Del último número de la revista Finanzas y Desarrollo
¿Qué nos enseña el mes de nacimiento de los futbolistas sobre el sistema educativo?
Publicado por Domingo Sifontes en 16:00
Terminó el año y como era de
esperarse (a pesar de los rumores) no se tomó ninguna medida en materia
económica. La semana pasada escribí que no era de extrañar que anunciaran el
ajuste cambiario, lo cual evidentemente no ocurrió. Lo que queda es esperar
hasta que lo ejecuten. La situación política indica que las medidas económicas
deben postergarse, sin embargo, la situación económica indica que deben tomarse
cuanto antes.
Ante toda esta incertidumbre
que existe no queda más que esperar y estar atentos. Mientras más tarden los
anuncios peor será para la ciudadanía, pues, la situación empeoraría y el
deterioro se agudizaría. Desde el gobierno hay dos razones importantes para
prolongar el ajuste económico: la política que ya se comentó la semana pasada y
por otra parte, el efecto que en la población causará la ejecución de medidas
que como he dicho en reiteradas ocasiones, son impopulares. Al gobierno se le
presenta un dilema, falta ver como intentará resolverlo.
En economía se usa una
conocida frase para explicar que todo tiene un costo: “no hay nada como un
almuerzo gratis” y cualquiera que sea el ajuste que ejecuten desde el gobierno
tendrán que pagarlo. Difícilmente la situación económica de este año pase por
debajo de la mesa. Los ajustes son necesarios y llegará un momento en el cual
no podrán evitarlo. Lo ideal sería que el gobierno no llegará a una situación
en la cual ya no tenga margen de maniobra y se vea forzado a ejecutar ciertas medidas,
podría ser peor.
La consecuencia inmediata en
materia económica de la situación política actual es la incertidumbre. El país
entero está a la expectativa de lo que pase el 10 de enero con la toma de
posesión del Presidente electo. Hay una parálisis colectiva que involucra a la
economía y no queda claro que después de esa fecha la situación mejore. Lo
mejor que puede hacer el gobierno es anunciar las medidas económicas y explicar
que ocurrirá con el mercado cambiario. En la medida que esto no ocurra, los
costos que tendrán que pagar los ciudadanos por las medidas económicas serán
mayores.
En una situación de
incertidumbre política y económica la pregunta clave es ¿podrá la economía
seguir soportando este maltrato?, es decir, ¿qué margen de maniobra tiene el
gobierno para “correr la arruga” y hacer creer que no pasa nada porque la
economía creció 5% el año pasado?. Algunos analistas creen que hay holgura para
postergar el ajuste, pues, suponen que todavía el gobierno cuenta con ingresos
suficientes. Esta es la visión optimista, sin embargo, saben que esa “holgura”
no es la misma de años anteriores y en algún momento la realidad se impondrá y actuarán en consecuencia.
El gobierno podría tener un
severo problema inflacionario este año si no atiende con diligencia el tema
cambiario. Quedo demostrado con la inflación acumulada del último trimestre que
el mercado cambiario impacta la inflación de manera considerable. No basta con
subsidiar alimentos para los sectores más necesitados, esto es un “pañito
caliente” que no resolverá el problema de fondo: la reestructuración de la
política cambiaria.
Otra consideración
importante es la magnitud del ajuste. Por ejemplo, el gobierno puede devaluar
pero eso no significa que lo haga al nivel que requiere la economía. Esto sería
otro “pañito caliente” para la población. Lo cierto del caso es que el gobierno
tiene una “papa caliente” en las manos con el tema económico, esperemos que lo
manejen adecuadamente (algo poco probable). Mientras más rápido lo hagan la
economía responderá de mejor manera, para luego es tarde, sin embargo, la
política parece marcar la agenda. Amanecerá y veremos.
Siendo hoy el último día del
año, me gustaría presentar mis apreciaciones sobre lo que creo podría ocurrir
en materia económica para el próximo año. Nuestros gobiernos llevan al menos
treinta (30) años de pésima gestión económica. Año tras año se plantean
escenarios poco alentadores y la verdad es que el país no se ha acabado, muchos
intentos de acabarlo si, pero ahí sigue.
Nuestra economía posiblemente
sea la de peor desempeño en el mundo occidental durante las últimas tres (3)
décadas. La historia reciente de nuestro país es ejemplo en el mundo de todo lo
que no se debe hacer en materia económica, ningún gobierno se salva.
Desde mi perspectiva la economía
el próximo año presentará ciertas debilidades a pesar de presentar ingresos
petroleros estables por el orden de cien (100) dólares el barril. Esto quiere
decir que ese nivel de precios es insuficiente para nuestro gobierno, algo
paradójico cuando vemos que en años recientes la economía creció a tasas
mayores con un nivel de precios menor. La principal debilidad que ha de
manifestarse en 2013 será la política cambiaria. Urge un ajuste cambiario y en
el gobierno no deciden que hacer, al momento de escribir estas líneas se espera
que la devaluación sea anunciada en pocos días, con lo cual no debe extrañar si
cuando usted lea estas líneas ya se haya anunciado. Postergar la devaluación es
la peor decisión que el gobierno puede tomar pero debemos recordar que existe
la posibilidad de una nueva elección presidencial y asumir el ajuste económico
pasa por sopesar el impacto de medidas impopulares en una posible campaña
electoral.
Es importante entender que
cualquier decisión económica que tome el gobierno será mala para su bolsillo.
Al devaluar, se generaría más inflación y una suba de impuestos, encarecería
los productos. Esto sin contar el impacto en términos de escasez que generaría
profundizar la regulación de precios. Un escenario de ajuste económico con regulación
de precios sirve de receta para un coctel que no sabemos cómo nos caerá, es
decir, sabemos que nos caerá mal pero no sabemos qué tan mal y eso no es muy
agradable. Muchos se preguntarán ¿por qué si nos caerá mal el coctel, lo
beberemos?, la respuesta es: no hay otro tipo de trago que le puedan ofrecer,
es ese o nada y quedarnos como estamos es suicida.
Desde el gobierno harán lo
imposible para maquillar las decisiones económicas, intentarán tomar aquellas
que aparentemente afecten menos a la población y el punto es precisamente ese:
ninguna de las opciones disponibles supone una mejora para el bolsillo de la
gente. El primer trimestre del año luce particularmente complicado, esta época del año
siempre lo es, pero de anunciarse las medidas económicas en ese período se sentirán
mucho más.
Un país que ha vivido de
rumba durante los últimos diez (10) años parecería no estar consciente de lo
que en materia económica se debe hacer para que en el mediano plazo las
consecuencias no sean peores. El gobierno vivirá el próximo año su primer gran
reto económico, quiero decir, su año más difícil. Para ello seguirán
recurriendo al fondo chino y cualquier otro tipo de instrumento que permita
hacer creer que la fiesta no se acaba todavía, pero eso lo que significa es más
deuda para cada uno de los habitantes de este país. El gobierno nos meterá la
mano en los bolsillos y no nos daremos cuenta, por la vía que sea pero lo hará.
Tendremos una mayor inflación y un menor crecimiento que seguramente se
reflejará en una disminución del consumo. La rueda de prensa para presentar los
resultados económicos la semana pasada dejó más preguntas que respuestas. No
hubo cara de optimismo, por algo será. Espero de todo corazón estar equivocado,
sin embargo, los números dicen otra cosa.
Recientemente se dieron a
conocer los resultados del Índice de Percepción de la Corrupción 2012, estudio
realizado desde 1995 por la organización
Transparencia Internacional. Esta medida posiblemente sea la mejor aproximación
que se tenga para cuantificar y así poder analizar el fenómeno de la corrupción
a nivel internacional.
El
índice mide la percepción de la corrupción en 176 países que clasifica a los
países en una escala del 0 al 100 y mientras más cercano al límite superior se
encuentre el país se percibe como más limpio ó menos corrupto. Para este año,
Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda clasificaron en el primer lugar como los
países “más limpios” de la muestra con un puntaje de 90. En el último lugar se
clasificaron Afganistán, Corea del Norte y Somalia
con un puntaje de 8.
Como
lamentablemente ya es costumbre a Venezuela no le fue bien este año, se
clasificó en el puesto 165 con un puntaje de 19.Solo Irak, Turkmenistán,
Uzbekistán, Myanmar, Sudan y los tres países clasificados en la última
posición, mencionados anteriormente obtuvieron peores resultados que nuestro
país. En el contexto Americano, Venezuela clasificó de última entre 32 naciones
incluidas en el estudio. Canadá obtuvo la primera posición en la región seguida
de Barbados y EEUU.
Durante
los últimos años la percepción de la corrupción en nuestro país ha ido
empeorando, esto quiere decir que cada año se percibe mayor corrupción en el
país. Esto es una contradicción, toda vez que en el año 2003 se promulgó la ley
contra la corrupción. Los resultados muestran que después de la entrada en
vigencia de esta ley, la corrupción ha empeorado en el país.
La
corrupción no es nueva en el país, ha existido desde los inicios de la
República, es un tema cultural y económico. Nuestras raíces históricas y
legales facilitan los actos de corrupción, esto es, generan incentivos para cometerlos.
La
pregunta clave es si la corrupción en Venezuela es un problema de leyes o de
cumplimiento de las leyes. Existe una sutil diferencia y es que si tienes una
“buena ley” pero no se cumple, no estás haciendo nada. Lo otro es, si la ley es
mala, es decir, genera incentivos perversos para comportamientos oportunistas
no tiene sentido que se cumpla porque podrías estar cometiendo actos de
corrupción sin cometer ilegalidades.Institucionalmente nuestro país vive los
peores días de su historia democrática y tal vez los peores de su vida
republicana, hacer leyes no necesariamente sea la solución. Hacerlas cumplir
posiblemente sea un poco más efectivo.
Una
de las leyes claves para entender el tema de la corrupción en cualquier país es
la concerniente a las licitaciones públicas. De los incentivos que esta genere
y su cumplimiento, dependerá en buena parte que las reglas de contrataciones y
negociaciones en el sector público, sean transparentes. Muchas reformas
institucionales en países que quieren atacar el tema de la corrupción pasan por
revisar a profundidad el mecanismo de incentivos que
está
detrás de las licitaciones públicas. Analizar si el actual marco legal en torno
a las licitaciones en Venezuela requiere cambios es un primer e importante paso
de cara al tema de la corrupción. Para hacerlo se debe tener voluntad política,
entre otras cosas, porque cambiar las reglas de juego (en caso de ser
necesario) supondría sacar de su zona de confort a los principales
beneficiarios del actual marco legal.
Revisar los mecanismos de contrataciones públicas es
un primer paso, no el único. Debe quedar claro que este es un tema de
incentivos y por eso se convierte en un problema económico. No se trata de ser
un pan de Dios o de ser mala gente. Lo que no sabemos es si políticamente
existe la voluntad para hacer cambios importantes que permitan generar mejores
resultados en materia de corrupción, todo indica que no la hay. Finalmente, los
políticos también responden a incentivos y los principales afectados podrían
ser ellos.
El Banco Central de Venezuela dio a conocer los
resultados del Índice Nacional de Precios al Consumidor del mes de noviembre.
El resultado fue de 2,3 %, mayor al del mes anterior: 1,7% y superior al de
noviembre del año pasado. La variación anualizada se ubica en 18 %, inferior a la presentada en noviembre de 2011
que fue de 27,6%. En términos acumulados, la inflación para los primeros once
(11) meses del año se ubica en 16 %, la más baja para dicho período desde que
se calcula el INPC.
De
las trece (13) categorías que conforman el INPC, dos (2) mostraron una
variación mayor al promedio del mes: alimentos y bebidas no alcohólicas (32%) y bebidas
alcohólicas y tabaco (4,9%). El resto de agrupaciones presentan
variaciones menores o iguales a la del mes. Por
otra parte, cuatro (4) categorias se desaceleraron y nueve (9) registran un
comportamiento acelerado. Las que desaceleran son: Alquiler de vivienda (de
1,0% a 0,6%), salud (de 1,2% a 0,9%), servicios de educación (de 3,5% a 0,8%),
y servicios de la vivienda (de 0,1% a 0,0%). Las aceleraciones, se observan en:
Alimentos y bebidas no alcohólicas (de 2,6% a 3,2%), bebidas alcohólicas y
tabaco (de 2,0% a 4,9%), bienes y servicios diversos (de 0,8% a 1,4%), comunicaciones
(de 0,2% a 0,5%), esparcimiento y cultura (de 1,1% a 2,3%), equipamiento del
hogar (de 1,4% a 2,2%), restaurantes y hoteles (de 1,1% a 1,9%), transporte (de
1,1% a 1,7%) y vestido y calzado (de 0,7% a 2,3%).
Respecto
a las ciudades, seis (6) presentan una variación menor al promedio del mes: Caracas
(2,0%), Barquisimeto (1,8%), Maracaibo (2,2%) Maracay (2,2%), Mérida (1,9%) y
Valencia (2,2%). El resto de ciudades presentan variaciones mayores al promedio del mes. Dos (2) ciudades
mostraron desaceleración respecto al mes anterior: Barquisimeto (de 2,0% a
1,8%) y san Cristóbal (de 2,5% a 2,4%), en el resto de las ciudades los precios
se comportaron de manera acelerada respecto al mes de octubre. En términos
acumulados, la mayor inflación se registra en Maracay y Maturín con 17,7%,
superior a la acumulada a nivel nacional y la ciudad con menor inflación
acumulada es Barcelona-Pto.La cruz con 13,9%, menor a la acumulada a nivel
nacional.
Por
grupos, se tiene que bebidas alcohólicas y tabaco fue el que mayor variación
presentó con 4,9%. En términos anualizados y acumulados este grupo presenta la
mayor variación con 33,8% y 32% respectivamente, mientras que comunicaciones
presenta la menor variación anualizada y acumulada con 3,8% y 3,1%
respectivamente.
En cuanto a los vecinos de
la región se tiene que en Chile no publican todavía el resultado de la
inflación pero esperan cerrar el año en 2,5%. En Colombia fue de -0,14% para noviembre,
la anualizada es de 2,77% y la acumulada se ubica en 2,34%.Para Ecuador los
resultados arrojan 0,14% en noviembre, 4,77% la anualizada y 4,36% la
acumulada. En Perú fue de -0,14 % en octubre, la anualizada en 2,66% y la acumulada en 2,38%. En Costa Rica fue de
0,81% para el mes en curso y la acumulada alcanza 4,26%.En Bolivia, fue de
0,47% en el mes y la acumulada se ubica a 3,98%.
Como observan, la inflación
de Venezuela sigue siendo alta, por más que se ha desacelerado 9% con relación
al año pasado seguimos teniendo la mayor variación de precios de la región,
después de la Argentina que presenta serias dudas en sus mediciones. La
inflación de diciembre seguramente será muy parecida a la de noviembre, falta
ver cómo termina de comportarse el movimiento de mercancía en los puertos.
Posiblemente cierre el año en torno al 18%, sin duda, una desaceleración
importante, sin embargo, no cuenten con el próximo año suceda lo mismo. Con la
incertidumbre cambiaria que existe al día de hoy y las posibles soluciones que
todavía discuten, difícilmente la inflación disminuya. Si desde el gobierno
insisten en correr la arruga con la devaluación, veremos qué tanto impacta el
mercado paralelo de divisas al nivel de precios, interesante prueba. Como
siempre, los consumidores pagarán los platos rotos.
Para nadie es un secreto que
en la actualidad la situación económica del país es de completa incertidumbre.
Cada quien hace de “manager de tribuna” y genera análisis sobre lo que sería el
nuevo escenario cambiario. La realidad es que la política cambiaria del
gobierno colapso y ellos saben que es así.
Al día de hoy, lo que
reflejan los diferentes precios de la economía es incertidumbre y un cambio de
expectativas desfavorable a lo que se espera para el próximo año. La diferencia
en precios que se observa del mismo producto en diferentes tiendas revela que
algo no anda bien. Los comerciantes que desde siempre sabemos compran mercancía
a un tipo de cambio que no es el oficial, sacan sus cuentas y tienen sus dudas:
vendo hoy?, no vendo hoy y vendo el año que viene que seguramente devaluarán?,
compró mercancía hoy?, compró divisas hoy o el año que viene?.
El punto de la adquisición
de divisas es lo que genera toda la distorsión que se ha observado en el último
mes y medio. Los comerciantes y la gente en general podrá tener la disposición
de adquirir divisas, el problema está en que no se consiguen y al hacerse
escasas su precio sube. Lo que se vive en el país en materia cambiaria es la
consecuencia obligada de una política y un sistema que ya no funciona y es
parte del fracaso en materia económica de este gobierno.
Los casos de
electrodomésticos, línea blanca, tecnología y repuestos son los mejores
ejemplos del fracaso en materia cambiaría del gobierno. La cuenta es sencilla:
de no existir el control cambiario o de al menos haberlo flexibilizado, el tipo
de cambio real se ubicaría bastante por debajo de los niveles que observamos en
días recientes y los productos serán bastante más baratos de lo que son hoy, es
decir, con un tipo de cambio más alto que el oficial y apegado mucho más a la
realidad económica del país, los precios se comportarían de mejor manera.
Quieran o no, los
comerciantes responden a incentivos y en la medida que el control cambiario no
les responda sus demandas tendrán que acudir a un mercado completamente
distorsionado, que de no tomarse las medidas adecuadas, se distorsionará mucho
más. En la medida que se postergue la devaluación y el ajuste, la distorsión
cambiará crecerá y eso se reflejará en los precios.
Con la ausencia del Comandante
y del Ministro de Finanzas, el “Gabinete Económico” no puede hacer
absolutamente nada y todas las decisiones quedan paralizadas. No se espera una
decisión importante en materia cambiaria antes que finalice el año, sin
embargo, la discusión de las posibles soluciones tendría que darse y eso es lo
que posiblemente se frene con la ausencia del Presidente y del Ministro. Todo
indica que las soluciones que están en la mesa no solucionarán el problema de
fondo. Estamos en manos de un gobierno que tiene una papa caliente en las manos
y cree tener la solución al problema y de unos comerciantes que aprovechan la
distorsión generada por el propio gobierno, mientras tanto, la gente
desesperada compra porque cree que el mundo se acabará.
El escenario económico del
próximo año es complicado, no quiere decir esto que es una situación trágica y
el país colapsará, pero si será un año diferente en materia económica y todo
dependerá de las decisiones que tome el gobierno en esa materia. De mano de
ustedes queda convertir las amenazas y debilidades en oportunidades y
fortalezas.
Los resultados económicos
del tercer trimestre se dieron a conocer la semana pasada y de acuerdo a eso
todo está muy bien. El Producto interno bruto aumentó 5,2% respecto al tercer
trimestre del año pasado, de acuerdo a datos del BCV. En este sentido, el
sector privado de la economía presenta una variación de 5,7%, mientras que el
sector público creció en 3,4%.
Por actividad económica se
tiene que la actividad no petrolera creció 5,4%. Dentro de la actividad no
petrolera se observa que el comportamiento por sector fue el siguiente: instituciones
financieras y seguros (35,9%) construcción (12,0%), comercio y servicios de
reparación (9,8%), servicios
comunitarios (+7,8%) comunicaciones
(6,9%), producción de servicios del
Gobierno General (5,5%), Servicios inmobiliarios, empresariales y de alquiler (4,0%), transporte
y almacenamiento (3,5%), electricidad y agua (3,0%), manufactura (3,0%) y minería
(-9,1%). El sector construcción presenta un comportamiento importante de
destacar porque es el sector público quien lo impulsa. De acuerdo a la nota del
BCV: “esta actividad mantiene el ritmo de crecimiento significativo
iniciado a partir del tercer trimestre de 2011, como consecuencia de la mayor
demanda de obras residenciales y no residenciales por parte del sector público
(18,8%), tanto del Gobierno general (24,7%) como de las empresas públicas
petroleras (28,6%)”, léase GRAN MISION
VIVIENDA VENEZUELA. Yo
preguntaría, ¿Qué muestran las cifras del sector privado en materia de
construcción?
Por su parte, la actividad
petrolera creció 1,1% respecto al tercer trimestre del año anterior y si lo
comparamos con el trimestre inmediato anterior se contrajo 4,1%. Un resultado
como este con un precio del petróleo elevado y estable genera muchas dudas
respecto a la salud del “principal motor” de la economía.
Si bien es cierto, el PIB no
petrolero creció más que el petrolero, la preocupación se presenta cuando
observamos que el sector público tiene una presencia importante en las
diferentes actividades del PIB no petrolero. No se trata de satanizar al sector
público sino de entender hasta que punto y en qué medida, el sector público
puede impulsar un modelo de crecimiento sostenible, toda vez que dependemos del
petróleo. Es cierto que los datos reflejan un mayor crecimiento del sector
privado, así tiene que ser, sin embargo, la brecha se ha ido reduciendo y el
sector público tiene mayor presencia y representa un mayor porcentaje dentro
del crecimiento total de la economía. Así se tiene que para el año pasado el
sector público creció 5,3% y el privado 3,3%.
Con mayor presencia del
sector público en las actividades económicas y un sector petrolero creciendo a
niveles que no se alinean con la realidad del mercado petrolero internacional,
el horizonte no es alentador. No me cansaré de repetirlo: con precios del
petróleo más bajos, la economía venezolana creció a tasas mayores en años
recientes. Esto quiere decir que un precio del crudo elevado, en las actuales
circunstancias, no garantiza un mejor crecimiento económico.
Si a eso añadimos todas las
restricciones que tiene el sector privado, principalmente la situación del
mercado cambiario en la actualidad, las perspectivas no son positivas para el
último trimestre del año, muy probablemente la economía de desacelere como
reseñan varios reportes internacionales. En efecto es lo que ha venido ocurriendo
trimestre a trimestre durante este año. La economía crece pero con menor
fuerza.
Es positivo que la economía
crezca?, Sí. Es positivo que el sector petrolero crezca a esos niveles?, No
tanto. Es positivo que el sector no petrolero crezca? Por supuesto que sí, eso
es lo que tendría que ocurrir pero con una mayor presencia del sector privado. Respecto
al segundo trimestre, el sector privado se desacelero y el público se aceleró. La
situación de la manufactura es para destacar: de las que menos creció. Estamos
generando más distribuidores que productores. Ustedes me dirán….
Venezuela
no es solo el país con la segunda mayor inflación del continente, después de
Argentina, también es el que menos facilidades para hacer negocios ofrece. Así lo revela el reporte “Doing
Business 2013: Smarter Regulations for Small and Medium-Size Enterprises”
elaborado por el Banco Mundial.
El
estudio se realizó en 185 economías y está compuesto por 10 indicadores que miden: la facilidad para
abrir una empresa, el manejo de los permisos para la construcción, la obtención de electricidad, el registro de la propiedad, la obtención de créditos, la protección a
las inversiones, el pago de impuestos, el comercio internacional, el
cumplimiento de contratos y “resolución de insolvencia”.
Los resultados muestran que
nuestro país se ubicó en el puesto 180 entre 185 países, desmejorando una posición
respecto al año pasado. Para cada uno de los indicadores se tiene que:
en las facilidades para abrir una empresa se ubica en
el puesto 152, en el manejo de los permisos para la construcción en el puesto 109,
en la obtención de electricidad en el puesto 160, para el registro de la
propiedad de 90, en obtención de créditos
de 159, en la protección a las inversiones de 181, en el pago de
impuestos de 185, en comercio internacional 166, en el cumplimiento de
contratos de 80 y para resolver una insolvencia de 163.
Como señalé anteriormente
Venezuela obtiene el último lugar en todo el continente de las 33 economías de
la región que forman parte del estudio. A nivel regional ocupamos el último
lugar en obtención de electricidad, pago de impuestos y comercio internacional.
Esto quiere decir que el país con mayores complicaciones para pagar impuestos,
gestionar el comercio internacional y obtener permisos para una conexión eléctrica es Venezuela. En
la protección a las inversiones estamos de penúltimos y en las facilidades para
obtener créditos y resolver insolvencias nos ubicamos en el puesto 30.Haití y
Bolivia obtienen mejores resultados que nuestro país. El país de Latinoamérica
mejor ubicado es Chile en el puesto 37, seguido por Puerto Rico y Perú
respectivamente.
Por debajo de nuestro país solo
se ubican: República Democrática del Congo, Eritrea, República del Congo, Chad
y República Central Africana. Aparte de estos países, en cualquier otra nación
del mundo es más sencillo emprender un negocio que en Venezuela. Esto podría
explicar (en parte) la existencia de tanta informalidad y sub empleo en nuestro
país. Las trabas legales desincentivan la formalización de emprendimientos y
cada vez es más caro contratar personal: un cocktail peligroso.
Lamentablemente los resultados
del reporte no impresionen a mucha gente, ya estamos acostumbrados a quedar
detrás de la ambulancia en cualquier medición de calidad institucional que se
hace a nivel internacional. Cada vez nos acostumbramos más a vivir en un país
con rezagos económicos, institucionales y sociales muy importantes,
posiblemente los mayores del mundo en los últimos 10 años. No se trata de si el
venezolano tiene el último modelo de telefonía inteligente del mercado, se
trata de cómo vivimos y del tipo de economía que se ha venido desarrollando en
los últimos años. En la última década se profundizaron los peores elementos de
un sistema de incentivos perverso basado en la renta petrolera. Cada vez somos
menos productivos y consumimos más y más.
Nuestro país tiene todas las
condiciones para ser un líder regional, al menos, en determinados sectores, sin
embargo, todo indica que no lo seremos si seguimos por el camino que vamos. De
ser una referencial mundial en los años 60 nos hemos convertido en el ejemplo
para explicar todo lo que no se debe hacer en materia económica. En un período
de 35 años nos convertimos en una paradoja de país y en los últimos 10 en un
ejemplo de involución. La verdad es que Venezuela debería atraer muchas
inversiones y ocupar mejores posiciones en el contexto económico internacional.
Nadie puede conformarse con el país que tenemos, sería irresponsable.
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