otras cosas, retrasar el tiempo en la cola. No queda claro
como el sistema biométrico podría agilizar las colas en los supermercados.
Posiblemente vendrá la idea con algo como “ahora
no es necesario mostrar tu cedula, coloca tu huella y ya, fácil y rápido”
El
anuncio del sistema biométrico muestra lo que vendrá: mas escasez y por lo
tanto más plata para quien vive de ese negocio. De concretarse sería realmente
triste y lamentable, estaríamos hablando de comprar “lo necesario”, una discusión que en economía fue superada hace
mucho tiempo. Sería importante preguntar ¿Cuántos países en el mundo utilizan
sistemas biométricos para comprar bienes y servicios? El gobierno tiene la
desfachatez de culpar a los consumidores del desastre en el que ha metido a la
economía, principalmente, al sistema productivo nacional, que si bien es cierto
no era el mejor, actualmente está muchísimo peor.
La
implantación de un sistema biométrico para compra de alimentos abre la
discusión sobre las libertades individuales y económicas en nuestro país.
Venezuela es desde hace algún tiempo una economía reprimida de acuerdo a los
índices de libertad económica, las capta huellas en los supermercados lo
confirmaría y dejaría en evidencia la verdadera intención del gobierno: negocios
y control social, una dupla que aparentemente les garantizaría mantenerse en el
poder.
Adicionalmente
desde la Superintendencia de precios hablan de establecer cajas de pago en los
supermercados de acuerdo a los metros cuadrados del establecimiento, ante esto
surge la pregunta ¿hasta dónde puede llegar la miseria y la estupidez humana?
Todo indica que no tiene límites.
Si
en efecto la idea es implementar el sistema biométrico comenzarán las pujas
para ver quién se queda con ese negocio porque esa es el otro lado de la
moneda: la comisión que hay detrás para ejecutar ese proyecto. Comienzan los
mercaderes de la miseria a sacar cuentas y a sonreír.
Por
lo pronto, hay que ver hasta donde avanza semejante despropósito y de
concretarse prepárense para ver a los buhoneros utilizando nuevas frases para
captar clientes: “compre con el sistema biométrico, venga y ponga la huella” ó
“compras biométricas, a la orden” y harán un negoción porque para la vanidad:
los venezolanos.
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