DEMOCRACIA Y CRECIMIENTO ECONOMICO

La repercusión de la democracia sobre el crecimiento económico de las naciones ha sido arduamente estudiado por los economistas en los últimos 15 años y a nadie le queda duda que la estructura democrática beneficia a las naciones en muchas vías, como por ejemplo: promueve el imperio de la ley, nos provee de la capacidad para elegir individualmente, promueve la estabilidad política, garantiza los derechos de propiedad, etc, etc. Todo esto nos hace pensar que en los Estados democráticos se promueve más rápidamente el crecimiento económico, sin embargo, esto no es del todo cierto, por un lado tenemos a China que ha logrado un rápido crecimiento económico siendo un régimen autoritario, (el principal argumento esbozado para esta situación la profunda reforma política experimentada) y por otro lado está el caso de Bolivia que ha crecido muy lento siendo un país democrático.

La literatura empírica y teórica que analiza los efectos de la democracia sobre el crecimiento económico, argumenta por un lado que los regímenes democráticos promueven mejor el crecimiento económico que los regímenes autoritarios, por otro lado existen estudios que no comprueban esta hipótesis y otros arrojan correlaciones positivas débiles entre dichas variables, otra serie de estudios no dejan ver claramente cual es la relación entre ellas y por último existen estudios que concluyen que los países democráticos no crecen rápidamente, lo que si es cierto es que cada vez más existen mayor cantidad de naciones democráticas y eso lo refuerza el hecho que desde 1980 al año 2000, 81 países dieron pasos hacia regímenes democráticos.

Como se puede observar, estadísticamente la relación entre democracia y crecimiento económico no es del todo clara y eso se debe principalmente a problemas técnicos de la data utilizada para dichos estudios y de la técnica econométrica propiamente dicha, sin embargo, hay algunas cosas que son importantes reseñar al momento de establecer dichas diferencias en los resultados, a saber: lamentablemente no todas las democracias tienen los mismo sistemas de rendición de cuentas, lo que hace que existan países donde los gobiernos sean más transparentes que otros y no todo los gobernantes tienen la misma capacidad de garantizar los derechos de propiedad, esto lo que quiere decir es que las democracias son heterogéneas y la capacidad de manejo de información y de generación de compromisos creíbles no es la misma para todos los países con regímenes democráticos, esta situación podría explicar la apatía que en muchos países existe ante los procesos electorales, es decir, el sistema democrático concede tantas ventajas ante la libertad de acción que mucha veces la gente deja de creer en los gobiernos y entes políticos y por lo tanto no acude a las urnas electorales.

Otro problema a tomar en cuenta en los estudios que relacionan democracia y crecimiento económico es la forma en que se operacionaliza la variable democracia; la mayoría de estudios en el área arrojan que la principal forma de hacerlo es corroborando si en los países existen contiendas electorales competitivas, sin embargo, esto es insuficiente debido a que esta característica no garantiza una rendición de cuentas óptima por parte de los gobiernos de turno, en cambio, si se tienen votantes bien informados, políticos creíbles y una adecuada separación de poderes, entonces, la relación estadística entre regímenes democráticos y crecimiento económico sería positiva y significativa. Nadie duda que los regímenes democráticos producen más beneficios sociales que cualquier otro régimen, sin embargo, para que este tenga repercusiones sobre el crecimiento económico hay que trabajar intensamente en analizar la calidad democrática de cada país y depurar al máximo todas las heterogeneidades que puedan presentase, porque está muy claro que no basta con tener elecciones competitivas para tener democracia, digamos que es una de las principales ventajas que posee, pero también uno de los principales riesgos.

REGLAS FORMALES E INFORMALES DE CONDUCTA



El tema de las instituciones en el desempeño económico ha cobrado vigencia en los últimos 30 años. En términos generales y parafraseando a Douglas North por institución se entiende a toda regla formal de conducta que regula, constriñe o restringe el comportamiento de los individuos, en este sentido desde una ley hasta un semáforo se convierten en instituciones, incluyendo los hábitos, costumbres y tradiciones que los individuos tienen al tomar una decisión.

De toda institución se desprenden incentivos que moldean las decisiones de las personas en sociedad, esto quiere decir, que los individuos responden a incentivos y no a una regla moral de conducta. Esta idea es inaceptable para aquellos creyentes en la ética pública y en hacer las cosas bien porque sencillamente somos mejores hombre y mujeres. Sin duda alguna, los valores éticos tienen mucho que ver en la formación de las decisiones individuales pero realmente no creo que sea la variable más tomada en cuenta por estos al momento de decidir.

Lo planteado anteriormente nos lleva a discutir la importancia en el diseño de normas formales que regulen la actuación de los individuos, es decir, ¿Cuales son los incentivos que genera determinada ley?, ¿por qué la corrupción es mayor en unos países que en otros?, ¿son más buena gente o están mejor criados los noruegos que los venezolanos y por ello el índice de corrupción en ese país es menor?

Estas preguntas no son fáciles de responder pero cada vez me convenzo más que la respuesta no está asociada a las buenas costumbres y a la moral pública. Un ejemplo de esto es el comportamiento de cualquier venezolano cuando sale de su país: respeta los rayados peatonales, no orina en la calle, no bota basura etc etc etc. La importancia de las instituciones formales radica en el hecho que si están mal diseñadas no funcionará absolutamente nada porque estas siempre generarán un incentivo que permite a los ciudadanos actuar de una u otra manera, recuerde el viejo dicho “quien hace la ley, hace la trampa”, aquí lo importante no es eliminar la trampa, sino disminuir la probabilidad de ocurrencia de esta.

Bajo un esquema en el cual las leyes no son respetadas termina generándose un conjunto de normales informales que rigen la voluntad de las personas, lo que la profesora Barragan ha denominado “el poder normativo de las auto excepciones”, esto explica porque la gente se colea y no espera su turno: “como nada más lo hago yo no importa”, el problema es que todo el mundo piensa así hasta llegar a convertirse en algo normal y se convierte en la norma no en la excepción. Aplique este concepto a cualquier situación de la vida diaria y muy probablemente concluirá que en nuestro país se siguen más las normas generadas informalmente que las propias leyes. En la medida que las pequeñas cosas no puedan hacerse es imposible que el país vaya hacia adelante y se genere un verdadero cambio económico, político y social.

LAS DIMENSIONES ECONOMICAS DEL CASO RCTV

La polémica que ha generado la “no renovación de la concesión” a RCTV tiene muchas aristas y una de ellas es la económica. Sin restarle importancia a toda la polémica sobre la libertad de expresión, me gustaría reflexionar hoy un poco sobre el impacto económico de la medida y a quien podría beneficiar.

Como es bien sabido por todos, RCTV era el canal más visto de la televisión venezolana (independientemente de su calidad) y de acuerdo a la “gente de medios” concentraba el 40% del mercado de publicidad para TV a nivel nacional, es decir, sus preventas eran las más exitosas y 4 de cada 10 anunciantes prefería mostrar sus productos por ese canal. Esta cifra significa muchísimo dinero y por ende un gran negocio.

La apertura del nuevo canal TEVES supone que ese mercado de cuñas (me disculpan los entendidos en la materia si ese no es el nombre correcto) está abierto para el resto de las televisoras, de las cuales Venevisión seguramente lleva la batuta. Esto plantea la posibilidad de beneficiar a un canal que pueda captar una gran porción del mercado que deja libre RCTV, porque está claro que TVES siendo un canal de servicio público no debería interesarle ese mercado, excepto el de la publicidad oficial.

Dado este escenario, podríamos estar pensando en una mayor concentración de la publicidad televisiva por parte de un solo canal. De acuerdo al lenguaje oficial esto no es nada democrático, porque es mucho en pocas manos, es decir, el monopolio en la retórica oficialista es antidemocrático. La pregunta es ¿cómo podríamos explicar que un gobierno crítico del mercado y la concentración de la riqueza, deje un nicho de mercado para una empresa que posiblemente tenga posición de dominio en el mercado?. La implicación económica de este caso es que finalmente el Poder Ejecutivo con esta medida le permite a un agente económico generar más poder de mercado eliminando a uno de los competidores en una estructura que no es competitiva perse.

La pregunta de las 40mil lochas es ¿Quién ó qué canal capturará la renta que generará la salida del mercado de RCTV?, ¿será el mismo gobierno? ó ¿algún empresario cercano a la revolución? Como leen, las implicaciones económicas son mucho mayores de lo que la gente puede creer, sobre todo cuando de facto la consecuencia es muy parecida a la que genera un mercado en términos de asignación de recursos, la diferencia es que cuando el mercado lo hace es “neoliberal” y cuando lo hace el gobierno es “democratizador y revolucionario”. Mientras la población del país discute románticamente el problema de la libertad de expresión, determinados grupos brindan por el negoción que harán gracias a un “Gobierno Socialista” que dejo a le gente sin Radio Rochela y su novela de las 9¿qué tal?.........

¿SOCIALISMO VENEZOLANO?

Hoy más que nunca la sociedad Venezolana vive una encrucijada, debido principalmente por lo que algunos han querido denominar: socialismo bolivariano o socialismo venezolano. La duda para unos y el miedo para otros surge porque a estas alturas no tenemos claro que quiere decir el actual gobierno con cualquier de las variantes que utiliza para describir el nuevo sistema social y de producción nacional. Usted le pregunta a cualquier vocero del Ejecutivo y le dará la vuelta, nunca le contestará: “eso es más comida y salud para la gente” ó “es un modelo basado en un programa de nacionalizaciones que permitiría…..”. No espere una respuesta concreta porque no la tendrá.

Saber de que va el socialismo venezolano es importante porque eso nos permitiría entender un poco mejor de primera mano, qué se pretende hacer con la economía de nuestro país. Por otro lado, cuando tengamos claro que quieren hacer, sabremos entonces que herramientas utilizar para lograr el objetivo que se persigue. Si la idea es darle más comida a la gente ó hacer una sociedad cada vez mas “justa”, tendrían que buscar la mejor manera para lograr esa meta, porque como dicen por allí “todos los caminos conducen a Roma”.

Todavía hoy no sabemos si nuestro socialismo se parecerá al francés, al chileno, al español, al cubano o al de Corea del Norte. Los primeros son muy neoliberales para los gustos del ejecutivo, los últimos posiblemente se estén estudiando y revisando para ver que se puede tomar de ellos y así mejorar sus “experiencias positivas”.

Por lo visto hasta ahora, podemos afirmar que “por ahora” somos ratones de laboratorio sujetos a un experimento, que muchos justifican por la “barbarie” del pasado reciente de nuestro país. Lamentablemente en Venezuela mucha gente piensa que hemos un sistema capitalista de producción y no se enteran que el sector público en nuestro país ha estado siempre presente, mucho más de lo que se pueda pensar. En el discurso actual se confunde capitalismo con neomercantilismo. Eso es lo que realmente ha ocurrido en la historia política y económica de nuestro país. Es mentira que el mercado ha actuado libre y salvajemente en la economía venezolana, siempre han existido grupos de presión capturadores de rentas y eso es falta de instituciones no capitalismo.

La novela ha cambiado de protagonistas, solo eso. La revolución se “oligarquiza” a costa de un Estado muy poderoso que todo lo puede y beneficia a grupos de presión afectos a sus ideas, mientras tanto, las desigualdades crecen y eso no se parece en nada al socialismo. Como todo experimento: los costos son muy altos y no sabemos si los resultados serán los adecuados.