La
semana pasada el ex ministro Jorge Giordani hizo pública una carta titulada
“Testimonio y responsabilidad ante la historia”, un documento en el que
confiesa sus diferencias con la actual administración de gobierno. En un país
en el cual debatir y disentir se ha convertido en una extraña práctica, el
testimonio de Giordani parece, lamentablemente, algo extraordinario.
Escrito
en un tono nada humilde, el documento refuerza lo que muchos venezolanos llevan
tiempo pensando: la gestión económica durante la revolución ha sido un completo
y absoluto desastre. Realmente la carta no dice nada nuevo, solo lo ratifica y
demuestra que el Dr. Giordani es el principal responsable de la puesta en
marcha del “modelo económico chavista”,
es decir, la critica que el ex ministro hace en esa carta es responsabilidad
exclusiva de él, principalmente porque se ha llegado hasta aquí por él. Afirma
el autor del documento que su obligación es “rendir cuentas al país” como si con lo expuesto en ese espacio lo
hiciera.
Lo
que para Giordani es “rendir cuentas al
país” no es más que una de las mayores muestras de cinismo y caradurismo en
la historia política de nuestra democracia. Para demostrar su inconformidad con
las riendas que lleva el gobierno confirma una serie de irregularidades que se
realizaron desde el punto de vista económico durante los últimos diez años y
por los cuales nadie está pagando su responsabilidad, entre ellos, obviamente,
el mismo Giordani. Termina confirmando que hicieron lo que les dio la gana con
los recursos del país pero como era con buenas intenciones estaba bien, algo
así como: era un desastre pero lo
controlábamos, ahora lo sigue siendo pero es incontrolable.
Detenerse
en la carta no es tan importante como lo que supone entender el significado del
daño que el ex ministro estrella del Comandante Supremo le ha hecho al país.
Este es un personaje que después de destruir a conciencia nuestra economía
tiene la voluntad de reconocerlo en un documento público sin ningún tipo de
problemas y lo hace posiblemente pensando que perjudicará a la gestión de
gobierno y resulta que los verdaderos perjudicados en todo este asunto son los
venezolanos de sectores medios y desfavorecidos que sufren hoy en carne propia
las consecuencias de un modelo basado en el consumo, altamente dependiente del
Estado que no tiene otro “mecanismo de
transmisión de bienestar” que la distribución de la renta petrolera.
No
se trata que el reparto de la renta petrolera lo haya inventado el chavismo,
sino que más bien lo exacerbó y el resultado es una economía más dependiente
del petróleo con un Estado cada vez más fuerte que hace cada más dependiente de
él a los que menos tienen.
Difícilmente
exista en nuestra historia democrática un funcionario que le haya hecho tanto
daño a la economía como el Dr Jorge Giordani, su visión neolítica del tema
económico, es decir, su firme convicción de crear una sociedad socialista nos
ha traído hasta aquí a la Venezuela del “poquito
porque es bendito” y del “si me llega
yo te llamo y te los guardo”. Algo rescatable de Giordani es precisamente
eso, su convicción, algo que debe llamarnos a la reflexión porque fíjense a
donde se ha llegado por las convicciones de alguien: al más profundo retroceso
que país alguno en América Latina haya experimentado en la última década y posiblemente
en el mundo.
Se
destaca su honestidad, sin embargo, con su testimonio surge la pregunta: si
sabía todo eso, ¿por qué no lo denunció antes?, es en realidad Giordani un
hombre honesto, ¿solo porque no se forró los bolsillos de plata, lo es?, quiere
decir, que por no ser corrupto ¿tenemos que aguantarnos que nos haya lanzado
por este barranco? Sinceramente lo ocurrido con el ex ministro Giordani debe llamarnos
la atención y hacernos reflexionar, es vital entender su responsabilidad en
todo el problema que atravesamos. Por ahora, tiene un sitio seguro en el
basurero de la historia de nuestro país, poca gente ha hecho tantos méritos
para llegar ahí.